Estaba solo.
Estaba sola.
Su toalla era verde.
Mi toalla era azul.
Su mochila era negra.
Mi mochila era roja.
Escuchaba música.
Yo leía.
Fumaba.
Lo había dejado hace unos meses.
Mirábamos al mar.
Le pregunté la hora.
Me pididó el número de teléfono.
No supe que responderle.
Quiero conocerte, dijo él.
Simplemente.
y se lo diste?????????
ResponderEliminarNo podes dejarme con la intrigaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!
seguro que sí picarona!!! jajaja
besotes!
Madre mía, que potencia no? para no ir mucho a la playa :P
ResponderEliminarMil besos
Esa playa tuya tiene una pinta excelente.
ResponderEliminarBesos.
Vaya arranque que tienen algunos... Yo que siempre fui tímido.
ResponderEliminarYo con el tiempo me hago más valiente pero el respeto me corta.
ResponderEliminarLa próxima vez que nos veamos, yo te preguntaré la hora a ver si tu me preguntas mi número de teléfono. :)
ResponderEliminarBesos salados.
como dice mi querido Benedetti
ResponderEliminar"...a veces puede la soledad ser una llama..."
un beso!
Hola Aldabra,
ResponderEliminarQue bueno !!!!!!! como en las pelis.
Bicos
Vaya, como no tengo mar no me pasa esto.
ResponderEliminarHala, cámbiame el sitio.
M
Hay historias maravillosas que pueden empezar de la forma más sencilla.
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