
Mientras lo esperaba sentada frente al volante, con el coche apagado, leía bajo el piloto interiror. Se quedó pensativa un instante apartando la vista del libro y trató de dibujar su cuerpo por dentro. Era la primera vez que su estómago no se había retorcido al llamarlo por teléfono minutos antes. Supuso que era un buen síntoma.
La confianza tenía que ser eso.
Miró hacia su ventana y de nuevo se concentró en la historia de ficción.
La confianza tenía que ser eso.
Miró hacia su ventana y de nuevo se concentró en la historia de ficción.
Foto: Aldabra
Pues a mi me sigue bailando el gusano en la tripa cuando suena el teléfono escucho su voz.
ResponderEliminarY menos mal.
Eso es amor, no?
ResponderEliminarBesicos
El teatro de la vida, la ficción de carne y hueso.
ResponderEliminarEl libro es más real.
Besos.
eres muy prolifica a un rato mque me descuido magnificas entradas
ResponderEliminaryo vivo un relato de ficcion
es mejor no??
para que pisar la relidad
bueno, si la realidad la piso para los demas para lso que me rodean que hay que ser prudente,
saludo sbrujos
Es una buena variante a las mariposas en el estómago.
ResponderEliminarEso has hecho en este maravilloso texto: dibujar el cuerpo por dentro.
ResponderEliminarME encanta esta frase,
ResponderEliminar"trató de dibujar su cuerpo por dentro".
Sin embargo, la confianza no impide que de vez en cuando puedas sentir "pajaritos" en el estómago al escuchar la voz amada, lo que no es lo mismo que sentir retortijones.
Buena historia, como siempre. Eres una maestra de los microrrelatos.
Besinos.
Suena tan peligroso el conducir leyendo y a la vez hablando por teléfono. Pero, a pesar de tanta distracción el mensaje llega claro. Trató de dibujar...lo consiguió? y si no fuera confianza sino hastío?
ResponderEliminar(estoy divagando)
Un relato excepcional. Cada día me alegro más de aquellos pasos que un día me trajeron aquí
mmmm...
ResponderEliminaray ay ay, es el primer síntoma.
Todos, en un momento, pasamos de la transitoria locura del enamoramiento, al querer..
Deja de acelerarse el pulso, las mariposas emigran del estómago.
Una etapa termina y otra empieza.
La primera es alocada y tiene mucho prestigio, la segunda, es mucho mejor, aunque menos florida. Creo.
Eso es el amor que ha invadido tus entrañas...con pocas palabras el buen lector lo entiende...besos
ResponderEliminarBuen texto.
ResponderEliminarSigue siendo bueno!
ResponderEliminarsaludos
muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarbiquiños,
hace muchos años que ya no siento estas cosas...
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