Llegamos a Labajos hacia la medianoche.
Elegimos un hostal de carretera que parece que está bien.
Experimentar por primera vez la sensación de ir en la moto a esas horas de la noche, con poco tráfico, con poco ruido… es agradable.
La sensación de libertad se incrementa.
Miro hacia el cielo y veo todas las estrellas.
Intento reconocer la mía, la que me fue asignada al nacer…
[así lo creo]
pero no siento su llamada.
No importa, sé que de todos modos me guía.
Me agarro fuertemente a Congo, a su cintura,
y respiro hondo,
dejando que toda la savia inunde hasta el más recóndito rincón de mi cuerpo.
Por la mañana, a la luz del día
disfruto la plenitud del paisaje:
Las amapolas.
Un girasol.
El color amarillo de un campo [inmenso] de cereal…
Pero debemos iniciar la marcha y continuar nuestro viaje.
Toledo nos espera.
La carretera es larga pero no tengo miedo,
nuestra fe en el camino es ciega.
Voy muy lenta en la lectura de vuestros blogs y en publicar pero es que esta semana estoy bastante liada y no me da tiempo a ponerme al ordenador. Espero que el fin de semana pueda ponerme al día.
ResponderEliminarBiquiños,
Bonitas fotos.
ResponderEliminarHe visto a mi primo Osborne.
:)
Besos.
Yo soy más de a pie, me gusta andar y andar hasta que el cansancio me puede, no guardo un gran recuerdo de las dos únicas veces que he cogido una moto pero me encanta esa sensación de libertad y aventura que trasmiten tus palabras. Disfruta mucho, Aldabra.
ResponderEliminarUn abrazo
Cualquier lugar en el que crezcan las amapolas es digno de ser visitado. Con o sin moto...
ResponderEliminarBesos.
Sabes transmitir a la perfección esa sensación de moto.
ResponderEliminarBonitas fotos.
Disfrutadlo!
Me hubiera gustado conducir una moto, pero no me dejaban. Con tus descripciones me aproximas a esas sensaciones.
ResponderEliminarBesos, viajera.
Me han gustado esas fotos de flores y ese campo de cereal con esas florecillas.
ResponderEliminarUn beso
Estupendas fotografías:)
ResponderEliminarRon es una monada!! A mí me encanta Lota, por como es, por como se relaciona conmigo, y por las infinitas muestras de cariño mutuo que nos hacemos, es un gustazo!! Imagino que con Ron, os sucede lo mismo:) un biquiño grandeeee
Precioso el trigo y las flores. Tómate tu tiempo para desliarte, ya vendrán tiempos más calmos.
ResponderEliminarBesotes
Unas fotos estupendas. Qué los paseis bien!!!
ResponderEliminarBicos
¡Feliz ruta motera Aldabra!
ResponderEliminarTe enviaré la sirena de Bermeo (Vizcaya), no sé si la tienes. Estuve allí y...ver una sirena es acordarme de ti.
Besos, también a Congo.
Tu pásalo bien con Congo que los blogs están aquí siempre :)
ResponderEliminarBesicos
Sigue disfrutando.
ResponderEliminarEl pariente de Toro ha estado muy gracioso.
Besos.
Feliz ruta!!!
ResponderEliminarEstupendas fotos.
Un beso
Espero el resto del relato...que aunque compartimos la tarde del sábado jjj me falta empaparme de lo que ocurrió y no vi...
ResponderEliminarMe gusta la foto del toro!!
¡que suerte! pasátelo fenomenal y te esperaremos...yo cuando sea mayor¿? me compraré un Harley y me recorreré el mundo....es mi sueño
ResponderEliminarVeo que estás en plena temporada motera. Este fin de semana me acordé de ti. Habia una concentración de motos que se celebra cada año en el pueblo. Estuvo muy animado y con mucha gente.
ResponderEliminarLas fotos preciosas, me imagino como disfrutas de esas salidas.
Bicos
Congo es un hombre con suerte, lleva una estrella cogida de su cintura.
ResponderEliminarExcelente toma del "Mar de Castilla", tan sosegado como el canto de Dulce Pontes, menos que el gallego.
ResponderEliminarInquietante silueta del animal en peligro de extinción.
Un abrazo.
LLegar a Toledo. ¡He llegado tantas veces! ¡He visto tantos campos de amapolas a través, del tren, del autobús¡ Hubo una época de mi vida que los viernes visitaba los pueblos de Toledo en primavera para llevar poesía a los niños. Son recuerdos inolvidables. Te dejo un poema que escribí con esta experiencia.
ResponderEliminarAMAPOLA, sangre de la tierra
J.R.J
Después del lluvioso invierno
brotabas, nacías, crecías.
A los pueblos de Toledo
los viernes yo iba y volvía
jugaba con los niiños
a llevar y traer poesía.
AMAPOLA, sangre de la tierra;
tú nos mirabas, cantabas, sonreías.
En el trayecto
tu campo rojo
con algo de amarillo
y un poco de malva y rosa
me acompañaba
en este viaje circular
que es la poesía
sangre de mi vida.
Luz del Olmo
Estoy segura que disfruteréis muy y mucho por esa carretera larga
Feliz viaje
¡Precioso ese poema de ELE! Tu viaje motero es también todo un poema querida Aldabriña y las fotos ¡maravillosas! Muchos besotes, M.
ResponderEliminarNo, no fue mi abuelo. Por desgracia me tocó cerca, pero por suerte no tanto. Era un tío abuelo.
ResponderEliminarPero gracias,
muchos besos!
Tés o dildo collido dun xeito que parece que vas soplar a flauta!
ResponderEliminar;-)