sábado, 27 de abril de 2013

Una vez a la semanaVIII: Trabajando duramente

un-gabinete-de-psicologia-en-casa2
Foto de aquí

 

Rai - Terapeuta
AnaPaciente

- Puedes pasar Ana.

- Gracias

- ¿Qué tal, vienes preparada?

- Sí, creo que sí.

- ¿Quieres que hablemos antes de alguna cosa?

- No, prefiero empezar ya.

- Pues venga, vamos a ello. Recuerda que tienes que pensar que es como si yo no estuviera aquí.

- Sí, vengo concienciada.

- Pues entonces, empecemos.

- Voy a hablar en alto, en eso quedamos ¿no?

- Sí, sí.

- Llega mi jodida obsesión. Me voy a volver loca. Volverme loca no es nada en concreto. En realidad volverme loca es que de repente ya me veo ingresadao en un psiquiátrico. Estoy muy triste. Pero al mismo tiempo quiero hacer cosas allí, quiero pintar cuadros. Siempre quise pintar. No sé cuánto tiempo voy a estar allí, no lo pienso. Tampoco tengo claro el concepto de volverme loca. Porque si estoy loca de verdad yo no lo sabré, sólo se enterarán los que están a mí alrededor. Serán ellos los que decidan internarme. También tengo miedo, por supuesto, a hacer daño a alguien. Con un cuchillo. Y a veces me dan miedo los cuchillos pero no por eso dejo de utilizarlos. No me gusta la sangre, es difícil que le haga daño a alguien con nada y menos con un cuchillo. Veo más factible que yo me haga daño con un cuchillo. Eso sí podría, a lo mejor, aunque también lo veo difícil. También pienso en el suicidio pero no ahora que estoy bien. Pienso en el suicidio en esos momentos muy malos de angustia y ansiedad donde el corazón se me sube a la boca y parece que voy a morirme de miedo. Porque tengo un miedo atroz. A algo inconcreto. A mis pensamientos. Son mis pensamientos los que me martillean una y otra vez. Y me dicen que me voy a volver loca o que me voy a suicidar. Y sé que no. No podría suicidarme ¿Cómo podrían vivir  los que me quieren después, sabiendo que me suicidé?  Es una jodida mierda todo esto. Me cuesta admitir que tengo que convivir con mi ansiedad por siempre jamás. Me cuesta, me cuesta, me cuesta. Es jodida, jodida, jodida. Una puta mierda. Pero sé que tengo que admitirla, hacerla mi compañera de viaje. Y cuando llegue, dejarla que me llene, como ahora. Admitir mis miedos, enfrentarme a ellos sin querer rechazarlos porque cuanto más los rechacé más insistentes se harán. Y total, ¿qué puede pasar? Si me pongo mal y voy a un hospital a la unidad de psiquiatría, allí intentarán curarme. Un psiquiatra es un doctor como otro cualquiera. Y hay personas que han tenido brotes psicóticos, o son esquizofrénicos, o bipolares y pueden llevar una vida medianamente normal. Y además, yo no tengo ningún diagnóstico de ninguna enfermedad. Yo sólo tengo ansiedad con un componente obsesivo porque es un rasgo de mi personalidad. Y para algunas cosas ser obsesivo es bueno. Soy perfeccionista, muy trabajadora, muy organizada… Tengo cosas buenas. ¿Y qué importa si cuando estoy con ansiedad lo paso mal unos días, unas semanas? ¿Qué es eso comparado con el resto de la vida? Porque el resto de la vida soy una persona feliz, muy feliz, diría incluso. Hago muchas cosas que me gustan: me gusta escribir, me motiva la música, me encanta bailar, voy al gimnasio y me siento bien, hablo con todo el mundo, hasta con las piedras si fuese necesario y después tengo a mi familia… a mis padres, a mis amigos… y tengo a mi pareja que me apoya al 100%. Y está Stella, mi perrilla fiel. Sólo son unos días malos, unos momentos malos…. Me pone triste pensar en ello y daría años de mi vida porque no volviera a tener un episodio nuevo de ansiedad pero no puede ser. Tengo que sufrirla, vivirla, sentirla, acariciarla, quererla… dejarla que esté cerca de mí. LA ANSIEDAD ES SÓLO RUIDO, EL CONTENIDO NO IMPORTA, DA IGUAL QUE TENGA MIEDO A UNA COSA U OTRA.

MUY IMPORTANTE: LA ANSIEDAD NO ES UNA SEÑAL DE NADA. QUE TENGA ANSIEDAD NO QUIERE DECIR QUE ME VA A SUCEDER TODO ESO QUE PIENSO.

RUIDO, RUIDO, RUIDO, RUIDO.

JODIDO Y PUTO RUIDO.

Me gusta decir tacos cuando quiero cabrearme mucho aunque nunca los diga.

PUTO RUIDO, MALDITO RUIDO… VEN, QUE TE ESOY ESPERANDO.

-Tiempo, Ana. Ahora vas a salir de aquí y vas a cambiar totalmente de chip. Baja y tómate un café o date un paseo. Vamos a vernos mañana para analizar todo esto. ¿Te parece bien? ¿Puedes venir mañana?

- Sí que puedo.

- Vale, pues ya te pone hora Marga. ¿Mejor por la tarde, no?

- Sí, como hoy me viene bien.

- Bueno, pues nos vemos mañana. Ahora no pienses más en todo esto, ¿de acuerdo?

- Vale, lo intentaré.

 

miércoles, 24 de abril de 2013

Cuadros, libros y algunas cosillas más.

Estas últimas semanas anduve un poco liada porque estuve participando en en I Mercadillo de Libros de segunda mano, que organizó la semana pasada el Concello de Narón, de 17:00 a 20:00 horas, de lunes a viernes,en la planta baja de la Biblioteca.

esthe val-arco da vella 036

Fuimos 9 personas las que tuvimos a la venta libros. Yo estuve vendiendo los libros que la gente ha ido donando a la protectora de animales Arco da Vella y todo lo que recaudé fue íntegramente para los perrillos.

Fueron 150 eurazos, más de lo que esperaba porque, desgraciadamente, no estuvo asistiendo mucho público [por fin ha dejó de llover y la gente andaba deseosa de callejear] y por tanto las ventas no fueron muy cuantiosas, ya que los libros tenían precios anticrisis: 0,50, 1, 2, y 3 euros, la mayora. Así que 150 euros fue mucho dinero.

Como podéis ver en el enlace superior, la Biblioteca es un edificio moderno y singular. De hecho este mercadillo conmemora los 10 años de la inauguración del edificio. Por dentro, la verdad, es que también es acogedor y luminoso, aunque se acumula mucho calor a causa de una cúpula central que tiene para ofrecer luz natural.

Y esta semana comencé una un curso online de Administración electrónica (un coñazo), así que como no tengo ni tiempo de pensar y menos de sentarme tranquila a escribir quiero dejaros dos descubrimientos: un libro que encontré curioseando en los ratos libes en la biblio y una exposición de pintura de Vanessa Lodeiro que visité hace unos días, en la Galería Sargadelos de Ferrol.

Sus obras son energéticas, alegres, impactantes… es como si tuviesen vida propia. No sé qué opinaréis vosotros pero a mí es lo que me sugieren.

Foto0972

Foto0973

Foto0974

Foto0975

Foto0977

Foto0978

Y del libro… “Hilos de Colores”, de Elena Ferrándiz, qué decir?

SAM_5118

Ya sabéis que adoro los libros infantiles,

SAM_5115

con sus maravillosas ilustraciones…

Conmovida miré a mi abuela, ella acariciaba los hilos sueltos de su cajita y miraba fijamente el libro que me había regalado. Entonces le di la flor que tenía entre las manos y le cosí un beso en su pañuelo.”

Y además es para ayudar al Alhzeimer.

SAM_5117

“Realizado en colaboración con la Fundación Alzheimer de España, a quien se dedican parte de los beneficios. La Fundación Alzheimer de España es un ONG sin ánimo de lucro, de ámbito nacional. Bajo el patronato del Ministerio de Sanidad y Política Social, su labor se centra en dar apoyo a enfermos, familiares y cuidadores, mejorando su calidad de vida.”

Fijáos que dibujos… Es que me enamoré de la niña y de la abuela y de la historia…

SAM_5116

“Ahora mi abuela tiene un largo, largo pañuelo pintado de flores y bordado de besos.”

-----oooo0000oooo----- -----oooo0000oooo------

PERDONAR QUE no esté pasando por vuestros blogs como quisiera pero es que no me llega el tiempo. Espero solucionarlo en breve. También os digo que, por favor, no os sintáis obligados a pasar por mi blog o dejar comentarios. Biquiños para todos.

 

 

miércoles, 10 de abril de 2013

Una vez a la semana VII. Las Tierras altas



Rai - Terapeuta
Ana - Paciente

- Ya puedes pasar, Ana, siéntate por favor.

- Gracias

- ¿Cómo estás? Ya pasó mucho tiempo desde la última vez.

- Sí, es verdad, todo este tiempo he estado muy bien, la verdad.

- ¿Y entonces?

- He vuelto a subir a las Tierras Altas.

- Tus Tierras Altas, ¿sigues llamándole así después de tanto tiempo?

- Sí, ya me conoces. Soy muy literaria y me gusta disfrazar las cosas. No sé, así es como si me hicieran menos daño.

- En algunos casos los disfraces están bien, por ejemplo, en Carnaval… Pero eso de tus disfraces ya lo hablamos muchas veces y ya sabes que hay que enfrentar los problemas abiertamente. Y llamarle a las cosas por su nombre.

- Pero yo no quiero.

- Pero has de hacerlo, Ana.

- Vale, si te hace feliz… ya sabes que soy muy generosa, así que voy a decirlo.

- Venga, Ana, dilo, no pasa nada.

- Es que es una mierda, joder. Perdona mi lenguaje pero es que…

- No importa.

- Pues eso, que he tenido una recaída en mi ansiedad. Ha sido leve, lo reconozco, pero me he asustado mucho. Y es muy frustrante.

- ¿Cómo ha sido?

- Pues nada, de repente. Me levanté por la mañana el miércoles. Saqué de paseo a León y justo al salir a la calle sentí el primer sofoco en el estómago. Tuve arcadas. Y a continuación empezaron los pensamientos negativos.

- ¿Los mismos de siempre?

- Sí, ya sabes que en eso soy monotemática. Muy aburrido. No voy ni a contártelos.

- Claro que vas a contármelos.

- Vale… Porque me lo pides así… que si no. Pues eso, que me voy a volver loca, que me voy a quedar sola, que todos van a pensar que soy débil, cobarde, que valgo menos que los demás, que estoy haciendo algo mal…

- ¿Y estás haciendo algo mal? ¿Te pasó algo que provocara esa recaída?

- Bueno, algo hice mal, sí. He estado reduciendo mi pastillita.

- ¿Y en qué habíamos quedado respecto a eso?

- En que mi pastilla era como cualquier otra. Como el que toma una pastilla para el colesterol, o como el que toma una pastilla para la tensión…

- ¿Y entonces?

- Es que no es igual, Rai. No es igual.

- Eso lo dices tú y sabes que no estás siendo racional.

- Lo sé. Y es una jodida mierda.

- Ahora, ¿cómo te encuentras?

- Mejor. Volví a mi dosis antigua y me ha recetado el médico de cabecera un ansiolítico muy muy flojito sólo durante un mes y luego ya lo voy retirando poco a poco. La verdad es que ahora es como si no me hubiera pasado nada pero es que me siento vulnerable. Tengo miedo.

- ¿De qué tienes miedo?

- De retroceder.

- ¿Por qué crees qué si fue una recaída muy leve, como dices, te afectó tanto?

- No lo sé. Me lo pregunto y lo único que se me ocurre es que tengo miedo de que mi mundo vuelva a desmoronarse.

- Es que tu mundo nunca se ha desmoronado, Ana, ¿no te das cuenta? Es verdad que puede que haya estado un poquito patas arriba alguna vez pero siempre has tenido las riendas de tu vida, siempre te has enfrentado al problema y siempre le has ganado la batalla.

- Dicho así, hasta vas a convencerme.

- Tienes que convencerte tú misma, yo sólo puedo ayudarte a tener siempre los ojos bien abiertos y a diferenciar tus pensamientos buenos de tus pensamientos erróneos.

- Tienes razón… y mira que me da rabia dártela

Risas

- ¿Sabes por qué creo que te afectó tanto?

- ¿Por qué?

- ¿A qué tú pensabas que ya nunca más ibas a tener ansiedad?

- Sí, así es. Yo pensé que como llevaba unos años muy buenos, ya la había vencido para siempre.

- Y yo, ¿cuántas veces te expliqué que la ansiedad forma parte de nuestra vida? Todos tenemos ansiedad, solo que hay personas que, por el motivo que sea, se les descontrola, se les desequilibra; es tu caso, pero tiene solución, afortunadamente.

- Lo sé… pero es que es una mierda.

- Comprendo que es difícil, que cuesta, pero tú ya tienes mucho terreno ganado. Tú misma has dicho que ahora estás bien y que fue leve.

- Es verdad.

- Pues ahora vamos a trabajar en esa idea, en reforzar esas fuerzas para que, si vuelve a pasar –porque le puede pasar a cualquier persona, recuérdalo- no te asustes tanto, ¿qué te parece?

- Ya sabes que confío en ti.

- Bien, entonces el próximo día que vengas vamos a empezar con algo que quiero proponerte. Toma este tríptico y te lo vas leyendo. Si tienes dudas me envías un correo electrónico que te las iré resolviendo, así en la próxima consulta ya estarás preparada.

- Ok, Rai.

- No sé qué haría sin ti.

- Te las arreglarías, Ana. Eres una mujer muy capaz. Sólo que eres incapaz de verte desde fuera con objetividad.

- A veces también te oído.

- No espero menos de ti.

- Cuídate y nos vemos pronto.

- Lo haré. Y tú también cuídate.

.
.

miércoles, 3 de abril de 2013

En tierras altas


Foto Aldabra: Parque Nacional de Cabañeros

En las tierras altas me siento muy frágil y vulnerable, a pesar de que todo allí es belleza en estado puro: las cumbres, el cielo tan cercano, la vegetación, las aves, los animalillos, las flores que sólo crecen en esas altitudes...
Me asusta y me impresiona sentirme tan sola, tan pequeña, tan lejos de todo y de todos, enfrentanda a mi yo más profundo y oscuro.
Pero es así como tiene que ser.

Ni siquiera le cuento a casi nadie que voy allí arriba cuando no encuentro ota salida. No todo el mundo comprende que, a veces, el mundo a ras de suelo, sobrecoge el corazón y lo aprisiona tanto, que el único modo de que la presión disminuya es subir y subir, todo lo que soy capaz, hasta esas tierras agrestes que ya reconozco como viejas amigas.

Sólo Congo sabe de esos viajes porque sólo él tiene la paciencia y la templanza de esperarme con la misma confianza de antes de partir.