Foto de aquí
Rai - Terapeuta
Ana – Paciente
- Puedes pasar Ana.
- Gracias
- ¿Qué tal, vienes preparada?
- Sí, creo que sí.
- ¿Quieres que hablemos antes de alguna cosa?
- No, prefiero empezar ya.
- Pues venga, vamos a ello. Recuerda que tienes que pensar que es como si yo no estuviera aquí.
- Sí, vengo concienciada.
- Pues entonces, empecemos.
- Voy a hablar en alto, en eso quedamos ¿no?
- Sí, sí.
- Llega mi jodida obsesión. Me voy a volver loca. Volverme loca no es nada en concreto. En realidad volverme loca es que de repente ya me veo ingresadao en un psiquiátrico. Estoy muy triste. Pero al mismo tiempo quiero hacer cosas allí, quiero pintar cuadros. Siempre quise pintar. No sé cuánto tiempo voy a estar allí, no lo pienso. Tampoco tengo claro el concepto de volverme loca. Porque si estoy loca de verdad yo no lo sabré, sólo se enterarán los que están a mí alrededor. Serán ellos los que decidan internarme. También tengo miedo, por supuesto, a hacer daño a alguien. Con un cuchillo. Y a veces me dan miedo los cuchillos pero no por eso dejo de utilizarlos. No me gusta la sangre, es difícil que le haga daño a alguien con nada y menos con un cuchillo. Veo más factible que yo me haga daño con un cuchillo. Eso sí podría, a lo mejor, aunque también lo veo difícil. También pienso en el suicidio pero no ahora que estoy bien. Pienso en el suicidio en esos momentos muy malos de angustia y ansiedad donde el corazón se me sube a la boca y parece que voy a morirme de miedo. Porque tengo un miedo atroz. A algo inconcreto. A mis pensamientos. Son mis pensamientos los que me martillean una y otra vez. Y me dicen que me voy a volver loca o que me voy a suicidar. Y sé que no. No podría suicidarme ¿Cómo podrían vivir los que me quieren después, sabiendo que me suicidé? Es una jodida mierda todo esto. Me cuesta admitir que tengo que convivir con mi ansiedad por siempre jamás. Me cuesta, me cuesta, me cuesta. Es jodida, jodida, jodida. Una puta mierda. Pero sé que tengo que admitirla, hacerla mi compañera de viaje. Y cuando llegue, dejarla que me llene, como ahora. Admitir mis miedos, enfrentarme a ellos sin querer rechazarlos porque cuanto más los rechacé más insistentes se harán. Y total, ¿qué puede pasar? Si me pongo mal y voy a un hospital a la unidad de psiquiatría, allí intentarán curarme. Un psiquiatra es un doctor como otro cualquiera. Y hay personas que han tenido brotes psicóticos, o son esquizofrénicos, o bipolares y pueden llevar una vida medianamente normal. Y además, yo no tengo ningún diagnóstico de ninguna enfermedad. Yo sólo tengo ansiedad con un componente obsesivo porque es un rasgo de mi personalidad. Y para algunas cosas ser obsesivo es bueno. Soy perfeccionista, muy trabajadora, muy organizada… Tengo cosas buenas. ¿Y qué importa si cuando estoy con ansiedad lo paso mal unos días, unas semanas? ¿Qué es eso comparado con el resto de la vida? Porque el resto de la vida soy una persona feliz, muy feliz, diría incluso. Hago muchas cosas que me gustan: me gusta escribir, me motiva la música, me encanta bailar, voy al gimnasio y me siento bien, hablo con todo el mundo, hasta con las piedras si fuese necesario y después tengo a mi familia… a mis padres, a mis amigos… y tengo a mi pareja que me apoya al 100%. Y está Stella, mi perrilla fiel. Sólo son unos días malos, unos momentos malos…. Me pone triste pensar en ello y daría años de mi vida porque no volviera a tener un episodio nuevo de ansiedad pero no puede ser. Tengo que sufrirla, vivirla, sentirla, acariciarla, quererla… dejarla que esté cerca de mí. LA ANSIEDAD ES SÓLO RUIDO, EL CONTENIDO NO IMPORTA, DA IGUAL QUE TENGA MIEDO A UNA COSA U OTRA.
MUY IMPORTANTE: LA ANSIEDAD NO ES UNA SEÑAL DE NADA. QUE TENGA ANSIEDAD NO QUIERE DECIR QUE ME VA A SUCEDER TODO ESO QUE PIENSO.
RUIDO, RUIDO, RUIDO, RUIDO.
JODIDO Y PUTO RUIDO.
Me gusta decir tacos cuando quiero cabrearme mucho aunque nunca los diga.
PUTO RUIDO, MALDITO RUIDO… VEN, QUE TE ESOY ESPERANDO.
-Tiempo, Ana. Ahora vas a salir de aquí y vas a cambiar totalmente de chip. Baja y tómate un café o date un paseo. Vamos a vernos mañana para analizar todo esto. ¿Te parece bien? ¿Puedes venir mañana?
- Sí que puedo.
- Vale, pues ya te pone hora Marga. ¿Mejor por la tarde, no?
- Sí, como hoy me viene bien.
- Bueno, pues nos vemos mañana. Ahora no pienses más en todo esto, ¿de acuerdo?
- Vale, lo intentaré.