lunes, 29 de agosto de 2011

Cosas que hacen que la vida valga la pena

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Sólo tengo que pensar en uno de los momentos y después, escribir.
Así recuerdo:

 

Mientras tecleo notas silenciosas
sobre el vientre de Congo,
con las yemas de mis dedos,
él ronronea, ronronea,
y finalmente se adormece,
pegado a mi cuerpo desnudo.

 

índice

Imagen de la película Cosas que hacen que la vida valga la pena

Ana Belén y Eduard Fernández

miércoles, 24 de agosto de 2011

Siempreviva

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La imagen de la Helichrysum bracteatum - Nombre común o vulgar: Inmortal, Siempreviva, Flor de paja, Flor de papel es de aquí

- Háblame de cuando eras joven. Anda, sé buena!

Y ella, con sus ojos cansados, me contó:

- Recuerdo una vendimia. Ese año las uvas eran inmejorables. Había tanta abundancia que papá decidió contratar un jornalero para que nos echase una mano. Un día por la mañana sonó la aldaba de la puerta. En aquél momento estaba sola en casa. Pregunté quién era y una voz varonil contestó: Soy Juan, el jornalero. Cuando abrí, unos ojos verdes como espigas me golpearon con cierta arrogancia.

Juan era alto, fornido. Y joven, muy joven. Tan joven como yo. Compartimos muchas charlas después de cada jornada de duro trabajo. Me habló también de sus sueños. Una tarde hasta me ayudó a preparar un ramo de Siemprevivas que tenía secas. A Juan le encantaban las plantas y conocía el nombre de muchas y para qué servían.

Pero septiembre se terminó. Y Juan se marchó. Él fue mi primer amor y aunque nunca volvimos a vernos, no lo olvidé. Muchas noches vuelvo a ver en sueños sus ojos verdes llenos de vida.

- Abuela, ¡que historia tan bonita! ¿Por qué no volvió a verte? ¿No estaba enamorado de ti?

- No lo sé, cielo. Antes no se hablaba del amor como se habla hoy en día, abiertamente. Las cosas se hacían de otro modo.

- Y después llegó el abuelo.

- Sí, llegó el abuelo. Y tu madre.

- ¿Estás cansada? ¿Quieres que entremos ya?

- No, prefiero quedarme aquí, no me gusta ver como os marcháis.

- Pero si venimos todos los días a verte.

- Lo sé, pero…

- Mañana vendrá mamá.

- Sí, le toca mañana. Es domingo.

- ¿Quieres que te traiga algo?

- No, cariño, aquí no nos falta de nada.

- Te voy a poner a la sombra, ¿vale?

- Y acuérdate de poner el freno a la silla que no quiero salir volando.

Las dos se ríen cómplices.

- ¡Abuela, no seas payasita!

- Venga, márchate ya que se te hace tarde y ese novio tuyo tan guapo se va a desesperar.

- No es mi novio, abuela, sólo somos amigos especiales…

- Sí, seguro que tan especial como fue Juan para mí.

Los ojos cansados de Leonor volvieron a sonreír pícaros. Y un soplo de la juventud perdida pasó por la terraza moviendo los Plátanos.

 

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La imagen del Plátano de sombra – Platanus orientalis - es de aquí

La otra noche me visitó mi abuela paterna. Hace ya bastantes años que murió. En mi sueño descubría que tenía editado un libro de poemas. Devoraba las páginas del ejemplar con asombro y fascinación. Ella no sabía leer ni escribir y aquellos poemas estaban llenos de vida y de música. Al despertarme sólo conseguí recordar la palabra Malvavisco, escrita en uno de sus versos.

Jamás mantuve con mi abuela una conversación como la que mantienen en este relato Leonor y su nieta pero me hubiera gustado, ya lo creo que sí. Nuestra relación nunca fue tan cercana pero siempre la respeté y le di cariño como mejor pude y supe.

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La imagen del Malvavisco, Bismalva o Hierba cañamera- Althaea officinalis- es de aquí

 

martes, 16 de agosto de 2011

De rayas





Ondean los toldos de rayas azules y blancas,
al compás de la brisa del mar de Levante.


En la terraza huele a paella,
a clóchinas, a sangría,
a sombra fresca,
a risas de niños jugando en la playa.



Y todos parecemos felicies protegidos del sol que calienta
sin tregua, día y noche,
como la crisis que nos sigue agazapada.


En septiembre, cuando se cierren las sombrillas,
volveremos a pensar en la realidad, en la rutina...


No antes. No.

Es verano.

jueves, 4 de agosto de 2011

Reflexión

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“Frente al mar. De espaldas al mundo” – Aldabra

A raíz de estos dos comentarios que dejásteis en el post de “Cotilleo”,

 

Dilaida, del blog “Groucho”, dice:

“A cousa non ten porque saír mal, ás veces as cousas ben planeadas saen mal.”

 

Y Mariola, del blog “Cinamomo rosa” dice:

“Me gusta volver a leer sobre esta historia. Pero me parece todo demasiado bueno, no sé yo...”

se me plantea la siguiente reflexión:

La mayoría de las personas tendemos a pensar, como Mariola, en que cuando nos van muy bien las cosas, como que no acabamos de creérnoslo y tendemos a estar esperando, en nuestro interior, el golpe negativo, que nos impide así disfrutar del presente como debiéramos.

Yo también fui así durante muchos años de mi vida, tenía muchos pensamientos negativos en la cabeza [cuantas lágrimas vertidas hasta que me deshice de ellos], siempre esperando la fatalidad, el desenlace triste... Ahora simplemente ni me lo planteo, me limito a vivir dejándome llevar un poco más, sin tenerlo todo atado y bien atado, y ¡que me quiten la bailado!

Por eso me encantó el comentario de Dilaida, que es totalmente contrario al pensamiento de Mariola. Ella cree en la bondad de las cosas por sí mismas, y de las situaciones, ¿por qué no? En cambio sí desconfía de los planes porque a veces los planes no se cumplen y la frustración que se produce es doblemente mayor.

Si es bueno, estupendo. Y si es malo, tiempo habrá de llorar. Esa es ahora mi filosofía, ¿y la vuestra?

Pero si queréis reflexionar un poco más antes de contestar, leer esta entrada de Firenze en su blog “Déjame que te cuente”, en la que habla del poder del Ahora.

 

 

 

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Youssou N´Dour and Neneh Cherry

miércoles, 3 de agosto de 2011

La piel afilada

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¿Y tú, qué tipo de amante eres? Si me lo cuentas no se lo diré a nadie. Será un secreto entre los dos.

Introducción

“Después del sexo ya no eres igual, ya nada puede ser lo mismo.”

Victoria

 

Leo

“Éste es un catálogo de amantes. Desde los exploradores a los que aman a oscuras; de las mujeres submarinas a los coleccionistas; ajenos, suicidas, invisibles, enfermos, pornógrafos, santos o sonámbulos, todos son abducidos por el mismo y común denominador: el deseo.”

 

Berlineses

“Lúbricos y lúdicos, discursos amorosos y confesiones de invierno, La piel afilada ofrece grandes posibilidades de viajar.”

Los que graban

“Cada pocos textos cabría respirar hondo, pensar, puede que cerrar el libro. Y esperar a otro día.”

Los que juegan

“Un experimento literario con ecos de Borges, Calvino, Lee Masters, el que Josan Hatero en escogidas y precisas –afiladas- palabras nos hace disfrutar tanto como a los amantes que retrata.”

Los que prometen

 

Y aquí puedes leer una pequeña entrevista al autor, Josan Hatero 

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martes, 2 de agosto de 2011

Laurel

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Cocí las patatas con el laurel que recogimos juntos.

Al terminar de comer, Congo me dijo: Las patatas de hoy sabían diferentes.

Y yo le contesté: es que les añadí el laurel.

Separó la silla con cuidado y se levantó de la mesa.

Ron salió de su casita y lo siguió.

No le pregunté nada. Sólo me limité a esperar.

Pasaron dos minutos. Tal vez tres.

Sonó mi teléfono móvil encima de la mesa.

Era Congo. Me llamaba desde la habitación.

No contesté. No era necesario.

 

 

¿Quieres visitar la página de Vetusta Morla?

lunes, 1 de agosto de 2011

Cotilleo







¡Vaya rollo de película!


Pues a mí me gustó.


Es que tú eres muy rarita, hija, a ti te gusta cualquier cosa.


¿No me digas que la música no era estupenda?


Sí, ¿y?


Y la estética vintage me encantó.


¿Y?


Pues eso. Que ya ha merecido la pena entonces.


Vale, vale, el duro para ti.


Podía haber estado mejor pero no siempre se puede dar al pleno.


Déjalo ya y cuéntame de Laura. ¿Entramos aquí a tomar algo?


Venga, te invito al café como quedamos.


No pensarías que te ibas a escaquear.


No, idiota.


Empieza a contarme.


Pues básicamente es muy simple. Laura está embarazada.


¿Embarazada? ¿Pero embarazada de tener barriga con bebé dentro?


Sí, hija sí.


¿Y quién es el padre, te lo ha dicho?


Pues básicamente también es muy simple. Un desconocido.


¿Un desconocido?


Bueno, lo era hasta el momento del acto.


¿Es un tío que se tiró?


No lo digas así, mujer.


¿Y cómo quieres que lo diga?


Ella me contó por millonésima vez lo que ya sabemos, que quería ser madre a toda costa. Resulta que la noche que tuvo la cena de la oficina entraron en un bar y se topó con el tipo en cuestión. Se miraron y sin mediar casi palabra se fue con él a su casa. Y lo hicieron sin condón.


¡Que irresponsable!


Es lo que yo le dije.


Laura dijo que ni lo había pensado. Que le pasó una cosa muy rara, algo irrefrenable.


Eso se llama calentón.


Que no, que no fue eso. Que sintió una llamada interior.


Además de embarazada, la nena se nos trastornó.


Ay, no seas así, mujer.


Es que no es para menos.


Tienes parte de razón pero también comprendo a Laura.


¿Y el hombre, lo sabe?


Pues ahora viene lo mejor. Al principio parece que no había feeling. Laura, antes de irse de su casa le dejó una nota contándole que igual se quedaba embarazada. Se cruzaron un par de llamadas con muy malas palabras pero quedaron para charlar y…


¿Y?


Resulta que se entienden. Al menos de momento parece que van a intentar ser amigos. Y después ya se verá.


¿Y Laura como está?


Está feliz. Su tono de voz, la forma de expresarse… Todo indica que está feliz.


La verdad es que su deseo de ser madre viene de lejos.


¿Y cómo es él? ¿A qué dedica el tiempo libre?...


No seas tonta. Te lo estás tomando a pitorreo.


Que no, que la verdad es que si yo fuera Laura estaría muertita de miedo. Tener un hijo sola no es nada fácil. No quisiera verme en su pellejo. Mañana la llamo, quiero que cuente conmigo por si necesita algo, su familia está lejos e imagino que se sentirá desvalida en algún momento.


Conmigo también puede contar, ya se lo he dicho. Y él parece que quiere apoyarla en su embarazo. Roberto, así se llama, trabaja de Informático en el Ayuntamiento, ya ves, bien situado. Y es soltero. Será su primer hijo y parece ilusionado, me dijo Laura. Y vive muy cerquita. Vamos que tiene muchas papeletas para que todo salga bien.


Pues ojalá que tenga suerte.


Si queréis leer los antecedentes de este relato, seguir los post de la Etiqueta "Laura y Roberto" por orden cronológico.