sábado, 31 de octubre de 2009

Más. Y más.

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Deseo
que me muerdas los pezones,
los lóbulos de las orejas, los labios,
y los dedos de las manos, uno a uno.

Deseo que acaricies mi cuerpo,
con anhelo desmedido y que con lascivia
enredes con tus yemas en mi pubis recortado.

Más.

Deseo que me poseas con un toque de rudeza,
pero con la ternura que tú tan bien conoces.

Y más.

Deseo sentir la impaciencia de tu miembro
latiendo entre mis piernas y moviéndose
sin freno hasta el orgasmo.

Esta noche de sábado te deseo.
Así. Sin tapujos.

Porque ya no me avergüenzo
de lo que siente mi cuerpo.
Ya no me siento sucia por dentro.
Ya no creo en los pecados.
Ahora tengo el control.

 

La imagen está sacada de aquí

viernes, 30 de octubre de 2009

Alicia en el País de las maravillas

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En el País de las Maravillas
19 de agosto de 1999

 

Tu pregunta: "¿ Por qué lloraste?",  acudió a mi cabeza insistente, como pidiendo a gritos una contestación, justo cuando estaba sofriendo, hace un ratito, unas salchichas con tomate para la cena.

Fui al escritorio a por mi libreta y un bolígrafo. Y empecé a escribir, aquí, sobre el granito de la cocina, de pie, bebiendo una cerveza sin alcohol y comiendo encurtidos sabor anchoa: cebollitas, pepinillos y aceitunas. 

Las cortinas de la ventana están abiertas y desde donde estoy puedo ver que fuera, el tráfico a la salida del Centro Comercial, todavía es intenso. Intento escribir una respuesta sencilla. Y que difícil se me hace expresar con palabras un porqué. Podría extenderme hasta el infinito porque al final todo se resumiría en unas pocas líneas.

Porque ¿De qué sirve en este momento decirte lo que soñé entonces para nosotros? Los susurros. Los besos. Las caricias que recorrerían nuestros cuerpos. Hace ya tantos años de eso.

Tan solo puedo decirte que al leer tu relato de nuestra historia reviví cuanto te quise. Con esa intensidad que sólo se da en los amores que se saben imposibles.

Y lloré.

Lloré porque ahora sé que no fui un juego. Lloré porque sé que vivo en tu memoria como la mujer de silencios prolongados, de muebles rústicos y montones de libros en las paredes.

Pero lloré, sobre todo, porque al final me regalaste la verdad: Tú también me quisiste. A pesar de que no debías.

 

Alicia.

(la imagen está sacada de aquí)

martes, 27 de octubre de 2009

La otra vida








En mi habitación es donde todo tiene comienzo.


Estoy durmiendo cuando la cama empieza a temblar como si estuviese poseída, como si tuviese lugar un teremoto o como si estuviese siendo sometida a descargas eléctricas. Sola en casa me levanto muy asustada y marco un número de teléfono. Él, sin duda, podrá ayudarme y consolar mi miedo. Pero no consigo hablar con él. Tal vez no está en casa. Entonces tecleo el número de su móvil. Uno, dos, tres, cuatro… los nueve dígitos.


De repente estoy ya en un supermercado haciendo la compra con mi madre. Y sigo marcando el número de teléfono sólo que ahora, cada vez, me contesta una persona distinta. Las cifras se han vuelto locas y se intercambian unas con otras formando combinaciones diferentes a las que yo marco. Presa del desamparo le pido el móvil a mi madre para probar con el suyo. Por fín logro ponerme en contacto con él. Quedmos para vernos más tarde.


Mientras mantengo la conversación, el supermercado se convierte en el desván de la casa vieja de mis padres. Me pongo a planchar una camisa blanca que he comprado para regalarle. Pensando en lo guapetón que estará con ella puesta, hago desaparecer las arrugas amorosamente, y la doblo después con esmero. A mi lado hay una mujer joven sentada en una silla. Duerme. Me pongo muy nerviosa porque no consigo ver su cara. Incluso pienso si estará muerta en vez de dormida.


Después, como por arte de magia, estamos sentados los dos en una pequeña tasca al aire libre. Intercambiamos miradas cómplices. Nos acariciamos. Tengo tantas cosas que contarle… Desde el lugar en que nos encontramos se divisa un precioso faro rojo y blanco. Aprovechando que él lleva la cámara colgada de su cuello le pido que le haga unas cuantas fotos. El faro está situado en medio de una isla rectangular. Siento que es muy alegre.


Nos levantamos de la terraza para dar un paseo por el muelle. Entramos en una especie de lonja. Allí, en un recipiente de plástico enorme, tapado por una lona gris, hay un pez. La gente se agolpa para verlo porque es una especie muy rara. Nadie había visto nunca un ejemplar semejante. La lona tiene un pequeño agujero. Con la mano derecha empiezo a acariciar la silueta que se esconde por debajo y al llegar al agujero descubro un ojo. Un ojo humano. Con desesperación, grito muy fuerte: “Es un pez hombre”. Un dolor me desgarra por dentro. El ojo me mira con tristeza porque sabe que su muerte será inminente. Ha sido maltratado por los humanos. No puedo hacer nada por ayudarlo. Se lo hago saber con la mirada.


Y en este momento la alarma de mi móvil suena en la cocina.




Pincha aquí para escuchar la canción.


(La fotografía me la regaló Goyo "el dragón".)



sábado, 24 de octubre de 2009

Tregua

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os quiero correctamente,
tal y como se espera de mí,
sin aspavientos ni asperezas,
con la educación que me enseñásteis:
dos besos al entrar en casa,
dos besos al salir,
un abrazo cuando paso varios días sin veros,
y llamadas de teléfono para que no estéis preocupados.

os quiero a los dos en línea recta,
de forma contenida y serena,
con el sosiego que concede el olvido
de nuestras pasadas tormentas juntos.

os quiero aunque me siga doliendo.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Un camino al corazón

La fotografía que publico para la serie de Fotografías me la envió Nécora 56, del blog homónimo. Nécora56 es un compañero de trabajo. No hace mucho tiempo estábamos hablando en la oficina y ya sabéis, unas cosas llevan a otras y así me enteré que tenía un blog. Y bla, bla, bla... le dije: "¿Te animas a enviarme una foto? Y dicho y hecho. Aquí está. Con unas palabritas suyas:

"La imagen fue tomada en una calle céntrica de terrazas del pueblo de Ciudad Real llamado Manzanares, donde los pájaros en verano andan por las alcantarillas. ¡Ufff, hacía tiempo que no pasaba tanto calor! Las cervecitas se me evaporaban instantáneamente en la boca."

Casi se me olvida una cosa super importante. Aunque hace muchos años ya que Nécora56 vive por mis lares, él es de Monforte de Lemos. Seguro que le gustará que lo mencione. ¿A qué sí?

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Ella - Háblame de ti
Él   - ¿Y qué quieres saber?
Ella - Por ejemplo, si te gusta el invierno.
Él   - No, me gusta el mar.
Ella - ¿Por qué?
Él   - Es inmenso.Y me atrae.
Ella - ¿Y que hay del invierno?
Él   - Es largo. Frío.
Ella - A mi me gusta.
Él   - Y yo, ¿te gusto?
Ella - No lo sé.
Él   - ¿Por qué?
Ella - He perdido mi estrella.
Él   - La buscaremos.
Ella - ¿Dónde?
Él   - Por las calles.
Ella - No la encontraremos.
Él   - Confía en mi.
Ella - No puedo.
Él   - ¿Por qué?
Ella - Tengo los ojos cansados.
Él   - Ciérralos.
Ella - Tropezaré.
Él   - Te llevaré de la mano.
Ella - De acuerdo.

domingo, 18 de octubre de 2009

Ágora

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Se me han quedado dentro todas las lágrimas de Hypatia. 

El dolor que he sentido viendo la película
tomó forma en un apretón del brazo de Congo,
un beso en el lóbulo de su oreja derecha,
y en el deseo de su cuerpo sobre el mío,
envolvente y sanador como este otoño cálido.

Pronto,
sé que pronto llegarán sus besos,
para calmar la rabia que todavía me araña 
dentro,
como las lágrimas reprimidas.

Tal vez después de esta canción.

 

(Esta canción siempre me hace volar lejos... muy lejos.)

miércoles, 14 de octubre de 2009

De como los libros llegan a nosotros

O de como nosotros llegamos a los libros.

Soy socia de Círculo de Lectores desde hace muchísimos años, aunque algunos periodos de forma intermitente. Puntualizo: la verdad es que la primera que fue socia fue mi abuela. Ella no leía pero compraba los libros para mí cuando era pequeña, para cuando fuera mayor. Pocas novelas, eso sí, casi todos eran libros educativos: la enciclopedia "Maravillas del saber", una de Geografía Universal, un diccionario enciclopédico de la A a la Z, otra colección de libros de peces, de animales salvajes, de flores y plantas... Después, años más tarde, pasé a ser la socia yo. Y los libros fueron diferentes. Muchas novelas. Libros de relatos. Y más novelas.

Pero a lo que iba.

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En la última revista de Círculo compré dos libros que resultaron ser muy de mi agrado. El primero que leí (la semana que estuve en Valencia de vacaciones) fue  "El frío modifica la trayectoria de los peces" de Pierre Szalowski. Un libro ameno, espontáneo, tierno, divertido, optimista, tan original como un cuento de hadas y al mismo tiempo real, que se lee del tirón. 

"Tenía seis años y medio cuando Alex, mi único amigo, me dio la triste noticia con una amplia sonrisa. De repente sentí que perdía pie en un mundo donde todo tenía una explicación. Para olvidar mi decepción, en la escuela hice lo mismo que Alex. Me dediqué a convencer a los más pequeños de que Papá Noel era un invento de los padres. En casa intenté con algunas indirectas que mis padres entendieran que ya era hora de que dejaran de decirme que si no me portaba bien Papá Noel no me traería nada. Pero cuando vi la mirada de pánico que mi madre lanzó a mi padre, lo dejé correr. No quería que se pusieran tristes. A veces hay que mentir a los padres para que estén contentos."

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El segundo que leí, ya de vuelta en casa, fue "Quieto" de Màrius Serra. Una especie de bitácora que cubre siete años de la vida de Lluís Serra Pablo, alias LLulu, el segundo hijo del autor que nació con una grave encefalopatía que la ciencia neurológica todavía no ha sido capaz de definir. Lejos de ser un libro triste (que también lo es) pretende ser un canto a la vida. Como dice Màrius "He buscado una forma narrativa de explicar el ambivalente estado emocional que provoca tener un hijo que no progresa adecuadamente. Un estado a menudo expuesto al aguijón del dolor, pero en el que predomina el regocijo y el embeleso."

"Veo el futuro. Querer creer que la esperanza de vida del Llullu es la de un niño occidental cualquiera resulta una quimera. Un engaño. Y, francamente, ha llegado un momento en el que el ingenio del engaño ya sólo me interesa entendido como bella arte."

"Me miro y me remiro, pero no descubro ningún rastro demasiado específico. En cambio, me sobresalta reconocer rasgos muy claros de mi padre en mi cara alarmada. ya debo de haber llegado a esa edad en la que empiezas a parecerte a tu padre tal como tú lo recuerdas de niño. Ya me gusta parecerme a él,sobre todo ahora que nos falta, pero me gustaría más poder imaginarme a Lluís de mayor. Y no. No sé si llegará nunca a mi edad, ni tampoco si lo deseo."

Llullu murió con 9 años de edad, el día 26 del pasado julio.

Nada en el libro me ha dejado indiferente.

Y en el libro de Màrius fue donde encontré el título del que leí a continuación, el tercero: "Una cuestión personal" de Kenzaburo Oé.

"Barcelona, 24 de abril de 2005.
Ayer fue el primer Sant Jordi en muchos años en que no fui a firmar libros. Por la mañana me quedé en casa releyendo, por tercera vez, la traducción castellana de la primera novela que Kenzaburo Oé publicó después de tener a su hijo discapacitado. La primera lectura la hice cuando el Llullu tenía meses. Josep Maria, un buen amigo a quien no he vuelto a ver, me la recomendó La segunda, una semana antes de entrevistar a Oé para el Canal 33, el 16 de marzo de 2004. Después de esta tercera lectura me he entretenido en la dedicatoria que me estampó aquel día, en la Casa Asia..."

Me fui derecha a la biblioteca a ver si lo tenían, lo pedí en préstamo y me metí de lleno en el papel de Bird, el personaje protagonista de la novela de Oé, un hombre que se debate entre el egoísmo y su corazón.  

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"- Esta vez sí que hiciste frente a los problemas -dijo el profesor.

- En realidad intenté zafarme varias veces. Y casi lo logro. Pero parecía que la realidad lo obligara a uno a vivir adecuadamente cuando se es parte del mundo real. Quiero decir que, aunque uno intente permanecer en la red del engaño, al final descubre que la única alternativa es salirse de ella. -Bird se sorprendió de la amargura contenida en su tono de voz-. Al menos, eso es lo que he aprendido.

- Hay personas que toda la vida van saltando de un engaño a otro, e igualmente viven en el mundo real."

Y se cierra el círculo en el número 3.

lunes, 12 de octubre de 2009

Las cosas que fueron, las que son y las que serán.

 

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Antes.

Amelia lo adoraba.

Hubo una época en que esperaba con ansia infantil cada palabra que salía de su boca, todo el universo de cosas que inventaba para ella. Sobre todo en los atardeceres de lunes festivos.

Hasta que una noche tuvo que decirle adiós.

Ahora.

Amelia está sola.

Y le gusta estar sentada en la sobremesa, a la mesa de la cocina, después de recoger las migas de pan del mantel verde de cuadros, encender un cigarrillo y beber su té verde muy despacio.

Saboreando los momentos dulces que ya se fueron.

Mañana.

Amelia tiene sueños.

Ya cuando era pequeña se imaginaba  que era una sirena, y que por las noches visitaba a Nemo en su submarino. Y bailaban, entrelazados, al ritmo de las caracolas, en un salón acristalado.

Rodeados de agua y peces de colores.

Por todas partes.

 

(la fotografía la sacó Senia hace un ratito desde la ventana del salón)

sábado, 10 de octubre de 2009

Experimentos

Esta fotografía para la serie me la envía Amigo plantas del blog Amigo plantas. Y me explica la foto que me envía (menos mal porque soy muy poco científica y de cristalizaciones no tengo ni pajolera idea) de esta manera:

"Una fotografía de estudio con Imágenes Cristalizadas. Tres placas de Petri recogiendo la precipitación de una misma sal metálica en el mismo lote de cristalización. Una de ellas (la que se ve a la izquierda) se había puesto en contacto con un aceite de oliva virgen. La otra se había puesto en contacto con un aceite de oliva de los llamados "refinados". Y la del centro tan solo con agua destilada".

La cristalización es el proceso por el cual se forma un sólido cristalino, ya sea a partir de un gas, un líquido o una disolución. La cristalización es un proceso que se emplea en química con bastante frecuencia para purificar una sustancia sólida

Muchísimas gracias, Amigoplantas. He hecho todo lo que he podido por poner un texto a la altura, espero que no te decepcione, pero es que esta fotografía, hasta ahora, ha sido la más difícil.

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Estoy aquí otra vez.

Físicamente no me fui a ningún otro sitio. Y aún así, regreso. A esta mi Ítaca particular que me atrae igual que me atrae el cuerpo de Congo.

"Siempre ten a Itaca en tu mente;
llegar allí es tu meta; pero no apresures el viaje."

He despejado mis dudas trabajando duro en la casa y distrayendo mi mente con tareas gratificantes como la lectura, la radio y tele-basura (lo confieso). Pero ha merecido la pena el esfuerzo, el viaje interior por sí mismo. En cada momento de vacilación estabas tú, Congo, esperándome al otro lado del puente que tenía que cruzar.

Es curioso. Y ni siquiera hemos hablado de ello. Porque hay cosas que no es necesario decirlas con palabras. Hace algún tiempo que has aprendido a escuchar a mi corazón desnudo, cuando me quedo dormida sobre tu pecho.

No sucede siempre así, es verdad. A veces todo se queda en un simple experimento. Sin resolución. Esta vez la suerte me ha sonreído.

Y mi regreso ha cristalizado.

Siempre me he identificado mucho con esta canción. Hace años que no la escuchaba y esta mañana mientras preparaba mi Colacao y miraba la niebla a través de la ventana de la cocina, llegó, como surgida de la nada y empecé a cantarla.

"Volverás a ser la chica sencilla que tomó el tren de la vida antes de ser mujer. Volverás, bájate en marcha si puedes y aunque los años no vuelven, tú volverás..."

lunes, 5 de octubre de 2009

No es pereza

El amor isterico

A veces disfrazamos las palabras. Es para evitar que salgan nuestras emociones verdaderas y así no tener que enfrentarnos a ellas.

Sé que no es pereza lo que tengo.

Soy una mujer muy voluntariosa y difícilmente permanezco sin hacer nada. Simplemente le he puesto ese nombre porque no sé muy bien cómo etiquetar a lo que siento.  Es más, posiblemente necesitase más de una palabra. Tal vez muchísimas palabras. Y no sé muy bien por dónde empezar. Aunque para estos casos siempre me digo: Por el principio, Aldabra, por el principio.

Todo empezó durante las vacaciones. Las necesitaba como agua de mayo. Y no porque me disguste ir a la oficina o trabajar duramente. No es eso. Pero el caso es que hace tiempo que vengo atravesando una época estresante. Me pone de los nervios ver a algunos de mis compañeros sin rascarla, sin pegar palo al agua, rascándose la barriga u otras expresiones similares, cuando yo no puedo levantar cabeza. Me come la moral porque me parece muy injusto, un agravio comparativo. Pero ¿he dicho compañeros? ¡Que estúpida soy! Un compañero en una situación semejante, posiblemente diría ¿Te echo una mano?

El caso es que el temita en cuestión sufrido a diario, la preocupación por el futuro de Senia, añadido a las clases de inglés, el gimnasio, la casa y demás, hacen que me plantee seriamente abandonar el blog.

Ya está, ya lo he dicho. Eso es lo que de verdad me pasa.

Me encuentro entre la espada y la pared. Quiero seguir con el blog a toda costa porque desde el principio me ha reportado momentos muy gratos y me ha permitido contactar con personas estupendas pero por otro lado, termino tan cansada que sólo pensar en enfrentarme a las lecturas se me hace cuesta arriba.   

Así estoy, debatiéndome a brazo partido con todos estos frentes que tiran cada uno por su lado.

Y además, una de las razones de más peso para no querer dejarlo, es que siento que si no escribo en el blog, es como si traicionase a Congo, como si fuera a negarle una parte de mi misma que sólo se manifiesta a través de esta pantalla. 

Estoy echa un lío.

La maravillosa ilustración pertenece a Irene Amaro Fernández del blog "Pájaros en la cabeza", descubierto por azar en la red.

domingo, 4 de octubre de 2009

Tengo pereza

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Tengo pereza.

Una pereza tan grande, que me lleva a dejar pasar todo el tiempo que tengo de ocio, sin hacer nada.

En mi cabeza planifico: ahora leo un poco mientras tomo la infusión, luego me voy al ordenador y escribo algo o leo los blogs, cuando termine plancho, etcétera...

Pero la realidad es que las horas transcurren sin que deje de remolonear en el sofá.

Replegada.

Y otoñal.

 

(la foto es mía)

jueves, 1 de octubre de 2009

Servicio de reparaciones.

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Ring, ring, ring.
Buenas noches. Digamé
Buenas noches. Me ha dado una amiga su teléfono porque me ha dicho que usted se dedica a arreglar lavadoras.
Pues le ha informado bien. ¿En qué puedo ayudarla?
Pues resulta que mi lavadora se ha estropeado. tengo una Fallusi casi nueva y no ha dejado de hacer el programa de centrifugado. Así que la ropa sale tremendamente encharcada y tengo que escurrirla antes de ponerla a secar en el tendedero.
¿Ha comprobado si la reparación está en garantía? Porque de ser así sería una pena que...
El caso es que hace justamente una semana que el periodo de garantía se terminó.
¡Que mala suerte! Siendo así estaré encantado de ir a reconocer a su lavadora y ver qué le sucede.
Mi amiga, que por cierto se llama Pau, tal vez se acuerde de ella, me ha dicho que usted era el mejor.
Sí que la conozco, como no. Y la verdad, está mal que yo lo diga pero créame, no hay lavadora que se me resista.
Estupendo. ¿Cuándo podría pasarse por casa?
Pues por ser usted amiga de Pau, ponga usted el día de esta semana que le venga mejor.
El miércoles por la mañana me va bien. Y tráteme de tú, por favor.
Vale. Entonces el miércoles a las once me paso. Dame tu nombre y tu dirección que la anoto.
Me llamo Lola y ahora mismo te envío un mensaje para que no tengas que anotarla.
No hace falta que te molestes mujer, puedo anotarla ahora mismo.
No es molestia.
Pues quedamos entonces para el miércoles, Lola. Ya verá como te pongo a funcionar esa lavadora tuya en un pís-pás.

(Píííííííííí....)

Ring, ring, ring.
Hola, cariño.
Vaya, vaya... Así que tienes estropeada "tu lavadora".
Eso parece, ya ves. Debe de ser que como no hago la colada todos los días... No sé, tal vez es por la falta de uso.
No te preocupes que pronto vamos a ponerle remedio. Espérate a este fin de semana y verás. Me encantará ponerle las manos encima a ese aparato endemoniado y echarla a andar con el programa máááááááás largo.
¡Que miedo me das! Estoy temblando.
¡Si supieras las ganas que tengo de verte!   
Pues yo ninguna, fíjate. Estoy genial sin ti. Toda la cama para mi sola... Y además ahora que tenemos este supercolchón de escándalo.
Escándalo es lo que se va a montar en casa cuando llegue. Prepárate. El que avisa  no es traidor.  
Y erre.
Bueno, bueno, no digas después que no te lo advertí.
Sabes que puedo con eso y mucho más.

(Risa floja y juguetona de los dos)

¿Qué estabas haciendo?
Me iba ya a la cama. Aún no es tarde pero estoy un poco cansada.
Sólo quería darte las buenas noches y decirte que ya nos quedan pocos días para volver a vernos.
Cuento los días y no se me escapa ninguno. Faltan diez.
Pues venga, acuéstate y descansa. Y sueña cosas bonitas.
Me encanta oir tu voz.
Te odio.
¡Tonto!
Hasta mañana.
Hasta mañana.

(Pincha en la imagen si quieres ver a que todo corresponde)