miércoles, 29 de septiembre de 2010

Adicciones

nudogordianoFCG

La otra noche,
Congo,
esnifó todas las rayas de mi cuerpo,
las horizontales,
las verticales
y las oblicuas.

Contagiada de su pasión,
me dejé hacer,
sumisa,
plena.

Después,
nuestros cuerpos,
más listos que nosotros,
se ataron
con un nudo gordiano
y sorprendidos
por lo avanzada de la hora,
se quedaron
dormidos.

(La imagen está sacada de internet)

 

E melhor ser alegre que ser triste
Alegria e a melhor coisa que existe
E assim como a luz no coracao
Mas pra fazer um samba com beleza
E preciso um bocado de tristeza
Senao nao se faz um samba nao

viernes, 24 de septiembre de 2010

Una vez a la semana. II. La puerta cerrada.

puerta verde

Ana  A: (Paciente)
Raimon/Rai R: (Terapeuta)

A - Hola Rai.
R - Hola Ana, ¿qué tal la semana, cómo estás?
A - Sigo estando rara pero bueno, supongo que eso ya va con mi carácter, ¿no crees?
R - ¿Y qué crees tú?
A - La verdad es que siempre me he sentido un poco así. No es nada nuevo.
R - ¿Y eso te incomoda?
A - Pues a veces sí y a veces no. En muchos momentos quisiera ser como las demás, como la mayoría, o lo que yo imagino que es la mayoría, que igual tampoco lo es. No siempre son las cosas como las vemos. Hay que rascar y rascar bajo la persona hasta llegar a lo profundo, al alma, que es donde reside la esencia del personaje que estamos analizando.
R - Estoy de acuerdo con tu reflexión. Solemos hacer juicios de valor con mucha rapidez, sólo fijándonos en rasgos superficiales que nada indican realmente.
A - Quería hablarte de lo que estuve pensando desde que nos vimos, la semana pasada.
R - Sabes que aquí puedes hablar de lo que quieras.
A - Lo sé pero es que me cuesta.
R - Sí, supongo que cuanto más importantes son los asuntos a tratar más nos cuesta sacarlos a luz, por la mucha implicación emocional que nos supone.
A - Es sobre mi padre.
R - ¿Sobre tu padre? ¿Le ha pasado algo?
A - No, bueno, está algo pachucho pero no le pasó nada. Toco madera.

Ana toca la mesa de madera que está en frente de ella y Rai se sonríe.

A - Pues... estuve pensando en imágenes del pasado. Cada día intenté encontrar imágenes agradables, que hubieran sucedido entre mi padre y yo y no encuentro, Rai. No encuentro ninguna. Y eso no puede ser ¿no crees? Porque han tenido que pasarme cosas buenas, además de las malas, que esas sí que las recuerdo. Pero no me llegan. Busco y rebusco y nada. Por ejemplo, supongo que habrá sido él quien me enseñó de pequeña a andar en bicicleta y vale, pongamos que no lo recuerdo porque era muy pequeña pero él también me enseñó a andar en vespino, con 16 años y tampoco lo recuerdo. Me estoy volviendo loca de tanto pensar. Antes no pensaba en ello pero ahora...

Ana se queda callada mirando al suelo.

R - ¿Qué diferencia hay ahora, Ana?
A - (Con lágrimas en los ojos, responde) Es que ahora ya puedo querer a mi padre. Antes no lo quería aunque me duela reconocerlo. Antes todo era diferente. Él era "malo"... no mala persona, eso no, pero no se portaba bien... 

(Tiempo en blanco)

A - Bebía... bebía bastante... y cuando estaba...  se convertía en alguien extraño y despreciable. No podía quererlo porque me hacía sufrir. Y a mi madre. Pero ahora él ha cambiado. Y además es mayor y está enfermo. Ahora ya le he perdonado, he podido hacerlo después de tantos años. Ha sido un alivio, créeme. Ahora me produce ternura y tengo que encontrar esos recuerdos, Rai. Tienes que ayudarme, por favor. Es muy importante para mí. Tengo que abrir esa puerta en mi cabeza y dejar que salgan esas imágenes que se me resisten.
R- Antes has obviado una palabra, ¿todavía te hace sentir mal decirla?
A - Sí, Rai, todavía me duele decirla pero... voy a decirla ahora. Borracho.
R - ¿Lo has visto borracho muchas veces? En realidad más que verlo, que sí lo vi, oía sus pasos por las escaleras, las discusiones, su hablar torpe, los gritos... Y luego, los días de silencios entre él y mi madre. Había tanta tensión... Quería morirme. Siempre quería morirme.

Ana se echa a llorar. Y Rai le acerca la caja de pañuelos.

A - Gracias.

(Se suena despacito)  

R - Verás, Ana, a veces no es bueno forzar. Durante muchos años, en tu cabeza ha primado lo negativo sobre lo positivo y digamos que cada imagen negativa, se engrandece o multiplica en nuestro cerebro  por tres o por cuatro, dejando a las imágenes positivas tan pequeñas que se habrán perdido por cualquier rincón. Así que no te preocupes, tus recuerdos están ahí e irán saliendo poco a poco. A medida que vaya creciendo el amor por tu padre te irán asaltando, ya verás. No debes agobiarte por ello porque si no estarás entorpeciendo el proceso natural.
A - Es un consuelo saberlo.
R - ¿Cómo es tu relación actual con él?
A - Pues normal. Hablamos poco porque nunca hemos compartido mucho. Bueno, en realidad no compartimos nada más que los lazos familiares. Es un buen hombre y ha tenido él también, una vida difícil.
R - Has dicho: Él también. ¿Consideras que tu vida ha sido difícil?
A - ¿No lo crees así?
R - Te estoy preguntando a ti, Ana. Quiero oírtelo decir a ti.
A - Sí, Rai, mi vida ha sido difícil. Así es como lo siento.
R - Aceptar eso debe ayudarte a reconocer que las dificultades por las que has tenido que pasar han influído en ti, de tal modo que todo lo que has logrado hacer con tu vida tiene el doble de valor, que el de una persona a la que la vida ha tratado un poco mejor. Ciertas cosas no deben ser vividas por una niña pequeña, Ana. Tú no eras culpable de nada, los adultos son siempre los responsables y no los niños.
A - Me sentía impotente porque no podía hacer nada... yo...
R - ¿Y tu madre?
A - Ahora no puedo hablar más de ello, Rai. Lo dejamos para otro el próximo día, ¿te parece?
R - Además ya es la hora.
A - Sí, el tiempo pasa deprisa.
R - Bueno, pues nos vemos la semana que viene. Y no te preocupes, abriremos esa puerta y todas las puertas que nos salgan al paso. Quiero decir, abrirás esa puerta, Ana, porque aunque yo te guíe y te ayude, tú, en última instancia serás las que meta la llave y la haga girar.
A - Gracias, Rai.
R - Hasta la semana que viene.

Ana salió de la consulta, después de atravesar el pequeño jardín que estaba pegado a la casa, salió a la calle. Rai se quedó observando como se iba,  por detrás de la cortina, examinándola un poquito más, si aquello era posible.

 

Oh, this is what my heart needs to feel.
Satisfy my soul, take away this pain,
something has to end,to begin again.
Satisfy my heart, it's so good to feel,
love is all around, and all the hurt will heal

      

viernes, 17 de septiembre de 2010

Una vez a la semana. I. Sensaciones.

in-treatment

En Terapia, me tiene totalmente enganchada y por eso, imagino, se me ha dado por escribir este capítulo, que creo, continuará. Tengo algunas ideas, ya veremos.

Ana  A: (Paciente)
Raimon/Rai R: (Terapeuta)

A - Hola Rai.
R - Hola Ana, ¿cómo estás?
A - No lo sé.
R - ¿No lo sabes o no quieres saberlo?
A - Es que no tengo ninguna sensación en concreto y tengo muchas sensaciones

(...) Tiempo en blanco

A - Es que me siento rara. Es como si no  me encontrase entre las personas, como si éste no fuese mi mundo. De pronto, voy por la calle y las otras mujeres que  van y vienen con bolsas en la mano, con cara de felicidad, de estar en la onda, con sus tacones y sus uñas pintadas, sus melenas al viento... y miro mi pelo y... No tengo nada que ver con ellas. Nada.
R - ¿No te gusta tu pelo?
A - ¿Estás de broma, verdad? Míralo bien. Tengo poco pelo y he tenido que cortarlo porque no es ni liso ni rizado ni ná de ná, siempre en el medio de todo.
R - ¿Por qué dices siempre?
A - Porque siempre ha sido así, Rai. Ni alta ni baja, ni gorda ni flaca, ni fea ni guapa, siempre en un término medio más bien indefinido.
R - Estás olvidando que existen los términos medios.
A - Puede que así sea pero la sociedad, Rai, te exige una etiqueta definida. Y yo siento que no encajo, Rai, ni siquiera me identifico con mi cuerpo.

(...) Ana mira al suelo y hacia las estanterías.

He engordado tres kilos, seguro que tú también lo has notado porque se me ha puesto cara de pan. Y no me vengas ahora con todas esas teorías de que tenemos que querernos a nosotros mismos, bla, bla, bla... Porque yo no me quiero. No me quiero, Rai. Mis pechos se han caído, uno lo tengo más o menos a su altura y el otro ya va por libre. Se han ensanchado mis caderas, tengo celulitis en las piernas y no me gusto. Creo que hasta tengo ya sofocos menopáusicos. ¡Como odio esa palabra, Rai! En realidad me aterra. Me mire por donde me mire veo fealdad.
R - Creo que estás siendo muy injusta. Estás sana, la salud es más importante que el aspecto físico.
A - ¿Pero en que mundo vives? ¿Sales alguna vez de este cuarto, Rai? No me vengas con esas, por favor. Ya me sé toda esa mierda de memoria y me cabrea. A una no la paran por la calle y le dicen: Hola, Ana, pero que sana se te ve.
R - Touché, tienes razón.  Hay que educar a la sociedad e inculcarle los valores que son buenos. De todos modos, sin desviarnos del tema principal, todo lo que has descrito no es motivo para que no te quieras y te pongas así.
A - Me parece... me parece que nada funciona. Vale que tal vez el aspecto físico sea lo de menos pero lo de encajar o no, sí que importa ¿verdad? A veces miro a todas esas personas que me hablan y me digo por dentro: Si supieras que estoy deseando llegar a mi casa y esconderme de vosotros...
R - ¿Esconderte? ¿Por qué quieres esconderte? Recuerdo que las primeras veces que hablamos hiciste hincapié en que eras una mujer muy sociable. ¿Ya no es así?
A - Sí y no, Rai. Lo que pasa es que me han decepcionado tanto que me da igual estar sola, no echo de menos a la gente, ¿entiendes?

Ana baja los ojos porque siente que se le escapan las lágrimas. Rai se percata de ello y le acerca una caja de pañuelos.

A - Gracias, Rai.
R - ¿Por qué lloras Ana?
A - ¿Te dije que había roto con Sergio?
R - No, ¿cuándo ha sido?
A - Hace dos semanas.
R - ¿Por qué no me lo has contado?
A - Pues porque no tiene importancia. Tú y yo sabemos que lo nuestro estaba muerto desde hace tiempo.
R- ¿Quieres contarme cómo ha sido?
A - Estábamos en la cama. Echamos un polvo de pena y al terminar,  todavía dentro de mí, va Sergio y dice: Ha sido estupendo, ¿verdad cariño? No pude soportarlo más. Lo más delicadamente posible me escabullí de su cuerpo y me fui a la ducha. Empecé a restregarme con el guante de crín hasta que mi piel se enrojeció tanto que pensé que iba a hacerme alguna ampolla ¡Como lo odié en aquel momento! Sus manos torpes, sus besos babeantes... Le he dicho y explicado mil veces como me gusta que me acaricie y que me bese y que me diga las cosas pero él, venga, a la suya. Y no pude más. No pude. Cuando terminé en el baño, volví a la habitación y hablé con él. Le dije que era el momento dejarlo. Primero se hizo el sorprendido pero creo que llevaba tiempo esperándolo. No es ningún estúpido. En realidad, Sergio es un hombre estupendo, tiene sus cosas pero es bueno. Recogió algunas de sus pertenencias y se fue. Dos días después volvió a por el resto. Hablamos por teléfono y eso pero... Todo se acabó. 
R - ¿Y cómo te sientes ahora?
A - Me siento como una mierda, Rai, sinceramente. Sin ganas de nada... de volver a empezar.

(...)

A - Bueno, es la hora Rai, he de irme. Nos vemos las semana que viene.
R - Cuídate Ana y si necesitas algo ya sabes que puedes llamarme.
A - Gracias. 

        

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Son las cosas del querer

RIA_012

pasado  
veinte años juntos,
ilusión de continuidad,
un hogar, hijos.

presente
sólo tengo sueños rotos,
una batalla por ganar
y mi vida en un trastero.

futuro
una hoja en blanco,
por llenar.

                    …ooo000ooo… …ooo000ooo… …ooo000ooo… …ooo000ooo…

Este pequeño poema en tres partes, que escribí hace ya la friolera de unos 8 o 9 años, a raíz de una historia que sucedió en la familia, bien podría ser el resumen de “La Comedia de la vida” que tan bien ha contado Chus, o de otra historia similar, hay tantas a nuestro alrededor que es imposible mirar hacia otro lado.

Chus llegó a Congo y yo porque un amigo le habló de mí, al saber que ella escribía como yo, un blog, De colores. Ella me visitó. Yo la visité quedando prendada de sus fotografías, de las cuales es una  buena muestra la que preside este post. Y así comenzó una historia más.

El otro día me envió un correo electrónico con su relato, “un cuadro ficticio creado a partir de dos o tres frases oídas al azar”, según sus propias palabras. Me decía si me gustaría enlazarlo en mi blog y por supuesto le dije que sí. A continuación se me ocurrió encadenarlo con mi pequeño poema, así quedaba simbolizaba nuestra unión bloguera.

Ahora, os invito a visitar el blog de Chus, no sólo para leer el relato completo, del que os dejo aquí un pequeño extracto, sino para refrescaros con sus imágenes.

“… Ella, treinta y tantos, de buen ver, bien vestida, está nerviosa. Ha venido sola. Se la ve desenvuelta y decidida. Quiere que S.Sª dicte una medida de alejamiento para que su esposo no pueda acercarse a ella, manifiesta tenerle miedo ya que las discusiones y las amenazas son el pan de cada día.
¿Cual es realmente su historia?. Ya ha estado aquí antes, se dictó una medida y a los pocos días volvió para suplicarle a la Sra. Jueza que la dejase sin efecto, alegando que todo había sido a causa de un arrebato de celos, que él era un buen hombre que la quería y la respetaba y no podían vivir el uno sin el otro…”

 

Gracias Chus por confiar en mí,
por la fotografía que te he tomado prestada…
y por estar ahí, al otro lado.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Tú pregunta que yo contesto

encuestas_3 
Mis estimados blogueros Kaplan del blog Robinson en Ítaca y Chousa del blog Chousa de Alcandra, me han elegido para hacer este Meme. No soy muy amiga de este tipo de encomiendas pero viniendo de quien viene no podía negarme, sobre todo porque Kaplan, con la publicación de su Meme, cumplió nada menos que las 1.001 entradas.

Cuánto tiempo llevas como blogger?
Este próximo 28 de diciembre hará tres años. 533 entradas. ¡Y parece que fue ayer!

Como te enteraste de la existencia de los blogs?
Pues curioseando por la red, como muchos de vosotros, imagino. En realidad antes de este blog tuve uno en una página (que ya no recuerdo el nombre) pero que no llegué a sacarle ningún rendimiento. Simplemente me limité a colgar unos textos, unos poemas y ahí se quedó. Se llamaba Tras la ventana. No recuerdo ni la dirección, ni la contraseña, ni ná de ná.

Nombra cinco blogs que sigas diariamente o con mucha frecuencia.
Es que ya sabéis que cinco es un número muy pequeño para mí. Sigo lealmente muchos blogs porque me gustan y porque me he encariñado con las personas que los escriben.

Eres lector anónimo de algún blog?
No, puede que a veces visite algún blog y ese día no comente, pero más tarde o más pronto acabo dejando algún comentario.

Algunos autores que te provoquen especial simpatía.
TODOS, y no  lo digo por quedar bien, de verdad, es que me he encariñado con todos vosotros. De todos modos no puedo dejar de mencionar a los que llegaron al principio o casi, los primeros que me mostraron su cariño, su aliento y su respeto:

Isaac del blog Redeyes, Guiller del blog Guillermo el Travieso, Pedro de La acequia, Carlos del blog Apenas Penas, Toro del blog Toro Salvaje, Rubén del blog Caxigalines, Belén del blog Belén In Red, Bipolar del blog No digas que sólo fue un sueño, Juanjo del blog La voz del silencio, Silvia del blog El filandón, Miguel de Relatos d2, Marta de Entrenómadas, Iliamehoy del blog La sonrisa imaginada, Elbereth del blog Apenas una palabra, Roxana del blog Enredarte, Horabaixa del blog Horabaixa, Titajú del blog Un baño de espuma, Begoña de Animadores Xograr, Manuel Tuccittano del blog La distancia no es el olvido, Javier del blog Poética, L. F. Comendador del blog Diario de un Savonarola, Genji del blog La tierra de Genji, Martín del Blog Bitáctora de cuadritos, Froiliuba del blog Paseos por la vida, Esteve Gallardo del blog De tot un poc, Santiago de Fotos Brujas, Guillermo Pardo de Migramundo, Albino Mallo del blog Los días de mi vida, … Todos los demás hasta el último de mi lista.

Con que cinco bloggers irías de copas?
Pues si pudiera ser haría una gran fiesta a la que estaríais todos invitados. Me encantaría conocer en persona a muchos de vosotros.

Con que blogger pasarías una noche de locura sexual?
Pues ya sabéis que el único dueño de todas mis locuras sexuales es Congo.

Te enamoraste alguna vez de algún blogger?
Pues no.

Estás satisfecha con tu blog?
Sí, me gusta tal cual es. A veces tengo ganas de cambiar de plantilla y todo eso pero luego me doy cuenta que estoy tan encariñada con él que lo prefiero así. Es que soy una sentimental, ya lo sabéis.

Escoge entre 3 y 5 bloggers para que respondan estas preguntas en sus blogs.
Pues voy a pensar en 5 blogueros que creo que no les importará hacer este meme, no obstante si deciden no hacerlo a mí no me parecerá mal.

Lemaki del blog  Aventuras para mejorar el alma
Llonxana del blog Lo que no te dije
Álex del blog En mi armario empotrado? No, ya no, lo abrí
Alegría del blog Íntimo y personal
Fonsilleda del blog Cajón de Sastra
Eva del blog El diario de Eva

¡Uy!, me han salido 6.

 

Gracias a TODOS. Biquiños,

martes, 7 de septiembre de 2010

La vida cotidiana

Hab

Hoy es domingo. Muy cerca de mi casa hay una panadería donde compro el pan habitualmente. Cuando me decidí a bajar, cerca de las doce de la mañana, al abrir la puerta, encontré en el felpudo una libreta, gorda y de pastas acartonadas de color azul oscuro con pintas blancas, como nubes deshechas.

Venciendo la ansiedad la abrí. La primera hoja estaba cubierta por entero con un nombre, Isabel, con dibujos a su alrededor: globos y garabatos en bolígrafo rojo y azul. Parece que lo escribiese un niño pequeño. La letra del resto de las páginas es diferente y parece un diario. Hay muy poco escrito. Sólo desde el jueves pasado. El resto de las hojas están inmaculadas.

Me da un poco de no sé qué leerlo. Los diarios son algo tan íntimo que es como meterse en la piel de alguien. Pero tengo la impresión de que no se cayó en mi felpudo al azar. Tal vez Isabel, sea quien sea, quiere que lea lo que ha escrito.

Jueves, 04.11
23,30 horas

Estaba viendo un poco la tele y haciendo el tiempo para darle el medicamento a Gemma y he tenido que apagarla. Sí, apagarla de pura envidia que sentí. Porque, vamos a ver, en muchas películas de la tele siempre es maravilloso hacer el amor. El deseo es compenetrado (nunca mejor dicho), alcanzan el orgasmo al mismo tiempo, hacen mil y una filigranas y no sufren tirones ni se manchan las sábanas, se susurran unas palabras deliciosas al oído... En fin, todo demasiado idílico. Y yo ya estoy harta de que me vendan publicidad engañosa. Al menos en mi caso nunca ha sido así, todavía no he logrado encontrar ese nirvana soñado. ¡Pero que gilipollas soy, tonta de mi! Porque eso es lo que soy: una gilipollas romántica. ¡Mierda!

Viernes, 05.11
23,00 horas

Tengo impaciencia de saber lo que sentirán sus manos cuando abran el sobre que contiene mis relatos. Y también lo que pensará. Me gustaría ser una pitonisa y poder verle en una bola de cristal. Tal vez todavía no haya abierto nada. O no lo haga. No importa. Mi impaciencia es serena. Nada va a cambiar mi vida. Ni un sobre, ni miles de sobres. No puedo permitirlo. Jugaré a enamorarme, a enamorarle con mis cuentos. Nada más. Ya sé que él tampoco puede ser mi amor. Sólo quiero un poco de chispa, algo que me haga sentir viva.

Sábado, 06.11
10,30 horas

Me meto en la ducha. Cierro la mampara. Debajo del agua muy caliente, que cae de la cebolleta, y con los ojos cerrados, dibujo su cara, mientras acaricio mi cuerpo con la espuma del gel de Aloe Vera. Y sonrío. Porque puedo imaginarlo a la perfección, sin un solo detalle de menos. Ni de más. Le deseo, es la pura verdad. Y permanezco así minutos inmensos, dejándome llevar por las sensaciones que me produce el agua, hasta que mi cuerpo empieza a arrugarse. Entonces abro los ojos, cierro el grifo y envuelvo el pelo mojado en una toalla pequeña. Y cuando voy a envolver mi cuerpo con la toalla de ducha veo mis piernas. Y pienso: Tengo que depilarme, ¡mierda! Odio los pelos en las piernas.

Vuelvo a la cruda realidad.

16:30 horas

Estoy dedicando el día de hoy a pensar mucho pero desde otra perspectiva. Y en el fondo, muy en el fondo de mi cabeza, veo una luz. Una luz que me dice: "Aparecerá lo que andas buscando. Todavía te queda corazón."

20:00 horas

Mientras Gemma está en casa de su amiga, estuve viendo una película, “Simone”, protagonizada por Al Pacino. A mí me encanta este hombre que tiene un algo, una especie de rudeza sensible. Bueno, lo que veo de él en sus películas porque evidentemente, no lo conozco. De sus pelis la que más me gusta es “Frankie y Johnny”, la vi varias veces.

También estuve haciendo punto de cruz. Quiero hacer un regalo a un buen amigo que siempre me arregla rotos y descosidos. Pero no sólo le quiero hacer el regalo por eso. Nos apreciamos mucho. Siempre se preocupa de sí estoy bien y de que me vayan bien las cosas y al contrario. Así que me esmeraré en cada puntada. Estoy bordándole un faro. Sé que le gustará porque es un apasionado pescador y un faro siempre le recordará la costa y el mar. A mi también me gustan por la luz que desprenden en las noches oscuras.

Faro azul s-m

Domingo, 07.11
08:30 horas

Demasiado temprano para despertar un domingo. No quiero levantarme todavía. Trato de retener los sueños de esta noche. Estaba en la playa, en la adolescencia, con un grupo de amigos. Yo me sentaba en la arena y entre mis piernas, los dos mirando al mar, se sentaba el chico que me gustaba. Los demás se reían en tono de burla. Tenía que acercarme mucho a su hombro para poder escuchar la historia que me estaba contando. No podía ver su cara, solo imaginármela. Era un sueño relajante. No como las últimas pesadillas de estos días atrás.

Y pienso en otras cosas ahora que ya estoy más despierta. En hacer una llamada que no debo. No puedo permitirme el lujo de entrar en un juego que no sé cómo acabará. Tengo miedo. Esperaré a dejar pasar el tiempo.

Así que lo que haré será levantarme y sacarme los malditos pelos de las piernas. Con el dolor me olvidaré del resto. Y luego la comida, la plancha... La vida cotidiana.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Un día para recordar

DSC_0120  
Estos días atrás sólo he tenido pensamientos para Senia.
Senia y sus exámenes,
Senia y sus nervios,
Senia y sus sueños,
Senia y sus notas.

No he tenido ganas de escribir porque todo lo ocupaba E L L A pero por fin ha llegado el día de decirle adiós a esta incertidumbre.

Hoy, viernes, tres de septiembre del dos mil diez.

El día de ese resultado tan esperado que le puede permitir a Senia, o no, poner en marcha su futuro.

ine 
09:30
En menos de una hora la vida de Senia (y en extensión la mía) puede dar un vuelco, un giro, un salto. Estoy preparada para lo que pase. Estamos preparadas. Creo que los nervios ya los hemos quemado estos días atrás. Y esta noche. En mis sueños ajetreados, era yo quien me examinaba: de griego, de latín y de lengua. Ojalá todo salga bien. Si no es así, seguiremos juntas. Eso le he dicho a Senia, antes de dirigirse al Instituto: Recuerda que tienes todo mi apoyo.

Desde el fondo de mi alma, honradamente, pienso que se merece aprobar. Ha estudiado mucho. Pero la vida no siempre es justa.

ines2  
10:30
Todo son Risas,
planes de futuro,
felicitaciones. 
Todo es A L E G R Í A.
 

 

Y es que los esfuerzos han dado su fruto.