Este fin de semana Congo y yo nos fuimos de excursión para celebrar su cumpleaños. Mi regalo consistió en el alojamiento en la casa rural El tiempo recobrado, en el corazón del Bierzo, para desde allí, ir a conocer unos lugares que ya tenía preparados de antemano y que os iré desvelando poco a poco.
A pocos kilómetros de la casa nos encontramos este majestuoso Palacio de Canedo, de arquitectura barroca, correspondiente al primer tercio del s. XVIII, que José Luís Prada adquirió en 1988, con sus terrenos. Poco después comienza a plantar vides y construye el edificio que acoge la nueva bodega, con sus 500.000 litros de capacidad.
El conjunto ha sido declarado bien de interés cultural, con categoría de monumento.
Todo el entorno invita a la calma, al disfrute.
Todo está muy cuidado y limpio.
Y suena por todo el recinto una música agradable y relajante, que hace todavía más acogedores los salones, salpicados de multitud de detalles.
Siempre intentando no romper la armonía de la edificación con la naturaleza.
Fijaos en el ascensor, está pintado para no desentonar.
La recreación de un comedor antiguo.
Este es el comedor donde comimos y os puedo decir que me comí el solomillo más rico de toda mi vida, acompañado de compota de manzana reineta por un lado y una salsa de queso, por otro. Unos pimientos que eran para morirse… Y nos bebimos una Limonada, una bebida elaborada con vino tinto Mencía, de sabor parecido al de la sangría.
Los precios de la carta me parecieron muy asequibles para el lugar que es. Los precios de las habitaciones, en cambio, ya no son aptos para todos los bolsillos.
Al fondo de esta galería fue donde tomamos el café.
Es un poco caro el café ¿no crees?
Depende de cómo se mire.
Desde luego las pastas las cobran bien.
Pero están deliciosas. Son artesanas y lo artesanal tiene su mérito y su valor.
Sí, la verdad es que están muy buenas y bien mirado tampoco es para tanto.
¡Claro! ¿Si es que sabes qué te digo?
¿Qué?
Que lo que me hace sentir este lugar no tiene precio. Me siento…
¿Y si le añado un beso?
Bueno, si me das ahora mismo un beso… Mejor me callo que quedaría muy cursi lo que voy a decir…
Prada comenzó a labrarse su destino a los 14 años, cuando se hace cargo de una pequeña tienda de zapatos que su padre tenía en Cacabelos.
Trece años después viajó a París y Londres en su Renault 8 TS, con cuernos de madera y pintado al modo “hippy”, viaje que le marcaría para siempre.
La inmersión en el mundo gastronómico la realiza en el año 74, cuando saca al mercado los primeros 3.000 tarros con cerezas en aguardiente, dos productos típicos de la zona. Luego continúa con pimientos asados, castañas en almíbar…
No podíamos irnos de Canedo sin comprarnos unas botellitas de vino, que por cierto, tenían también muy buen precio. Por ejemplo, el estuche de Limonada de 3 botellas, 15 euros.
La filosofía del lugar se resume en esta frase impresa en los sobres de azúcar: ”A la naturaleza no podemos mejorarla pero… lo intentamos”
¡¡Salud!!