En julio, la familia también nos llevó a Congo y a mí hasta Andorra.
Ninguno de los dos la conocíamos. Y fue un placer enorme descubrirla.
Andorra la Vella está rodeada de piedra por todas partes.
Fijáos si no en cómo están construídos algunos edificios y parques.
Pero también Andorra es calles comerciales por todas partes.
Escaparates de escándalo y precios de más escándalo todavía.
Y artículos increíbles que jamás antes había visto: chupete con gafas incorporadas.
¡Que modernos y adelantados son los andorranos!
Y arte en las calles; reloj daliniano incluído.
Si le preguntáis a Congo cuántas vueltas dimos para hacer esta foto, os dirá que fueron unas cuantas.
¡Cuanta paciencia tiene conmigo! Por algo le quiero tanto.
Pero todo el pueblo es artístico.
A donde mires fotografías una postal.
Y preciosas terrazas donde degustar una cerveza o una infusión.
Y hasta alguna que otra rareza.
Os cuento:
Andorra me pareció un lugar muy civilizado y muy cuidado.
Dejan entrar a los perros en casi todos los lugares: hoteles, cafeterías, comercios y hasta restaurantes.
Y lo más sorprendente es que no vi ni una sola caca de perro tirada en suelo.
Y otra cosa muy muy sorprendente: por la noche no recogen las sillas, las sombrillas y las mesas de las terrazas y las atan con cadenas. No, de eso nada, los andorranos dejan las terrazas tal cual y no pasa nada.
Porque os lo cuento yo que si no, no podíais creerlo ¿verdad?
Pernoctamos viernes y sábado en la parroquia de La Massana.
Desde este pueblo sale un teleférico hasta la estación de Vallnord.
El viaje hasta la cima es asombroso porque el paisaje de Andorra es espectacular.
En Vallnord un gracioso muñeco da la bienvenida a niños y mayores.
Los niños pueden hacer descenso en tirolina,
Y los mayores pueden dedicarse y de hecho se dedican (por miles y de todos los países imaginados) a los descensos en bicicleta.
Bien pertrechados, eso sí, porque los descensos son muy peligrosos (llevan cascos, gafas, rodilleras, protectores de cuello, coderas, espalderas… todo lo que os podáis imaginar).
Fijáos que rutas para descender! Y que pendientes!
[Si agrandáis la foto podéis ver a los ciclistas en la curva, que precisamente cuando pasábamos nosotros uno de ellos se cayó y se pegó una buena torta.
Alguna que yo me sé, mientras subíamos en el teleférico, comentó: “Nuestros chicos no bajan por ahí, nuestros chicos bajan por la carretera”, a lo que Congo y yo, respondimos: “¡Ay que engañada estás, madre!, los nanos por ahí mismito que van a bajar.”
La cara de susto fue de película.
Pero como somos personas positivas y los chicos en cuestión que iban a hacer el descenso, tienen dos dedos de frente, confiamos en que todo iba a salir bien y por eso mientras ellos descendían, nosotros disfrutamos de las vistas, del aire puro, del buen rollo, de la armonía…
y del sol de la montaña.
Pues claro que sí… Se puede pedir…
Una buena ración de rico pollo asado…
Estaba de rechupete!!!!
Claro que con en este paisaje y con tan buena compañía, todo estaba delicioso.
Y el próximo día Pal.
[Y termino con Andorra y con Julio].
14 comentarios:
Pues nos dejas unas fotos muy hermosas, gracias.
Bicos
Fuiste a Caldea?
Si no fuiste la próxima vez ves y verás que maravilla.
Besos.
¡Un lugar pendiente!
Lo de las terrazas me ha llegado al alma. ¿Alguna vez podremos hacerlo en España sin que nadie se lleve una silla a casa?
Besos.
Ay, Aldabriña, te deberían nombrar ¡embajadora de honor de Andorra! Has hecho un reportaje estupendo. Yo estuve en Andorra a finales de los '60 cuando vivíamos en Barcelona. ¡imagínate si no ha llovido desde entonces! Besotes, M.
Pues te diré que estoy de acuerdo en que es un sitio precioso, yo estuve sólo un día pero me gustó mucho lo que vi y eso que no fuimos de compras jjj, íbamos con Pepo y es verdad que lo pudimos llevar por todos sitios y lo extraño es que nos parezca mentira cuando debería ser de lo más natural...lo que hemos perdido es el norte y ahora lo que nos parece normal es la prohibición de casi todo y el tener que poner cerrojos hasta en el aire...
Precioso reportaje, ALdabra, hasta aquí me llegó el aire de montaña, a mi que nunca estuve allí. Paso del ciclismo, por su puesto.
Besos
La verdad es que siempre relacionamos Andorra con las compras y eso es lo menos impactante al lado de los paisajes y lugares encantadores que se reflejan en tus fotografías.
Biquiños.
Que mayor tu niña ya! y tan linda
Ya veo que sigues tan apañadita para tus cositas artesanas, y promoviendo las artes de los amigos y amigas (algunas que yo misma he recibido y que honrada me siento y tan agradecida)
Realmente las fotos son lindas, imagino que con un paisaje tan de cuento habrás hecho muchísimas...
Que bien tener el blog, así almacenas ordenadamente tus recuerdos para el futuro, para volver a revivirlos y, al mismo tiempo, los compartes con las personas que te apreciamos.
ves? los blogs todo son ventajas!
:-)
Gracias por este hermoso paseo virtual! Un saludo.
Cuando pueda viajar, Andorra será la primera, hace mucho tiempo que lo pienso. Obligaciones familiares, ya sabes.
Me sentiría como Heidi por esas montañas. Ioioioioioiuiuiuioiu.
Besos, biquiños, Aldabra y Congo.
¡Qué gracioso ese chupete con gafas incorporadas! jajajaja.
Yo tampoco conozco Andorra, pero siempre que he visto fotos me dan ganas de verla porque los paisajes son una maravilla.
Voy regresando de las vacaciones y el letargo poco a poco.
Un beso.
Un mes de julio bien aprovechado y lleno de encanto. Gracias por compartirlo.
Un abrazo
Es un país muy curioso, Andorra. A veces parece una reliquia medieval y otras un país muy moderno; pero pienso que en su corazón late un corazón más bien antiguo. Para lo bueno y para lo malo.
Besos.
Fantástico lugar para ir de vacaciones.
Saludos
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