La otra noche tuve un sueño.
Soñé que de mis pechos brotaba leche en abundancia, que se desbordaba por mi cuerpo y el bebé que tenía, muy pequeño, la chupaba con glotonería. Al despertarme, por la mañana, tenía esa imagen grabada en mis retinas. Supe entonces, que tenía que convertirla en un poema, pequeño, como el bebé que había soñado.
Así nació Madres en guerra. I
No es de extraño que sueñe con bebés porque es un sueño recurrente, supongo que porque tengo un sentimiento maternal muy arraigado. Siempre sentí que quería tener hijos, y digo plural porque me hubiese gustado tener varios hijos, pero las circunstancias de la vida, nos llevan por caminos que, a priori, jamás elegiríamos por nosotros mismos.
Mi primer deseo de ser madre se materializó en Senia, una niña completamente deseada y querida.
Mi segundo deseo de ser madre jamás se materializará. Me haría muy dichosa tener un hijo con Congo pero está relación ya me llega algo mayor para empezar de nuevo la andadura de criar otro hijo, más en los difíciles tiempos que corremos (y no me refiero a la calidad de vida actual, o a las comodidades de las que disponemos).
Resumiendo, mi reloj biológico está a punto de pararse. Mi fertilidad está tocando a su fin, pero como "los sueños, sueños son", mi cabeza es libre para imaginar todos los bebés habidos y por haber.
A lo largo del día que siguió a la noche del sueño, escribí otra perspectiva de la guerra, lo que siente una mujer como tal, cuando pierde a su amado. A fin de cuentas el dolor en sí mismo es igual, tanto si pierdes un hijo como a tu gran amor. Son dolores incomparables pero de igual modo te desangran por dentro.
Así nació Mujeres en guerra. II
Para ilustrar Madres en guerra, en seguida se me vino a la memoria esa foto que tenía guardada desde hace tiempo: mi pecho como fuente de vida y alimento. Otro sueño a fin de cuentas porque Senia nació muy pequeña y aunque tenía leche para amamantarla, ella no tenía fuerza suficiente para succionar. No tuve otra opción que darle el biberón, sobre todo para controlar lo que comía porque no podíamos permitirnos el lujo de que se pasara alguna toma.
Para ilustrar Mujeres en guerra, busqué imágenes poniendo en Google: "pañuelo negro" y así fue como di con la historia de Nawal al Saadawi, una gran mujer, cuya existencia hasta el momento desconocía. En cuanto tenga ocasión espero poder leer alguno de sus libros porque de seguro merecerá la pena. Mientras tanto no puedo haceros ninguna recomendación.
Los sueños son extraños y a veces, nos señalizan muchos de los senderos de la vida real. Seguirlos o no es nuestra decisión.
La imagen del post de hoy es de JJG Meizoso y la mujer de la foto es Senia.
27 comentarios:
Cuánta emoción en esta entrada tuya de hoy. Hay también otras muchas formas de ser madre cuando se ha detenido ese reloj biológico del que hablas.
Besos.
yo no seré madre, aunque me acerque al sentimiento :) bellas imágenes y reflexiones; tampoco conocía a Nawal al Saadawi, hay que leerla (en verano, cuando el tiempo vuelva a tener sentido y los segundos no se muerdan unos a otros:)
disfruta las vacaciones! :))
desde Mejeres en Guerra I, me recordaste este fragmento de mi poema "Letanía Del Sinamor"
...
Quiero una guerra en mi alma,
una explosión en mis venas.
Quiero,
una madre en mis entrañas
saliendo de entre escombros,
con el corazón roto de pena,
por un marido y unos hijos
que ya no la aguardan.
...
:::::::::::::::::::::::::::::
Un cariño para las dos.
Besicos.
No dudo que con los avances de la ciencia puedas guardar varios de tus mejores ovulos tratarlos y hacer realidad tu sueño, porque aunque no lo creas tener un hijo te recicla para vivir otra vez. Si dices que no puedes por vejez entonces será que lo estás.
Ternura desbordada en cada palabra.Un mágico recorrido por los cimientos del alma.
Una sonrisa
Si.
Mucha ternura.
El reloj no para.
El maldito reloj no para.
Besos.
Casi nunca recuerdo lo que sueño y, si lo hago, enseguida se desvanece lo que me produce una pequeña frustracion porque a veces sé que quería o contaro o usarlo de alguna manera.
Así que, te felicito.
Hermosa fotografía de SEnia.
Bicos.
No creo que yo sea madre, porque creo que soy mayor ya y me parece la cosa más difícil del planeta... debe ser que o lo haces sin pensar o nada de nada...
Y además, yo estoy en la primera fase, estoy descubriendo a ser mujer ;)
Besicos
Si tus deseos de ser madre no se pueden realizar, ese sentimeinto maternal tan arraigado que tienes lo puedes depositar en tantos y tantos niños necesitados de ese cariño de madre que muchos no llégarán a conocer jamás.
Un abrazo
Anoche soñé que estaba soñando.........
Asi empieza un relato que algún dia leeras.
Espero que a la vuelta, cuando de encuentres en el blog, nos cuentes tus aventuras motocicilistas.
Ahhhhhh y si tu crees que eres "mayorcita" para volver a ser madre, yo ya me niego a ser abuelo por la misma razón.
Un beso
una entrada muy personal e íntima. te leo con aprecio por compartirlo y con el respeto que mereces.
un abrazo.
Suscribo al comentario de PEDRO aquí arribita, venía a decirte lo mismo.
Besos
En ocasiones los sueños albergan certezas más fieles a nuestros sentimientos que los propios razonamientos que podamos tener despiertos. Me encanta tu frase final dejando a la libre elección de cada uno el seguirlos o no.
Besinos.
Los sueños no dejan de ser proyecciones de la mente. Y quizá sean la forma que tenga la mente de alertarnos de algo, en ciertas ocasiones.
Me encanta la foto.
Saludos.
cuanto amor... cuanto
Soy madre de dos niñas; desde que tengo uso de razón,quise tener hijos y mi mayor dolor llegó cuando me negaron la maternidad.
Al año nació la mayor, a los dos y medio, nació la pequeña.
Por cuestiones ajenas a mi, no pude dar el pecho a la mayor; me tuvieron que curar el pezón sangrante y me vendaron el pecho. Con La pequeña me negué a intentarlo.
Nunca me quedó pena por no poder amamantarlas; crecen sanas, fuertes y felices.
No considero el pecho como vida; a estas alturas de mi vida, es más bien un estorbo a la hora de hacer ejercicio, y una lacra a la hora de dormir boca abajo, mi postura favorita.
Sentimientos que traspasan las fronteras del tiempo, de cada yo en su contexto; sueños que se fraguan, empujados por el pensamiento. A veces me paso mucho tiempo repasando los sueños, cuando consigo recordarlos y ordenarlos. Un abrazo
Comparto ese instinto maternal.Uno de mis grandes deseos es ser madre algún dia. Por suerte la vida me ha dado alumnos que adoro, no es lo mismo, pero consiguen paliar en cierta manera mi necesidad de ser madre. Siempre bello lo que escribes. Un beso
Ai, jo, que bonita. Me encanta.
Como tu dices la imaginación permite dar la vuelta a la realidad, y no hay nada de malo en ello.
De todas formas, Senia es más que suficiente ;)
Un besoo :)
Percibo en ti moitas sensacións propias das "nais únicas". Explícome: Sempre se nos tachou aos fillos únicos de mimados e consentidos. Estimo e considero que as que sodes nais de fill@s únic@s tedes un instinto maternal moi a flor de pel. Por iso os soños/pesadelos...
Lembro que miña nai me contaba eses soños. Todiños tiñan que ver comigo en perigo. Que me corrixa Senia se vou moi trabucado na análese...
Eres moi valente por expresar os teus sentimentos con esa vivacidade. Un bico
Muy bello Aldabra, eres afortunada con tu hijita, me viene a la memoria la situación de una gran amiga mía, es joven, como tú, su ilusión y su sueño era tener hijos, no tuvo ninguno ni creo que ya los tenga, por circunstancias de la vida largas de contar, y te puedo asegurar que no fue su decisión no cumplir esa gran sueño.
Biquiños, Aldabra, y para Senia.
Lavida es un continuo de roles, hija, madre, abuela....persona...
trabajadora...amante......etc
Que gusto volver a leerte.. después de mi ausencia..
Un abrazo
Saludos fraternos..
pues mira que tú.... Genial Un beso enorme
Bonita reflexión o sueños o esperanzas. Creo que has cumplido parte de tu sueño; también creo que es muy bonito que sigas soñando siempre...
besos!
Seguir algún sueño es un mandato de la felicidad.
Besos.
muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
biquiños,
Publicar un comentario