
ANTECEDENTES
Transpirenaica (publicado 18 de junio de 2010)
Viaja con nosotros I (publicado 19 de julio de 2010)
Viaja con nosotros II. Reflexiones (publicado 22 de julio de 2010)
Muchos de vosotros, al igual que yo, seguro que acostumbráis a hacer balance de todo lo que sucede en vuestra vida. Pensáis, como yo, que es bueno analizar las situaciones y destacar lo que nos han aportado como personas, sea positivo o negativo, es decir, hacer una especie de resumen o esquema para no olvidarnos de lo más importante o destacable.
Esta vez, voy a pediros, por favor, que hagáis el balance de la Transpirenaica conmigo, ahora que ya ha pasado el tiempo prudencial desde que transcurrió, que me permite ser quizá más objetiva. Voy a ir destacando "lo que más o "lo que menos" siguiendo un orden cronológico, ¿os parece?
El lugar de más peligroso

El lugar en el que vivimos los momentos más tensos, por no decir en el que más miedo pasamos fue en una curva de uno de los puertos, si no recuero mal se trataba del Tour de Madeloc. Era tal el viento huracanado que soplaba, que algunos de los chicos tuvieron que vencer la curva, con las motos apagadas y de una en una, agarrándolas muy bien. De hecho mientras que Congo y yo, nos bajamos disparados de la moto, para que él pudiera ayudar a los de delante, su moto se la derribó el viento rompiéndole el retrovisor. Fue impresionante, en serio.
El lugar que más me decepcionó

y porque aquí reposan los restos del gran poeta Antonio Machado
A ver si me explico. Como ya sabía que íbamos a ir al pueblo francés de Coillure, me hacía mucha ilusión visitar la tumba de Antonio Machado, un pueblo precioso, como podéis ver, pero al llegar al pequeño cementerio donde reposan los restos del poeta, junto a su madre, se me cayó el alma al suelo. No sé cómo describiros la sensación. No soy yo amiga de grandes mausoleos, no es eso, pero es que me pareció un lugar un poco descuidado y tal vez, demasiado anónimo, no sé cómo deciros. Aún así sentí una emoción intensa al estar en ese lugar leyendo los versos que un día escribió:
"Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar".
Antonio Machado (1875-1939)
El restaurante que más me gustó
No me refiero sólo a la comida, ya que comimos y cenamos muy bien en todos los lugares que estuvimos, hablo del encanto del local y del paisaje en el que está enclavado. Se llama Fonda Riga y está en Tregurá de Dalt. Juzgar vosotros mismos las fotos:


El hotel que más me gustó
Se llama Bernat de So y está situado en Llivia, un pueblo que parecía dormido ya que es prácticamente un pueblo absolutamente turístico de Julio y Agosto y de temporada de nieve.
El lugar más científico que vimos
Hasta el momento jamás había oído hablar de la existencia del Horno Solar de Odeillo y por tanto no sabía lo que era. Después de verlo en directo y de leer algunas cosillas, al menos cuando alguien pronuncie "horno solar" a mí ya no se me abrirá la boca de una cuarta diciendo: "¿Pero eso qué es?"
El Horno solar es un centro francés de investigaciones sobre energía solar dependiente del CNRS, situado en el departamento de los Pirineos Orientales, al sur del país. Junto al que existe en Taskent (Uzbekistán), es uno de los dos mayores del mundo, con una potencia térmica de 1000 kW. Debe su renombre mundial a su especialización en investigación de la concentración de la radiación solar y del comportamiento de los materiales sometidos a condiciones de temperatura extremas.
El pueblo que más me gustó
He deciros que todos los pueblos por los que pasamos tenían encanto (fotos superiores) pero los rincones de los que pude disfrutar en este pueblecito, Viella (Arán), paseando con Congo, me parecieron muy hermosos.
El lugar más emblemático
Por todos conocido, creo, ya que por él pasa por una de las etapas del Tour de Francia, en el que este año ha vuelto resultar ganador, un año más (el 3º), nuestro admirado Alberto Contador.
El lugar que ocupa el primer puesto en mi corazón
El Circo de Troumouse, situado a 2.138 metros. Fue el lugar en el que me sentí más identificada con la naturaleza. Me encantaría volver de nuevo allí dentro de unos años, con Congo, cuando ya las imágenes, todavía muy vívidas ahora, se se vayan apagando. Y recordar, otra vez.

La foto del corazón rojo, la vertical de Fonda Riga y las del hotel Bernat de So, están quitadas de Internet.
El resto de fotos me las prestaron P.P., Carmen, y Tuchy, al igual que en los post del viaje anteriores. Gracias, otra vez.
También gracias, otra vez a Josep y Tuchy, (hoy os dedico las canciones a vosotros),
los organizadores del viaje, porque sin ellos, que tuvieron la iniciativa, no existiría lo demás.
...ooo000ooo... ...ooo000ooo... ...ooo000ooo...
Y Colorín, Colorado, este viaje se ha terminado. ¡Oh, que pena!.