miércoles, 16 de junio de 2010

Oxalá / Ojalá




E él díxolle:

“Oxalá poidamos dicir
algún día,
que a muller triste
que viveu en ti,
marchou para sempre”

E ela pensou:

“Oxalá teñas razón
e esa muller
non volte xamais”

...ooo000ooo... ...ooo000ooo... ...ooo000ooo... ...ooo000ooo...

Y él le dijo:
Ojalá podamos decir algún día,
que la mujer triste que vivió en ti
se fue para siempre.
Y ella pensó:
Ojalá que tengas razón
y esa mujer no vuelva jamás.

...ooo000ooo... ...ooo000ooo... ...ooo000ooo... ...ooo000ooo...

"... El caballero no parecía tener alternativa. Perdía fuerza en cada segundo que pasaba y la sangre brotaba de sus dedos allí donde se aferraban a la roca. Pensando que moriría, se dejó ir y se precipitó al abismo, a la profundidad infinita de sus recuerdos.

Recordó todas las cosas de su vida de las que había culpado a su madre, a su padre, a sus profesores, a su mujer, a su hijo, a sus amigos y a todos los demás. A medida que caía en el vacío, fue desprendiéndose de todos los juicios que había hecho contra ellos.

Fue cayendo cada vez más rápidamente, vertiginosamente, mientras su mente descendía hacia su corazón. Luego, por primera vez en su vida, contempló su vida con claridad, sin juzgar y sin excusarse. En ese instante, aceptó toda la responsabilidad por su vida, por la influencia que la gente tenía sobre ella, y por los acontecimientos que le habían dado forma.

A partir de ese momento, fuera de si mismo, nunca más culparía a nada ni a nadie de todos los errores y desgracias. El reconocimiento de que él era la causa, no el efecto, le dio una nueva sensación de poder. Ya no tenía miedo.

Le sobrevino una desconocida sensación de calma y algo muy extraño le sucedió: ¡empezó a caer hacia arriba! ¡Sí, parecía imposible, pero caía hacia arriba, surgiendo del abismo! Al mismo tiempo, se seguía sintiendo conectado con lo más profundo de él, con el centro de la Tierra. Continuó cayendo hacia arriba, sabiendo que estaba unido al cielo y la Tierra.

Repentinamente, dejó de caer y se encontró de pie en la cima de la montaña y comprendió el significado de la inscripción de la roca. Había soltado todo aquello que había temido y todo aquello que había sabido y poseído. Su voluntad de abarcar lo desconocido le había liberado. Ahora el universo era suyo, para ser experimentado y disfrutado.

El caballero permaneció en la cima, respirando profundamente y le sobrevino una sobrecogedora sensación de bienestar. Se sintió mareado por el encantamiento de ver, oír y sentir el universo que le rodeaba. Antes, el temor a lo desconocido había entumecido sus sentidos, pero ahora podía experimentar todo con una claridad sorprendente. La calidez del sol del atardecer, la melodía de la suave brisa de la montaña y la belleza de las formas y los colores de la naturaleza que pintaban el paisaje, causaron un placer indescriptible al caballero. Su corazón rebosaba de amor: por sí mismo, por Julieta y Cristóbal, por Merlín, por Ardilla y por Rebeca, por la vida y por todo el maravilloso mundo.

Rebeca y Ardilla observaron al caballero ponerse de rodillas, con lágrimas de gratitud surgiendo de sus ojos.

“Casi muero por todas las lágrimas que no derramé”, pensó. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas, por su barba y por su peto. Como provenían de su corazón, estaban extraordinariamente calientes, de manera que no tardaron en derretir lo que quedaba de su armadura.

El caballero lloraba de alegría. No volvería a ponerse la armadura y cabalgar en todas direcciones nunca más. Nunca más vería la gente el brillante reflejo del acero, pensando que el sol estaba saliendo por el norte o poniéndose por el oeste.

Sonrió a través de sus lágrimas, ajeno a que una nueva y radiante luz irradiaba de él; una luz mucho más brillante y hermosa que la de su pulida armadura, una luz destellante como un arroyo, resplandeciente como la luna, deslumbrante como el sol..."
Foto: Aldabra

21 comentarios:

Lembranza dijo...

Oxala, yo también me lo digo muchas veces a mi misma. Me he dado un paseo por tu blog y me gusta, gracias. Un saludo

fonsilleda dijo...

Sireniña, precioso cuento nos has regalado hoy, ya que, tuyo es el regalo pues yo no lo conocía.
E, esa muller tristeira, haberá que pechala baixo sete chaves polo menos.
Bicos.

Anabel Cornago dijo...

¡qué maravilla nos has traído hoy!, uf, lo he leído un par de veces... hay tanto que pensar con esas palabras...
Ser conscientes de nuestros actos y asumir siempre nuestra responsabilidad.

Muchos besotes :)

Dilaida dijo...

OXALÁ, OXALÁ "se Alá quixera" , pero nós tamén temos que axudar o mesmo que o home da historia que contas, aínda que "caer hacia arriba" non é o normal, se é necesario hai que facelo.
Bicos

Anónimo dijo...

Mira que apenas entiendo el gallego, pero pronunciándolo a capón prefiero la sonoridad del gallego que en castellano. Es precioso. Ojalá que lo consigan los dos.
Lo del hombre del caballero de la armadura oxidada me gusta lo que has seleccionado, lo que pasa es que yo lo leí como The Knight in Rusty Armor cuando estuvimos en Boston y no sé si fue mi mal inglés, si es que los libros de autoayuda me dan sarpullido, o si la foto de Robert Fisher de la aportada me daba yuyu, el caso es que no me gustó nada.
Un beso enorme
y cuidaros mucho que el tiempo no es nada bueno

El Pinto dijo...

Diré que me ha gustado la narración.
Termino de soltar un largo comentario en el anterior y ahora parece que no procede más que la brevedad .
Tan solo un comentario, si lo poco cierto que contemplamos cada día es que el sol sale por el este y se pone por el oeste, pensar otra cosa, podría manifestar equivocación, también, quizás tratar de evitar la naturaleza de la tristeza,sin analizar para superarla.

Anónimo dijo...

Me encantó... Es una buena enseñanza la de intentar desprenderse de todas esas cosas que tanto llevamos en nuestro corazón, el dolor, las penas, el llanto, la culpa a los demás.. y ahí es cuando renacemos, nos elevamos, volvemos a ser nosotros, vemos la vida tal y como debe ser....

Habrá que tomar ejemplo, verdad?

Un besazo cielo

Rubén dijo...

Un poema precioso (sobre todo la versión gallega) y un relato muy apropiado y con un mensaje más que esperanzador.
Abrazos.

jg riobò dijo...

Ejemplo de vida.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Ojalá. La fábula que contiene ese libro deberíamos aprenderla al inicio de nuestra vida.

TORO SALVAJE dijo...

Que no vuelva nunca.
Si la ves asomar la cabeza tírale un zapato.

Besos.

El Drac dijo...

Y es más común de lo que parec, las personas viven anhelando poder hacer borrón y cuenta nueva. Rehacer su vida cual si empezaran de cero ES SU SUEÑO, cuando nuestra vida misma tiene raíces en el tiempo y referencias de las cuales sería imposible prescindir sin perder nuestra propia identidad. Un gran abrazo. Como dijo Juan PabloII y como hizo el protagonista de tu relato. "Sólo la verdad nos hará libres"

beker dijo...

Tampoco a mi los libros de este estilo me motivan mucho, pero éste me ha resultado de interés para trabajar algunas cosas de la seguridad, la autovaloración y esas cosas. Un abrazo

Belén dijo...

Yo creo que hay que saber dónde está la tristeza para luego saber dónde está la alegría :)

Besicos

Cele dijo...

Un bon desexo, que oxalá se vexa cumplido
Biquiños.

Maripaz dijo...

Pues es realmente un relato con mucha "miga". Cuando decidimos vivir nuestra vida con todo lo bueno y lo malo que encierra la vida misma, somos capaces de tomar las riendas de todo nuestro vivír.
Bicos

Myriam dijo...

Es una fábula preciosa. EL caballero aprende a asumirse, a ser el mismo y deja de lado la coraza que lo había protegido durante tanto tiempo de sus propios sentimientos.

El aprende a vivir y a sentir.
ES decir, a vivir plenamente y con conciencia.

Besos.

Myriam dijo...

Pues sí, Amen, que así sea.

Juanjo Montoliu dijo...

Eso sería lo mejor, pero como sabemos que va a volver, que nos pille preparados.

Un poema sencillo y bonito. Creo que todos hemos sentido ese deseo muchas veces.

Besos.

maría dijo...

me encanta leerte... me encanta

ALBINO dijo...

Todos resbalamos alguna vez en la vida, pero no todos se salvan como el personaje de Fisher. Valga que sea una metáfora.
Besos