viernes, 17 de septiembre de 2010

Una vez a la semana. I. Sensaciones.

in-treatment

En Terapia, me tiene totalmente enganchada y por eso, imagino, se me ha dado por escribir este capítulo, que creo, continuará. Tengo algunas ideas, ya veremos.

Ana  A: (Paciente)
Raimon/Rai R: (Terapeuta)

A - Hola Rai.
R - Hola Ana, ¿cómo estás?
A - No lo sé.
R - ¿No lo sabes o no quieres saberlo?
A - Es que no tengo ninguna sensación en concreto y tengo muchas sensaciones

(...) Tiempo en blanco

A - Es que me siento rara. Es como si no  me encontrase entre las personas, como si éste no fuese mi mundo. De pronto, voy por la calle y las otras mujeres que  van y vienen con bolsas en la mano, con cara de felicidad, de estar en la onda, con sus tacones y sus uñas pintadas, sus melenas al viento... y miro mi pelo y... No tengo nada que ver con ellas. Nada.
R - ¿No te gusta tu pelo?
A - ¿Estás de broma, verdad? Míralo bien. Tengo poco pelo y he tenido que cortarlo porque no es ni liso ni rizado ni ná de ná, siempre en el medio de todo.
R - ¿Por qué dices siempre?
A - Porque siempre ha sido así, Rai. Ni alta ni baja, ni gorda ni flaca, ni fea ni guapa, siempre en un término medio más bien indefinido.
R - Estás olvidando que existen los términos medios.
A - Puede que así sea pero la sociedad, Rai, te exige una etiqueta definida. Y yo siento que no encajo, Rai, ni siquiera me identifico con mi cuerpo.

(...) Ana mira al suelo y hacia las estanterías.

He engordado tres kilos, seguro que tú también lo has notado porque se me ha puesto cara de pan. Y no me vengas ahora con todas esas teorías de que tenemos que querernos a nosotros mismos, bla, bla, bla... Porque yo no me quiero. No me quiero, Rai. Mis pechos se han caído, uno lo tengo más o menos a su altura y el otro ya va por libre. Se han ensanchado mis caderas, tengo celulitis en las piernas y no me gusto. Creo que hasta tengo ya sofocos menopáusicos. ¡Como odio esa palabra, Rai! En realidad me aterra. Me mire por donde me mire veo fealdad.
R - Creo que estás siendo muy injusta. Estás sana, la salud es más importante que el aspecto físico.
A - ¿Pero en que mundo vives? ¿Sales alguna vez de este cuarto, Rai? No me vengas con esas, por favor. Ya me sé toda esa mierda de memoria y me cabrea. A una no la paran por la calle y le dicen: Hola, Ana, pero que sana se te ve.
R - Touché, tienes razón.  Hay que educar a la sociedad e inculcarle los valores que son buenos. De todos modos, sin desviarnos del tema principal, todo lo que has descrito no es motivo para que no te quieras y te pongas así.
A - Me parece... me parece que nada funciona. Vale que tal vez el aspecto físico sea lo de menos pero lo de encajar o no, sí que importa ¿verdad? A veces miro a todas esas personas que me hablan y me digo por dentro: Si supieras que estoy deseando llegar a mi casa y esconderme de vosotros...
R - ¿Esconderte? ¿Por qué quieres esconderte? Recuerdo que las primeras veces que hablamos hiciste hincapié en que eras una mujer muy sociable. ¿Ya no es así?
A - Sí y no, Rai. Lo que pasa es que me han decepcionado tanto que me da igual estar sola, no echo de menos a la gente, ¿entiendes?

Ana baja los ojos porque siente que se le escapan las lágrimas. Rai se percata de ello y le acerca una caja de pañuelos.

A - Gracias, Rai.
R - ¿Por qué lloras Ana?
A - ¿Te dije que había roto con Sergio?
R - No, ¿cuándo ha sido?
A - Hace dos semanas.
R - ¿Por qué no me lo has contado?
A - Pues porque no tiene importancia. Tú y yo sabemos que lo nuestro estaba muerto desde hace tiempo.
R- ¿Quieres contarme cómo ha sido?
A - Estábamos en la cama. Echamos un polvo de pena y al terminar,  todavía dentro de mí, va Sergio y dice: Ha sido estupendo, ¿verdad cariño? No pude soportarlo más. Lo más delicadamente posible me escabullí de su cuerpo y me fui a la ducha. Empecé a restregarme con el guante de crín hasta que mi piel se enrojeció tanto que pensé que iba a hacerme alguna ampolla ¡Como lo odié en aquel momento! Sus manos torpes, sus besos babeantes... Le he dicho y explicado mil veces como me gusta que me acaricie y que me bese y que me diga las cosas pero él, venga, a la suya. Y no pude más. No pude. Cuando terminé en el baño, volví a la habitación y hablé con él. Le dije que era el momento dejarlo. Primero se hizo el sorprendido pero creo que llevaba tiempo esperándolo. No es ningún estúpido. En realidad, Sergio es un hombre estupendo, tiene sus cosas pero es bueno. Recogió algunas de sus pertenencias y se fue. Dos días después volvió a por el resto. Hablamos por teléfono y eso pero... Todo se acabó. 
R - ¿Y cómo te sientes ahora?
A - Me siento como una mierda, Rai, sinceramente. Sin ganas de nada... de volver a empezar.

(...)

A - Bueno, es la hora Rai, he de irme. Nos vemos las semana que viene.
R - Cuídate Ana y si necesitas algo ya sabes que puedes llamarme.
A - Gracias. 

        

42 comentarios:

Alegría. dijo...

¡Uuuuuuffffff! Fantástico. Hay un fragmento, que parece que te has adentrado en mi cerebro y lo has transcrito.
Un beso. Gracias por todo.

Alegría. dijo...

Aldabra, la serie tiene una pinta fantástica; ¿dónde la ponen?

TORO SALVAJE dijo...

Muy logrado Aldabra.
Una sesión tremenda.
Veremos como sigue.

Besos.

Rubén dijo...

Muy interesante, Aldabra. La verdad es que el tipo es todo un profesional "sonsacando" a la chica todos sus traumas internos.
Ojalá ella salga adelante.
Besos.

ALBINO dijo...

...y que va a pasar ahora?
Está tan bien dialogado que podría ser una escena teatral o la secuencia de una película.
Adelante, Aldabra. Has empezado un bien camino literario y debes segurlo.
Un beso

Paz Zeltia dijo...

He visto la serie, en el 2008.
Y a mí también me enganchó desde el principio.
Pero claro, tu ya sabes que a mí no hay psicólogo que me aguante.

Además si mi psicólogo fuera como Paul, seguro que me pasaba como a la que tú ya sabes que está enamorada de él.

También escribí sobre esta serie en mi blog,
un extracto:

"el propio terapeuta, en un capítulo, se cuestiona sobre la necesidad de analizar, de conocer; si realmente eso ayuda a todas las personas.
Puede que haya quienes sólo puedan vivir de una manera medianamente feliz construyendo una vida sobre una base ficticia, puesto que la real le aplastaría.
Y puede que esas defensas que construímos no siempre nos encierren, nos aprisionen...
sino que algunas veces nos salven."


Si te apetece leer el resto,
pega ésto en la barra de direcciones de tu navegador:

http://zeltia.zoomblog.com/archivo/2008/11/30/in-treatment.html

Paz Zeltia dijo...

Aldabra:
yendo a buscarte el enlace recordé un chiste que se cuentan entre psicólogos :D
-y los que tienen la suerte de no tener pajolera idea sobre distintas terapias y en que cosisten, no le cogerán la gracia al chiste, y no saben la suerte que tienen,
pero para otros muchos va:

"Yo ése me lo sé como chiste "entre" sicólogos: paciente que se hace pis,amigo psicólogo que le recomienda terapia conductista,corta y efectiva. Al poco tiempo se ven y le pregunta si funcionó:
-si, ahora hago vida normal: llevo pañal de adultos.
-pero no hombre, te daré una tarjeta para un psicoanalista que, aunque la terapia es más larga, hay un 50% de casos que se curan y llámame cuando estés bien.5 años más tarde, en vista de que no llamaba, le pregunta cómo le fué:
-bien, ahora sé exactamente cual es la razón de que yo me haga pis encima, pero tengo que llevar pañal para hacer una vida normal.
De nuevo le recomienda una terapia reciente, que tiene en cuenta al ser humano en su conjunto y le da el teléfono de un colega que practica terapia gestalt
Verdaderamente impaciente le pregunta al poco tiempo, y su amigo le contesta:
- muy bien, ahora cuando me hago pis encima me da igual, y me importa un carajo por qué me lo hago, y si se me olvidó poner el pañal o no."

:D
Bicos!

matrioska_verde dijo...

Alegría: he tratado de plasmar lo que puede pasar y pasa (doy fe) por la cabeza de una mujer de mediana edad, como podemos amargarnos la vida con verdaderas tontadas que perviven en nuestro subconsciente sin salir del todo a la luz, lo que llamamos nuestros demonios, nuestras miserias... El que me digas que te identificas significa que es creíble, además de para mí, para otras personas.

Toro: te puedo asegurar que cualquier sesión por pueril que parezca es tremenda porque eso de ponerte a contar todas tus cosas más ocultas a alguien no es facil.

Rubo: lo que más me fascina de la serie es precisamente lo que comentas, como con los diálogos tan potentes consigue llevar a los pacientes a su terreno y sonsacarle aquello de lo que ellos no quieren hablar.

Albino: que tú, con toda tu trayectoria profesional y como espectador me digas que te parece un buen diálogo, me halaga mucho.

Zeltia: Allá que me fui a tu blog rápidamente a leer tu entrada que me encantó, la verdad.

El chiste ya lo conocía y explica a la perfección lo que muchas veces buscamos en una consulta psicólogica: que ciertas cosas no nos afecten y nos amarguen la vida.

El tema de las terapias da para mucho y habrá tantas opiniones diferentes como personas.

Desde mi experiencia personal puedo decir que a mí la terapia me ha ayudado mucho. No ha resuelto todos mis problemas, es verdad, porque no existe una panacea que lo cure todo pero me ha cambiado la vida en el sentido de que he aprendido a controlar, a positivizar, a valorar, a sentir sin culpa, a imponer mi criterio... en resúmen, vivir más acorde a la persona que de verdad soy y a la que quiero ser, sin que nadie me dirija.

Sobre el tema de sacar los trapos sucios a la luz soy de las que opino que siempre es bueno airearlos al sol porque ¿sabes?, los trapos sucios por mucho que queramos esconderlos siempre acaban por salir, entonces mejor aprender lo que tenemos que hacer para enfrentarnos a ellos cuando nos sorprenden. Es inútil tratar de vivir pensando que no siguen ahí, que están tan escondidos que nadie puede verlos porque en un gesto, en una lágrima, en un sonrojo, o en un hablar atribulado se nos notará que algo escondemos.

Creo que la sinceridad con los demás y sobre todo con uno mismo es una base para la autoconfianza.

La aceptación de nuestras limitaciones y de nuestros defectos nos permiten seguir adelante. Y a veces, como en mi caso, hay que aprenderlo porque no lo hemos aprendido de pequeños y si se puede hacer con ayuda, mejor. También es necesario (si no se sabe) aprender a positivizar la vida en general y aunque parezca baladí no es sencillo. Nuestra cabeza puede estar tan acostumbrada a pensar en negativo que conseguir que piense en positivo es tan difícil como conseguir que las agujas de un reloj marchen hacia la izquierda. Ya sabemos que esto último sólo lo podemos hacer cuando desconectamos el reloj y lo manejamos manualmente. Pues es igual con nuestra cabeza, tiene que haber alguien que nos dirija y nos diga cuantas vueltas de tuerca podemos dar, etc.

Hablando de la serie, creo que analiza muy bien las emociones de los personajes y el impacto que éstos provocan en el terapeuta, sin salir de una habitación, sólo a través de los diálogos, de los gestos, de los silencios.

Sobre el enamoramiento entre paciente y terapeuta, sí que es frecuente que se provoque esa transferencia pero tampoco es facil porque cuando acudes a un psicólogo o psiquiatra, lo haces como tu única salvación, como solucionador de tus problemas, por lo tanto no quieres hacer nada para que se estropee esa relación de ayuda y te limitas, por tu propio bien, a verlo tan sólo como un profesional, simple y llanamente.

biquiños,

Silvia dijo...

En algunos momentos me he encontrado conmigo misma. Fantástico. Un beso

Pedro Ojeda Escudero dijo...

He de reconocer que no sabía nada de esta serie. Procuraré verla.
Besos.

Chus dijo...

Nunca lo cuentas todo, hay algo muy intimo o muy pequeño que siempre queda ahí ¿por qué?. no sabría contestar, pero es tan difícil desnudar tu alma, hay que tener mucho valor para dejar llegar a un extraño, aunque después de varias semanas o meses ya no lo sea tanto,a lo mas recóndito de tu ser, a mi me ha pasado y algo se quedó en el tintero, pero bueno había caído en picado y me he vuelto a levantar, he aprendido a sonreír de nuevo y a disfrutar de lo que me rodea, ahora soy un poco mas fuerte que antes.
Un besazo

Alegría. dijo...

¿Y dónde ponen la serie?

Myriam dijo...

No he visto esta serie.

Me alegro mucho Aldabra eso sí, de que la terapia te haya hecho tanto bien. ¡Enhorabuena!

En sí lo que pretendemos los terapeutas es que la persona que consulta se reconecte con su ser interior y pueda vivir una vida más auténtica y por ende, más plena.

Besos

beker dijo...

Yo considero que la parte más importante de cada terapia la tiene que aplicar cada uno; está probado que no hay recetas mágicas en el desarrollo personal, aunque haya patrones, cada uno es diferente y por más que te digan hasta que no tienes la fuerza y la voluntar para invertir la situación los llevas fatal. El diálogo me pareció una buena ejemplificación de lo que pasa por la cabeza de muchas personas por la edad de la paciente. Abrazos

Froiliuba dijo...

No sbiá ni que existiera esa serie, y no creo que la vea la verdad, ya tengo yo bastante terapia con mi hijo, no me apetece mas
y mucho menos ver lo glamourosas que resultan las de la tele, lo mismo es que esas son de pago carisisisimas y no estatales

pero tu terapia ha sido de lo mas entretenida eh

bicos

susana moo dijo...

Tengo muchas ganas de ver la serie. Mucha gente me ha hablado de ella, entre ellas zeltia.
En cuanto a las terapias, me interesan todas, pero las que más, las que van al subconsciente, análisis de sueños concretamente.

susana moo dijo...

En relación al diálogo que escribiste, siento mucha ternura por Ana. Ana somos un poco todas.

Andy Pática dijo...

Madre mía. Es genial.
¿Es una serie no?
Si son todos los diálogos así de buenos, tendré que empezar a verlo.
Creo que es un reflejo de muchas personas a día de hoy.

Un besazo

Juanjo Montoliu dijo...

No suelo ver series de tv, y ésta tampoco creo que la vea; pero el diálogo me ha parecido fantástico.

Hasta parece tuyo, a ratos.

Besos.

Maripaz dijo...

Prometes como guionista, creo que podias intentarlo....

Me ha encantado porque es muy real.

Bicos

Dilaida dijo...

Fantástico, es todo tan real.
Bicos

galmar dijo...

Te he leído en un tris, tres entradas:) el diálogo es trepidante!! Yo creo que soy un poco de la teoría de la gestalt:) mirarse mucho el ombligo seguro que propicia miopía:) hace unos días estuve con una compañera que es psicóloga, en concreto, seguidora del psicoanálisis, y no me pareció que todas esas teorías le ayudasen, al contrario, apagaban o estropeaban la magia de lo positivo, no sé, casi que no tengo mucha idea de psicología, supongo que el ser socióloga me da una visión más educable y social de muchos de nuestros comportamientos, pero me estoy liando y a ver luego como deshago el entuerto:) así que con media hora de retraso, por la hora de la cenicienta, te envío moitos biquiños y un muy feliz findeeeee:)))

Anónimo dijo...

Vaia, aínda ben non acabei Six feet under e xa empezo a pensar que esta pode reemprazala. Xa non pregunto onde a poñen, porque xa irá pola metade; de baixala non me fío, así que irei rascando para comprala.
Ai, xa di o refrán: a mancha da serie con outra serie se tira.
Saúdos cálidos e seriados

oliva dijo...

Tampoco sabía de la serie, pero sin duda, debe ser muy interesante. Hay momentos de nuestra vida o épocas complicadas que más de una o uno, necesitaríamos la orientación o guía o no sé, atención de un terapeuta. ¿Quien no se ha sentido infravalorado alguna vez? con ganas de llorar? ¿quien no ha tenido alguna vez la sensación de no encajar en su grupo, sea de trabajo, de amistades, de familia...? creo que todos hemos vividos, en cierta manera, algunas de las sensaciones que tan bien recreas en esta conversación. Alabo la función de los sicológos, no creo que sea un pérdida de tiempo, como dicen algunos.

Me gustó mucho este diálogo, que lleva ímplicito sacar fuera todo lo que nos causa dolor y nos hiere. Me resultó agradable.

saludos.

Maya dijo...

ME ENCANTA! el diálogo es genial!

Chus dijo...

He vuelto a entrar en tu entrada, no se por qué, quizás por que he bebido un vino de mas con " mi amiga ", ya sabes a quien me refiero, necesitaba volver a leerla, ya se que soy una sentimental, pero aveces no puedo remediarlo, y de repente recordé, un libro " Sophie " de William Storyron, una novela de las que dejan huella, así que me he puesto a revisar estanterías, hasta que por fin lo he recuperado, creo que volveré a leerlo, si no lo has leido, te lo recomiendo, en esta historia se ha basado la película "la decisión de Spohie", que creo que tuvo 5 nominaciones al oscar y ganó el oscar a la mejor actriz papel protagonizado por Meryl Streep, pero como suele suceder en la mayoría de los casos la lectura supera a le ficción, y yo soy de las que me quedo con los libros, ya que leyéndolos puedes acceder a lo mas ondo de los sentimientos de los protagonistas. os lo recomiendo a todos, y si alguien tiene un interés especial en leerlo y no puede conseguirlo, yo de lo presto.
Un abrazo

Chus dijo...

La primera vez que lo leí tenia 19 años, estaba en Santiago y ya ha llovido mucho, pero es de esos libros que dejan huella

Alís dijo...

Muy creíble el diálogo, Aldabra. Todas somos un poco Ana. Es cierto que las terapias (como los antidepresivos en caso de depresión) no resuelven ningún problema, pero sí nos dan herramientas para enfrentarlos y superarlos. Otra cosa es si aprendemos y queremos usar esas herramientas o no. Eso ya depende de cada uno.

Biquiños

Teresa dijo...

El diálogo engancha porque refleja la vida de cualquier mujer.

Nadie te dice por la calle, ¡qué sana estás! Pero tampoco otra cosa.
¿En el medio es en la nada?

Lo de enamorarse del psicólogo si está de buen año, como en todo. jeje.

A nena do paraugas dijo...

Moi bo isto que veño de ler. De a diario. Pregúntome cantas persoas haberá por aí que sintan o mesmo.

Saúdos.

jg riobò dijo...

Esta pendiente en mim lista.
Buena sesión.

maría dijo...

genial, y los coment, son otro post, besitos

SOMMER dijo...

Pero es que, con terapeutas así, hasta yo mismo puedo tener una consulta¡¡¡¡¡

Besos

Anónimo dijo...

extrañamente se siento así muchos días, como si no valiera, como si no fuera nadie, como si.... en fin, todo eso que pusiste y que me hace confundirme tanto... Me gusto muho.

Un beso cielo

Sergio Vallejo dijo...

me encanta este relato... pero ¿por qué Sergio? jaja besos

LLONXANA dijo...

Demasiado real.
No echar de menos a la gente cuando a uno le aterra la soledad. No creo en terapias. Solución: encontrar la compañía idónea aún cuando sólo sea la de uno mismo. Demasiado duro.

Chela dijo...

No conozco la serie pero el tema es sugerente y atractivo.

Este primer capítulo de tu autoría es fantástico. Ya te dije en otras ocasiones que redactas maravillosamente y haces muy creibles a los personajes. Estoy deseando leer la continuación.

Me han gustdo mucho también los comentarios de Zeltia y me voy ahora a leer la pagina de su blog en la que trata el tema de la eficacia de vivir o no sobre bases ficticias. Su comentario me ha hecho recordar la pelicula de Woody Allen "Conoceras al hombre de tus sueños" (que como a tí me gustó bastante) en que viene a concluir que si los sueños o las ilusiones (refiriéndose a la credibilidad que a la mujer mayor le ofecian los consejos o predicciones de su amiga echadora de cartas) ayudan a vivir, son mejor que una realidad sin esperanza y sin futuro.

Creo en los terapeutas, pero un 50% depende de la voluntad del propio paciente.

Un abrazo muy fuerte.

Anónimo dijo...

Ao mellor un premio axuda con calquera terapia. En Ithaca, sen ir máis lonxe, hai un premio esperando por vde.

Mar dijo...

Madre mia lo que da de si tu cabecita. Lo mas duro, que perfectamente se puede tomar por una historia real, se masca la desesperación, la soledad y una tristeza infinita. Enhorabuena, me ha parecido fantástico.

Saludos desde un faro en mitad del mar.

Mar

matrioska_verde dijo...

Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios y por la acogida de la ¿serie?

biquiños,

fonsilleda dijo...

He leído los dos de golpe. ASí que yo también estoy enganchada.
Espero que lo sigas.
La vida es así, dura, difícil siempre y aceptarla, aceptarnos a nosotros mismos y seguir, es complicado.
No somos perfectos, nada hay perfecto.
Excepto quizá la buena música, las flores, el arte, los niños, los animales, los bosques, el mar....
jajajajaja.
Bicos.

irene dijo...

No sé, creo que Ana tiene razón en muchas cosas, a veces pienso y siento como ella, igual tengo que ir al terapeuta, en fin, lo mejor es que aprendamos a querernos a nosotras mismas, ojalá ella lo consiga en los próximos capítulos.
Me gusta tu relato.
Biquiños, Aldabra.