viernes, 24 de septiembre de 2010

Una vez a la semana. II. La puerta cerrada.

puerta verde

Ana  A: (Paciente)
Raimon/Rai R: (Terapeuta)

A - Hola Rai.
R - Hola Ana, ¿qué tal la semana, cómo estás?
A - Sigo estando rara pero bueno, supongo que eso ya va con mi carácter, ¿no crees?
R - ¿Y qué crees tú?
A - La verdad es que siempre me he sentido un poco así. No es nada nuevo.
R - ¿Y eso te incomoda?
A - Pues a veces sí y a veces no. En muchos momentos quisiera ser como las demás, como la mayoría, o lo que yo imagino que es la mayoría, que igual tampoco lo es. No siempre son las cosas como las vemos. Hay que rascar y rascar bajo la persona hasta llegar a lo profundo, al alma, que es donde reside la esencia del personaje que estamos analizando.
R - Estoy de acuerdo con tu reflexión. Solemos hacer juicios de valor con mucha rapidez, sólo fijándonos en rasgos superficiales que nada indican realmente.
A - Quería hablarte de lo que estuve pensando desde que nos vimos, la semana pasada.
R - Sabes que aquí puedes hablar de lo que quieras.
A - Lo sé pero es que me cuesta.
R - Sí, supongo que cuanto más importantes son los asuntos a tratar más nos cuesta sacarlos a luz, por la mucha implicación emocional que nos supone.
A - Es sobre mi padre.
R - ¿Sobre tu padre? ¿Le ha pasado algo?
A - No, bueno, está algo pachucho pero no le pasó nada. Toco madera.

Ana toca la mesa de madera que está en frente de ella y Rai se sonríe.

A - Pues... estuve pensando en imágenes del pasado. Cada día intenté encontrar imágenes agradables, que hubieran sucedido entre mi padre y yo y no encuentro, Rai. No encuentro ninguna. Y eso no puede ser ¿no crees? Porque han tenido que pasarme cosas buenas, además de las malas, que esas sí que las recuerdo. Pero no me llegan. Busco y rebusco y nada. Por ejemplo, supongo que habrá sido él quien me enseñó de pequeña a andar en bicicleta y vale, pongamos que no lo recuerdo porque era muy pequeña pero él también me enseñó a andar en vespino, con 16 años y tampoco lo recuerdo. Me estoy volviendo loca de tanto pensar. Antes no pensaba en ello pero ahora...

Ana se queda callada mirando al suelo.

R - ¿Qué diferencia hay ahora, Ana?
A - (Con lágrimas en los ojos, responde) Es que ahora ya puedo querer a mi padre. Antes no lo quería aunque me duela reconocerlo. Antes todo era diferente. Él era "malo"... no mala persona, eso no, pero no se portaba bien... 

(Tiempo en blanco)

A - Bebía... bebía bastante... y cuando estaba...  se convertía en alguien extraño y despreciable. No podía quererlo porque me hacía sufrir. Y a mi madre. Pero ahora él ha cambiado. Y además es mayor y está enfermo. Ahora ya le he perdonado, he podido hacerlo después de tantos años. Ha sido un alivio, créeme. Ahora me produce ternura y tengo que encontrar esos recuerdos, Rai. Tienes que ayudarme, por favor. Es muy importante para mí. Tengo que abrir esa puerta en mi cabeza y dejar que salgan esas imágenes que se me resisten.
R- Antes has obviado una palabra, ¿todavía te hace sentir mal decirla?
A - Sí, Rai, todavía me duele decirla pero... voy a decirla ahora. Borracho.
R - ¿Lo has visto borracho muchas veces? En realidad más que verlo, que sí lo vi, oía sus pasos por las escaleras, las discusiones, su hablar torpe, los gritos... Y luego, los días de silencios entre él y mi madre. Había tanta tensión... Quería morirme. Siempre quería morirme.

Ana se echa a llorar. Y Rai le acerca la caja de pañuelos.

A - Gracias.

(Se suena despacito)  

R - Verás, Ana, a veces no es bueno forzar. Durante muchos años, en tu cabeza ha primado lo negativo sobre lo positivo y digamos que cada imagen negativa, se engrandece o multiplica en nuestro cerebro  por tres o por cuatro, dejando a las imágenes positivas tan pequeñas que se habrán perdido por cualquier rincón. Así que no te preocupes, tus recuerdos están ahí e irán saliendo poco a poco. A medida que vaya creciendo el amor por tu padre te irán asaltando, ya verás. No debes agobiarte por ello porque si no estarás entorpeciendo el proceso natural.
A - Es un consuelo saberlo.
R - ¿Cómo es tu relación actual con él?
A - Pues normal. Hablamos poco porque nunca hemos compartido mucho. Bueno, en realidad no compartimos nada más que los lazos familiares. Es un buen hombre y ha tenido él también, una vida difícil.
R - Has dicho: Él también. ¿Consideras que tu vida ha sido difícil?
A - ¿No lo crees así?
R - Te estoy preguntando a ti, Ana. Quiero oírtelo decir a ti.
A - Sí, Rai, mi vida ha sido difícil. Así es como lo siento.
R - Aceptar eso debe ayudarte a reconocer que las dificultades por las que has tenido que pasar han influído en ti, de tal modo que todo lo que has logrado hacer con tu vida tiene el doble de valor, que el de una persona a la que la vida ha tratado un poco mejor. Ciertas cosas no deben ser vividas por una niña pequeña, Ana. Tú no eras culpable de nada, los adultos son siempre los responsables y no los niños.
A - Me sentía impotente porque no podía hacer nada... yo...
R - ¿Y tu madre?
A - Ahora no puedo hablar más de ello, Rai. Lo dejamos para otro el próximo día, ¿te parece?
R - Además ya es la hora.
A - Sí, el tiempo pasa deprisa.
R - Bueno, pues nos vemos la semana que viene. Y no te preocupes, abriremos esa puerta y todas las puertas que nos salgan al paso. Quiero decir, abrirás esa puerta, Ana, porque aunque yo te guíe y te ayude, tú, en última instancia serás las que meta la llave y la haga girar.
A - Gracias, Rai.
R - Hasta la semana que viene.

Ana salió de la consulta, después de atravesar el pequeño jardín que estaba pegado a la casa, salió a la calle. Rai se quedó observando como se iba,  por detrás de la cortina, examinándola un poquito más, si aquello era posible.

 

Oh, this is what my heart needs to feel.
Satisfy my soul, take away this pain,
something has to end,to begin again.
Satisfy my heart, it's so good to feel,
love is all around, and all the hurt will heal

      

36 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Me estoy angustiando con la vida de Ana.
Al final voy a ir con ella a la sesión.

Besos.

LLONXANA dijo...

Ciertamente el diálogo genera una especie de ahogo debido a la empatía que surge entre el lector y Ana. Aldabra, ¿realmente podrá Rai echar abajo los bloqueos afectivos de Ana? Seguiré..., seguiré leyendo...
Un besazo.

aapayés dijo...

Me gusta como sabes enlazar las palabra y ese dialogo que nos mantiene a la expectativa del sucesos..

Un paso siempre por tu blog. es necesario en el día. lo siento estaba muy ocupado.

Un abrazo
Saludos fraternos...

matrioska_verde dijo...

Mi querido Toro, de eso se trata, de que el lector sienta la misma angustia que siente Ana.

Sé que os hago una faena porque os hago experimentar algo negativo en lugar de algo más agradable pero... es que la historia es así.

Hay que tener en cuenta que una persona que hace terapia es una persona que tiene "asuntos" que resolver, bien sean de su pasado o de su presente, incluso sobre algo que le angustie del futuro.

Mi querida Llonxana, no sé si Rai podrá ayudar a Ana o no, los terapeutas no son magos, simplemente ayudan y conducen a los pacientes para que lleguen a donde no quieren, en un principio, porque saben que hay que abrir esas puertas para poder seguir. Desde luego el primer paso es saberlo y después ponerse manos a la obra, con ayuda, sin ayuda o como mejor se pueda.

biquiños,

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Es difícil no estar con Ana o con Rai, oscilar entre ambos. Hoy me he sentido como Rai, quizá por esa actitud final que tiene en el relato.
Besos.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

a mi me ocurrió algo al revés...tuve momentos geniales de absorber de mi padre...y se me escaparon la mayoría....besos

Paz Zeltia dijo...

Sabías que la serie se puede ver de dos maneras?
una siguiendo los dias de la semana, como ·"en la realidad", los lunes ella, los martes... los miercoles...
o bien coger los capítulos de cada persoanaje y visionarlos seguidos, hasta terminar con ese personaje, y luego otro, y asi.
Había leído cuando la estaba viendo yo que había sido concebida para ser visionada de ambas formas.

Quizá entre personaje y personaje se pierde algo de impacto emocional por el camino, sin embargo viendola siguiendo el orden de los diads de la semana, creo que se sigue un poquito más a Paul. La vida de paul. (El terapeuta)

Paz Zeltia dijo...

Bueno yo le llamo todo el rato Paul, no sé por qué se me ha quedado que el terapeuta se llama Paul jajaja

matrioska_verde dijo...

Mi querida Zeltia, que bueno que me hayas dicho que había dos maneras de visionarla, más que nada porque ya lo habíamos pensado. Al final de la terapia con cada personaje en particular siempre se queda un toque de "¿qué pasará?" y te gustaría ver su siguiente sesión, y justo eso que dices es lo que yo he pensado, que nos perderíamos parte de la evolución de Paul, que a pesar de que los pacientes son unos personajes fabulosos, a mí modo de ver, él es el protagonista principal. Él también tiene "asuntos" que resolver. Acabo de ver ahora tres capítulos juntos, casi los finales de la primera temporada. Y me quedaría toda la noche escuchando a Paul, la verdad es que tiene una voz fantástica, te llega muy adentro, es pausada, lineal, serena... da confianza.

Estimado Pedro, como buen profesor te has sentido identificado con Paul, el conductor, el guía, supongo que es lógico.

Estimado Manuel, no sabes como me alegra que te identifiques con Ana pero al contrario, ya que el personaje de Ana ha sufrido mucho y no me gustaría saber que tú también lo has hecho.

biquiños y buenas noches... ¡ah! y esperarme con las puertas de vuestros blogs abiertos ya que tengo mi visita pendiente.

oliva dijo...

Está muy bien escrito. Opino igual que Toro Salvaje, me gusta esta historia, sobre todo porque desvela ciertas ideas recónditas y escondidas que siguen quemando y marcando nuestra vida... cada uno tenemos buenos y algo peores, recuerdos de nuestros padres que configuran nuestra persona y presente.

Me agradó leerte, es como si todos tuvieramos esta sesión de sicólogo gratuita y para nosotros...

saludos.

Juanjo Montoliu dijo...

Realmente, Ana sabe transmitir su angustia vital; o eres tú quien sabe mostrarnos la angustia de Ana, ese extraño poso de rencor, tristeza, soledad, dolor, en el que cuesta cada vez más encontrar un buen recuerdo.

Interesante diálogo.

Besos.

Sunny dijo...

Me emociona muchísimo. No es nada exagerado, me parece verme a mí en el sillón de Ana, ya sea por esos asuntos o por otros.
Me encanta, ya estoy esperando la siguiente sesión...
Besinos.

beker dijo...

Como en el cine uno se se identifica con los personajes. A mi el caso de Ana me lleva inevitablemente a la vida de una persona muy próxima y su deseo continuo de buscar en el pasado las causas del presente. Besos

Chousa da Alcandra dijo...

Confésoo, vexo pouca televisión; e sempre que a miro están con telexornais recollendo desgrazas.
Case mellor miro a porta pechada que fotografou Senia. Ese verde sobre branco queda moi ben. O que me vai ter que explicar é o chan...

fonsilleda dijo...

Complicado fragmento de una vida harto difícil
Pero veo a esta Ana tuya, por muy buen camino y aprendiendo a deshacerse de los cadáveres que todavía no ha enterrado.
¡Bien!.
Biquiños y admiraciones

Belén dijo...

Aún le queda mucho viaje a la amiga... pero lo hará bien...

Besicos

maría dijo...

tengo algo para ti en mi blog, luego paso a leerte besos

Myriam dijo...

No le será facil a ANA abrir esa puerta, porque se acerca a la zona del trauma. Tiene una buena guía en RAI y con ella llegará a abrir la puerta, pero hasta tanto, habrá subidas y bajadas, pasos adelante, dudas, paros y retrocesos, para volver a avanzar, supongo.

Besos

Silvia dijo...

Muy bien narrado y sabes trasmitir la angustia de Ana, aunque en esto no puedo identificarme con ella porque yo a mi padre lo adoro y recuerdo muchas cosas buenas de mi infancia en las que él aparece porque es un padre excepcional. Debe ser por ello que no encuentro a ningún chico que me llene de verdad, pues siempre los comparo con mi padre. Me ha gustado. Un abrazo

Alís dijo...

Es buena señal que se sienta preparada para amar a quien tanto daño le hizo. Sin duda, es el mejor principio. A otras nos falta mucho para llegar a ese punto.

Estoy enganchada con esta terapia. Tal vez me sirva, jajaja. No me vendría mal

Bicos

ALBINO dijo...

Aldabra ¿eres psicóloga o psiquitra? (ya no se si ahora se pone la p delante o no, pero esto no anula la pregunta).
En este serie que estas empezando demuestras tener unos conocimientos muy grandes de cualquiera de esas dos especialidades.
Ya me dirás cual es tu secreto. ¿O tendré que adivinarlo yo?
Un beso

Hugo Coopel dijo...

Que psiologico todo, y que interesante a la vez. Me parece genial, como siempre.

Y si esta preparado para amar, lo estas para todo!
Besos!

Anónimo dijo...

El otro día me dijo mi psicóloga, que la vida es lo que nosotros recordamos, y que eso es lo bonito de la vida. Lo malo, son cuando los recuerdos son malos y negativos, pero se pueden ir dando pasos hacía los buenos.

Un beso cielo

Alegría. dijo...

Estupendo relato. Real. Consistente. Sensible. Duro y esperanzador.
Un beso, Aldabra.

jg riobò dijo...

¿Quién no siente angustia?.

maría dijo...

CUANTA ESPECTATIVA, ESTOY EN EL PERSONAJE...

MucipA dijo...

Acabo de leer las dos partes de relato seguidas y ya estoy deseando que Ana abra esa puerta y haga girar la llave...
Gracias por la terapia, Aldabra.
Todos solemos vernos reflejados en una Ana o un Rai de alguna manera en nuestras vidas, bien porque hemos escuchado a alguien o porque nos han escuchado.
Bicos

iliamehoy dijo...

No resulta nada fácil cerrar una puerta...pero abrir la que quedó atascada..uffff!!!!
Una sonrisa.
Por cierto... ¿cuándo y dónde la emiten??????

Sergio Vallejo dijo...

umm esta historia se va haciendo cada vez mas angustiante... espero la continuación con impaciencia. besos

matrioska_verde dijo...

Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios.
Biquiños,

Teresa dijo...

no entiendo por qué lo tiene que querer.

Teresa dijo...

las hojas del cuadro son una maravilla.

irene dijo...

Debe ser terrible, conozco algún caso, nunca imaginé lo que esta muchachita que conozco puede estar sintiendo, aunque su padre murió por esta causa hace años, es triste para toda la familia y seguro que también para quien lo sufre en sus momentos de lucidez.
Un beso.

Nievángana dijo...

Por desgracia, se de lo que habla Ana. Afortunadamente, malos y buenos recuerdos se balancean en mi memoria y estoy aprendiendo a darles a ambos el valor que se merecen.
Tienes tanta sensibilidad.

Anónimo dijo...

Case che digo que esta Ana parece moito máis sensata ca o Rai... E ademáis non sei que me pega que este rapaz está a piques de incumplir o protocolo médico-paciente. Non sei, non sei...
Ben, non nos precipitemos. Ti sigue contando. ;)

Cele dijo...

Hola Aldabra, después de esta doble sesión que me he metido para el cuerpo y las vacaciones creo que tendría que tener vitalidad para un año mas. Este tipo de terapias siempre vienen bien, o eso creo. No se si me gustaría la serie pero prometer promete.
Un abrazo y hasta la próxima sesión