Una de las cosas malas que tiene mi trabajo es que a lo largo de los años he tenido que ir despidiéndome de muchos compañeros, de buenos compañeros y de buenos amigos. Esto último es lo peor, ya os imaginaréis.
Así, la semana pasada, le dije: “Hasta pronto”, que adiós, nunca, (porque espero verlo en un corto espacio de tiempo) a mi buen amigo y compañero “El Llanero Solitario”. La verdad es que nunca profundicé con él en porqué se hacía llamar así. Supongo que se tratará de alguna reminiscencia de cuando era pequeño; la próxima vez que le vea se lo preguntaré.
El caso es que ahora ha tenido que irse lejos de aquí y más solo que nunca. Solo, en el sentido físico de la palabra pues se lleva a muchos amigos en el corazón, sabiendo además que, venga cuando venga, aquí nos tendrá a Congo y a mí para darle un abrazo y degustar una cerveza.
Siete años de compartir oficina y parte de los últimos, compartir mesas pegadas, dan para mucho. Hemos llegado a conocernos lo bastante para saber que en estos primeros tiempos lejos del que fue su hogar hasta la fecha, lo pasará mal porque en su vida se han conjuntado circunstancias adversas que sólo el paso de los meses aliviarán. Pero más que nunca, ahora lo veo decidido a luchar por ese pedacito de felicidad que todos nos merecemos, aunque como dice siempre él: “toque remar con mala mar”, o aunque haya que empezar desde cero.
Hoy se incorpora a su nuevo destino, para mí, el primer día de muchos en que le echaré de menos. Pero así es la vida, como dice la canción de Julio Iglesias: “Al final las obras quedan, las gentes se van. Otros que vienen las continuarán... ¡La vida sigue igual!” Y su obra: nuestra amistad, ha quedado entre nosotros con visos de permanencia.
El viernes pasado, un día de sol espléndido y luminoso, con temperaturas impropias para la fecha y para nuestro norte, nos despedimos formalmente en la Cetárea de San Felipe, un marco incomparable y situado muy cerca del lugar que le vio nacer. Una comida sencilla (no nos dimos atracón de marisco que no están los tiempos para dilapidar el dinero) aderezada de mucho cariño y unas cuantas risas, algunas forzadas con el nudo en la garganta.
Tuvimos la suerte de ver a una de mis fragatas que salía a navegar: la F-86 “Canarias”. Y digo “mía” porque la siento así, ya que en su momento, puse mi granito de arena en su construcción, administrativamente hablando, claro. Verla entre Castillos es todo un lujazo. Y es que, no es porque lo diga yo, pero la Ría de Ferrol es de una notable belleza.
Escoltada, por un lado, por el Castillo de la Palma, situado en Mugardos, conocido por muchos de vosotros tan sólo porque en él estuvo preso Antonio Tejero Molina, ex teniente coronel de la Guardia Civil, por su participación en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981,
y por otro lado por el Castillo de San Felipe.
Para terminar tomamos el café en el Refugio Lume Boo, en la playa de Doniños, otro lugar extraordinario que todo mortal debería conocer antes de morir (no puedo evitar que me salga la vena patria pero juzgar vosotros mismos por las fotos).
Quería empaparse de nuestra tierra, de nuestro mar, para que su estancia en la árida capital le resulte más llevadera.
¡Buena suerte, amigo!
¡ La canción va por ti, no podía ser otra!
“Sé que aquí nací, y aquí quiero quedarme,
aquí está mi hogar donde se acaba el mar.”
P.d.: Os invito a que escuchéis la canción, porque es importante para entender parte del sentido de esta misiva, ya que es la música de llamada del móvil del Llanero Solitario, mi amigo y compañero.
32 comentarios:
Que duro es cuando te separas de un compañero con el que te llevas bien.
Me ocurrió hace poco lo mismo con una compañera.
Espero que le vaya bien.
Besos.
Me encanta la música.
Ya he dicho muchas veces, que ando perdidamente enamorada de Galicia y Asturias.
Le va a costar, sí; os va a costar. Son durísimas estas despedidas, aunque sean un "vuelvo pronto".
Un beso.
Yo no vi pasar ninguna fragata entre San Felipe y La Palma, pero no es necesario para recordar lugares como ese. Habrá que darle gusto al coleto en el Lume Boo y luego ver pasar la tarde sentado en la arena. Tomo nota. Suerte para el amigo. Bicos.
La canción dice "siempre hay por qué seguir, por qué luchar; siempre hay por quien vivir y a quien amar"
No es un fin, es un principio.
Qué raro se hace despedir a un compañero así. Qué raro se hace dejarlo todo y marchar...
La vida se compone de encuentros y desencuentros, pero yo le quiero dar mucho ánimo a tu amigo, porque de estar lejos de casa y lejos de la familia y amigos sé bastante. Hace tres años me fui de mi Bierzo con morriña, pues ya sabes que los Bercianos somos medio gallegos y tenemos un fuerte sentimiento de cariño a nuestra tierra, y sin embargo, la vida me tenia deparada una preciosa aventura aquí en el valle del Tiétar. Y vine llorando y regreso a mi tierra llorando por dejar el tiétar. Pero hay que seguir la senda que la vida nos ha marcado. No perdais por la distancia la amistad, eso será un gran apoyo hasta que se adapte a su nuevo destino, y estoy segura que hará nuevos amigos. Biquiños
Que duras las despedidas y que bellas esas fotos!
Saludos!
Continuaba la coplilla diciendo:
Pocos amigos que son de verdad
cuanto te halagan si triunfando estas
y si fracasas bien comprenderás
los buenos quedan los demás se van.
A lo que yo añadiría....los buenos quedan para siempre en el corazón....besos
Las despedidas de la gente que quieres, son algo que no deseas nunca, pero que se producen a lo larga de nuestra vida. Te quedan las risas, los buenos momentos y un trozo de corazón que viaja lejos de ti, para que esos sentimientos perduren, y mantener vivo el recuerdo.
Al menos quedan los reencuentros.
Un biquiño
Una emotiva despedida... a mi me dejan desarmado, no puedo con ellas. Besos
As despedidas sempre son tristes, agora a agardar o próximo encontro.
As fotos son moi fermosas, teño a sorte de coñecer todos eses recunchos que describes. Ultimamente vou con moita frecuencia a Ferrol.
Bicos
Ya sabes, no?... en nuestro trabajo, los hay que duran poco, pero lo suficiente para tomarles cariño... bueno, hay otros que... jajajaja.
Pues nada, un bonito post.
"y ahora, señoríta, terminada la misión y en compañía de mi fiel compañero Toro y su caballo Pinto, monto en mi caballo Silver y al grito de Ayooooooo Silverrrrr!!! ... marcho hacia nuevos horizontes"... :) ... que te diría tu compañero.
Besicos.
Te juro que lo primero que pienso cuando veo a gente que vive así es que tendríais que pagar más impuestos. No es justo.
Un beso
La mejor de las suerte le deseo.. es duro separarse de buenos amigos..
Un abrazo
Saludos fraternos...
Asi es Aldraba, pronto también nosotras entonaremos un hasta pronto. Nuestra relación no ha sido tan larga en el tiempo como la del Llanero. Pero para mí no menos intensa. Por eso sé que cuando llegue el momento me costará, porque no sólo tu compañia y comprensión me llevo si no también un trozo de tu corazón.
Un beso grande.
Ah! este finde estuve en Cádiz y olvidé mi móvil. NOs vemos en esta semana. Un beso para ti y otro para Congo.
Despedirse de la gente que se quiere es siempre triste, pero esa tristeza queda un tanto atenuada con la esperanza del reencuentro y además existe la posibilidad de seguir en contacto que eso también ayuda.
Un abrazo
Me imagino cómo se debe sentir tu compañero... anda la de veces que me he despedido yo de sitios!
Besicos
Es hermoso mantener el contacto con la gente con quien guardas cierta afinidad.
Los paisajes de barcos, castillos, playas, con los que decoras el texto son preciosos. En verdad es bella esa ría.
Saludos.
Pobriña... pero, ya verás que pronto parece que ya ha sido hace mucho tiempo que no está en la mesa de al lado. A mí me pasó con mi compañero de mesa de 20 años, íntimos amigos, y pensé que me iba a ser insoportable llegar al trabajo cada día sin él allí,pero qué va, en unas semanas "todo seguia igual"; claro que nuestra amistad siguió adelante y el contacto y los vinitos y las cañitas
:-) pero de vernos todos los días pasamos a vernos una vez a la semana, eso sí, existe el teléfono
;-)
un abrazo reconfortante, y espero que lo más duro, que es para el Llanero solitario, le sea llevadero:
dejar la tierra, los amigos... tiene su puntito de aventura, de nuevos comienzos, pero también supone cargar la maleta de soledad.
La zona qu4 nos muestras en fotos, la conozco (un poco) y es muy bella. A pesar de ser unas fotos bonitas, ni se aproximan al impacto visual que es estar allí y desplegar la vista como una mariposa sobre el horizonte.
No es nada sencillo ver pasar a la gente a nuestro lado y marcharse, además, con los compañeros de trabajo compartimos muchas horas al día e infinidad de historias. Muchas veces se convierten en nuestros confesores.
Aquí en la capital seguro que no esta mal. No tenemos vistas al mar pero si unas maravillosas y sobre todo una buena gente.
Un beso cielo
Como tu me dices muchas veces, la vida es eso, que unas personas salgan para que entren otras, aunque también de mucha pena. Pero la amistad no acaba aquí, seguro!
Un beso
Tristes son las despedidas. Con el tiempo aprendì a tener màs reencuentros y menos despedidas...
O Coruña, un lugar para visitar, sin duda, me lo anoto.
Besos
Ummm deduzco que la arida capital es esta `patria mia, los madriles, si es asi... está a carreiriña do can de su Ria, que con el avión se llega en un plis plas y ya veras como estar no estará alli a tu ladito pero, queriendo es como si lo estuviera
mira ana ( Fonsilleda) vive en Vigo y yo en Madrid y estamos toooodos los dias juntas, sin tocarnos eso si pero la internete y el telefono ....
Lo unico que hasta que se aclimate a este terruño, lo pasara mal.
espero que el nuevo compi sea majo
Es muy duro separarse de un amigo, pero también pienso que, si es de verdad, si se ha compartido, si se ha sentido, si se ha comprendido, no dejará de serlo y cada encuentro renovará sensaciones.
Bicos
Las despedidas siempre son tristes, pero no es un adiós, sino un "hasta pronto", seguro.
Y menudo sitio para compartir ese momento, ¡qué envidia de fotos!, es precioso todo.
Besotes :)
¡É que Ferrol e inesquecible!
Yo lo llevo en el alma y todo me emociona. Por algo nací ahí. Por algo viví en el muelle (¿recuedas la fábrica de hielo?).Alli estaba mi casa y cada día desde la terraza veia las lanchas cargadas de gente cruzar la ría en un ir y venir, vía salir y regresar la escuadra.Y también rgresar cada tarde las parejas de bous de pesca que atracaban en la lonja..
Mi madre nos llevaba siempre, en la lancha, a bañarnos a San Felipe, por detrás del castillo. Y de vez en cuando, ibamos también con mi padre a comer o ha
¿Y que te voy a decir de Doñiños? Es la primera playa que conocí y que existe en mis recuerdos, pues pasaba todos los años el mes de agosto en Balón, en casa de mis abuelos paternos e ibamos andando a diario, hasta la playa, donde no habia ni un alma (daba casi miedo), tan solo las dunas, las olas, las gaviotas y el sonido del mar batiendo en las furnas...
Todos los recuerdos más felices de mi vida están esas orillas, y en esa Ciudad ferrolana, tan peculiar y tan querida para mi.
Un abrazo, querida paisana.
Los cambios, las crisis son el motor para la evolución en este mundo.
Fuera de decirte que las fotos son muy bellas, tu texto me recordó lo que te transcribo:
Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.
Cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.
Cuando un amigo se va
una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.
Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
se empieza a revelar
el duende manso del vino.
Cuando un amigo se va
galopando su destino
empieza el alma a vibrar,
porque se llena de frío.
Cuando un amigo se va
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.
Cuando un amigo se va
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.
Cuando un amigo se va
queda un espcaio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.
Alberto Cortez
Detrás de las Barrancas de Belgrano,
montando un pura sangre bien tropero,
el grito inconfundible del Llanero
teñía cada tarde de verano;
con su negro antifaz y su sombrero,
sus botas de azarosas cabalgatas,
sus cien balas de plata
y el paso de su noble compañero.
A la vuelta del cole, cada día,
salíamos los dos en compañía,
a defender la ley y las mujeres;
con un vaso de leche merengada,
mezclando el corazón con las tostadas,
en el cuaderno azul de los deberes.
Carlos Casellas. :)
Bicos.
Que quieres que te diga pequenica que leo el texto y se me secan los ojos sin enterarme y aún me deja más alucinado que si vuelvo a leer el texto y escuchar la miusic... rebrotan unas lágrimas sin parar, que la verdad no se de donde salen...
Tus textos nunca me dejaron indiferente, SIEMPRE me llegaron muy adentro. Ten claro que tienes ganado un pedacito de mi corasao, por ser como eres, cuidate mucho y disfruta de ese hermoso lugar llamado....FERROL.
PD. Nunca choveu que non escampara.. seguro que vendrán tiempos mejores. un bico
He, gracias por venir a verme. Aquella manzana era dulce, te lo digo yo, que la vi, tu no. A mi me gustan más las verdes, más amargas, soy de tierra de manzanas.
Preciosa esta página. Me quedo.
Abrazos!
La primera tarde de la entrada transmite impotencia.. pero llega un punto en que las fotografías me consumen, y el mar me las puede, y las preciosas palabras sobre esa tierra que siento tan mía , me hagan sentir feliz.
Me encanta esto, me encanta Ferrol, nos quejamos de vicio, pues tenemos un entorno alucinante, precioso, lleno de historia y a la vez salvaje...
Un saludo! :)
La vida nunca sigue igual, por mucho que lo diga Julio Iglesias; pero hay que quedarse con lo bueno, y esa amistad la conservarás por mucho tiempo. Es un gran regalo de la vida.
Besos.
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