miércoles, 15 de febrero de 2012

Dos corazones solitarios


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Emiliano Barroso Cantalapiedra adoraba las alturas, ya desde pequeño, así que lo de querer ser antenista profesional, entraba dentro de lo que cualquiera podía esperar de él.

Adela Gurruchaga Benítez adoraba las mariquitas, que coleccionaba desde pequeña con un primor enfermizo, así que lo de querer ser modista profesional entraba dentro de lo que cualquiera podía esperar de ella.

Se conocieron por casualidad.

En la comunidad de pisos donde vivía Adela tenían que cambiar la antena de televisión y ella era la presidenta. Abrió las páginas amarillas y buscó en la sección Antenistas. Reparó en el logo de la empresa de Emiliano por el color. Un azul muy muy intenso, que destacaba en toda la página.

Y llamó por teléfono.

Emiliano llegó a la comunidad un lunes por la tarde. Y Adela lo recibió con la mejor de sus sonrisas, así era ella.

El flechazo fue instantáneo.

Quedaron para realizar el trabajo a la semana siguiente. Antes imposible, Emiliano era un hombre muy ocupado.

Adela estaba nerviosa por volver a verlo. No había dejado de soñar con él cada noche.

Y llegó el día.

Al volver a ver a Adela, a Emiliano casi se le sale el corazón del pecho. Ante tal desmedida decidió hacer sin tardanza lo que mejor se le daba: Subir al tejado. Y coger altura.

El estrépito contra el asfalto fue tan grande y doloroso, que a Adela, que estaba cosiendo un vestido de novia en aquel momento, se le clavó con tal fuerza la aguja que llegó directamente hasta su corazón, cayendo fulminada al instante.

Fin de la historia.

Aunque les parezca inverosímil, estas cosas pasan. A mí sin ir más lejos me pasó una cosa el otro día que…

Ay, me llaman a la puerta, perdonen, otro día sigo.

Que encuentres la paz que no lograste en vida,

Ves a través de mí,
en mi corazón,
derribas mis muros
con la fuerza de tu amor…

G.p.S.t., Congo

37 comentarios:

matrioska_verde dijo...

la foto es mía; el hombre de la foto es el operario que vino a cambiar la velux del desván cuando la destrozó el temporal del 2009. ¡Xa choveu! La encontré por casualidad mientras buscaba y me dije: "Pues esta misma".

Bqñs,

p.d.: aún tengo muchas visitas pendientes pero no tardaré.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Me gusta esa forma de darle una vuelta a la historia, Aldabra.

Y eso a pesar de que has convertido mi sonrisa inicial en rictus de tristeza.

Un abrazo.

guillermo elt dijo...

Joder,Aldi... Más alegrao el día... poor los.... coj..... Alñegrica, hija... Estopy hoy yo como pa leer estas cosicas....

Te mando Besibrazos muchos, que tú lo sabes.

TORO SALVAJE dijo...

Haces fotos a los operarios?

Vaya, vaya...
Y luego las guardas con su cancioncita?

Jajajajjajaja

Besos.

Maca dijo...

Un Romeo y Julieta muy moderno,oye ¿y por que fotografiaste al antenista de cabeza para abajo?,UY, no sé yo.
Ja ja biquiños

Anónimo dijo...

Sí que pasan, sí. Besos

Paz Zeltia dijo...

unas muertes previsibles, como previsibles fueron sus vidas.

y si, estas cosas pasan (los dos accidentes laborales)

:-)

se te dan bien estos relatos breves con un toque surrealista. Y son entretenidos.

El Pinto dijo...

Triste camino con dirección a un reencuentro?. Donde continua la vida? entre enamorados.
ás allá de nuestra imaginación, posiblemente en ningún sitio, pero todo es posible.
Un abrazo

irene dijo...

Antes de leer nada, no sea que no me dé tiempo, me alegra un montón recibir tu visita y me gusta estar aquí, me encuentro como en casa.
Biquiños, leo y vuelvo.

irene dijo...

Qué triste historia, y a vez que bonita, un amor recién estrenado que acaba sin mancha, sin reproches, sin peleas...
Ya nos dirás qué había tras esa puerta que ibas a abrir. Ojito con los operarios, jajaja.
Lo que sí es realmente triste es lo de Whitney, una verdadera pena.
Biquiños, Aldabra

Ele Bergón dijo...

Dicen que la realidad supera la ficción. Bonita historia con final real.

Un abrazo

Luz

la reina del mambo dijo...

Bonita historia:)), me encanta ese giro sin exceso de azúcar.
Gracias por tu comentario en aninadas.Pero no sale publicado y no sé porque!!!
Un beso

Lunática Shop dijo...

Me ha encantado esta fugaz historia de amor que como bien dices le puede pasar a cualquiera...y la canción de Whitney...para mí es una de las VOCES que llevo en mi vida, sin duda una de las grandes...lástima que se perdiera a medio camino :(

Asun dijo...

Hoy precisamente he estado yo con el técnico que ha venido a arreglar la puerta del garaje, y no estaba nada mal, por cierto. No sé si tendrá que volver, porque arreglarla no la ha arreglado.
Si vuelve le quitaré de medio todos los obstáculos por la cuenta que me trae, no vaya a ser que tropiece, se desnuque, y como daño colateral me pase a mí algo jejejeje.

Anda que como se entere el operario del velux que le hiciste foto, le cortaste la cabeza y encima la haces pública (la foto, no la cabeza), te pide derechos de imagen fijo.

Cambiando de tema: da por hecho que la oferta que me has dejado en mi blog llegará el día que se cumplirá. Lo mismo que espero que sea a la inversa.

Un beso.

Anónimo dijo...

ME ENCANTA ESTA FORMA DE ESCRIBIR QUE ESTOY DESCUBRIENDO EN TI.
Un besito, sirena

Merche Pallarés dijo...

Que final más triste... sniff... Besotes, M.

David Cotos dijo...

que final!

Chela dijo...

Me encanta tu facilidad para los relatos. Te inspiras con facilidad en hechos cotidianos a los que añades rapidamente gran imaginación y buena pluma.¡Felicidades!

Lo de Whitney Houston ha sido una lástima.Tenía todos los dones: belleza, juventud, una hija, una voz extraordinaria, pero se tropezó con ese mal de las drogas que se lleva todos los sueños y también la vida. Aunque ahora parecia recuperada ese mal es tan traidor que sigue agazapado en las entrañas esperando cualquier pequeño descuido para vengarse.
Que tenga ahora la paz ansiada.

Un abrazo, querida amiga.

Dilaida dijo...

Encántame este microrrelato, é moi bo ao meu parecer.
Mira que se vai o operario a pedirche os dereitos de imaxe ao verse na internet, e por riba ao pobre córtaslle a cabeza.
Bicos

El Canto de la Luna dijo...

Una historia muy ocurrente que me encantaría que siguiese...
Un saludo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¿Que si pasan? Si yo te contara...
Besos.

A nena do paraugas dijo...

E que outra cousa podía pasar? Sempre é o mesmo! Xusto cando mellor semellan ir as cousas, antes torcen!

Gustoume, sabes? Efémera, pero intensa historia de amor!

Biquiños.

pancho dijo...

Qué nombres más sonoros le buscas a tus protagonistas, me recuerdan al Coronel Aureliano Buendía ante el pelotón de fusilamiento.

Prosa con un ritmo que parece poesía de la buena. Me encanta. Y parece fácil...

Un abrazo.

Belén dijo...

Lo de la foto del comentario me ha llegado al alma, hija... jajajajja

Y la historia, tan triste como la chica que canta la canción...

Besicos

Soros dijo...

Siempre llaman a la puerta o al teléfono en el momento más inoportuno.

Paco Cuesta dijo...

Moraleja: emociones y trabajo deben distanciarse.

Lan dijo...

Aldabra,¡por Dios!, no quiero ni imaginarme que fuera con el butanero.
Biquiños.

Myriam dijo...

Espachurrados los dos, ¡qué romántico!... ¿con salsa de tomate?
ni quiero imaginar lo que te habrá pasado para que te inspirara este relato ...

Besos

Silvia dijo...

Bueno, sorprendente final. Me ha gustado. Biquiños

EL SUEÑO DE GENJI dijo...

Desde luego eres increíble...La foto tiene tela y la historia...¿Cómo puedes dejarnos así, en tan tensa espera? Y me pregunto ¿qué paso?

Bromas aparte conozco una historia verdadera de una mujer divorciada que se lo montó con el instalador de la telefónica.

El apuesto y descarado, ella dispuesta y encarada...Y la que se lió¡¡¡

Abejita de la Vega dijo...

Todavía me duele esa aguja...

Que encuentre la paz.

Besos, biquiños.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

que bueno subir tan alto...lo difícil es mantenerse y ser tan fuerte para tomar decisiones tan decisivas...besos

Juanjo Montoliu dijo...

A mí no me parece una historia triste. No debe haber nada como morir tan enamorado. Yo no lo he probado todavía, pero me encantaría morir así, en el momento álgido del enamoramiento.

Besos.

mariola dijo...

Lo estaba viendo venir.
Vidas que se juntan por un instante y se separan irremediablemente.
Bonita, pero triste historia.
un biquiño.

mobtomas dijo...

Sencillamente excelente la historia del amor (caido como luzbel). Y ese cierre magistral de la interrupción. Como si esperar nuevas letras tuyas no fuera suficiente tormento, ahora nos interrumpe un inoportuno toquido de puerta. Un abrazo Aldabra, encantador relato.

paideleo dijo...

Estas personaxes secundarias como antenistas que rompen a monotonía do fogar sempren estimulan a nosa imxinación sobre as súas vidas.
Gustoume o relato. Non é o típico relato.

xenevra dijo...

Un relato redondo. Xenial de principio a fin.