"Bed" - Bill Boyd
A menudo Sara se cuestionaba toda su vida por entero.
Sucedía, por lo general, como reacción a cualquier acontecimiento externo. Ayer, por ejemplo, empezaron a llegar las preguntas después de salir del cine.
¡Joder, que triste la había puesto la película! Le había gustado, eso sí. Mucho. Pero era triste, muy triste. Le había removido algo por dentro.
Ya en casa y mientras preparaba la cena, intentaba aparentar normalidad pero no le salía. Miguel, que no había querido acompañarla al cine, merodeaba a su alrededor para hacerla salir de su ensimismamiento porque presagiaba, y con razón, que la mirada de Sara no traería nada bueno.
- A ver, cariño, no seas mala, cuéntame algo de la peli.
- Te hubieras venido.
- Ya sabes que tenía trabajo por hacer.
- Excusas. Si de verdad te hubiera apetecido verla habrías buscado un hueco.
- Vale, tienes razón. No te enfurruñes.
- Lo siento, es que no se qué me pasa. Me he puesto rara. Ya sabes...
- No te preocupes, anda. Si quieres decirme algo ya sabes que puedes contar conmigo.
- Lo sé, cariño. Anda, vamos a cenar que el revuelto ya está listo.
- Está bien, apago la tele del salón y vengo.
- Ok.
Cenaron, se fueron un rato a ver la tele y después se acostaron. Nada más apagar la luz, Sara no pudo más. Los lagrimones empezaron a brotar a pasos agigantados. Cuanto más quería consolarla Miguel, más lloraba y más se le atascaba la naríz, dificultándole la respiración.
- ¿Qué te pasa Sarita?
- Estoy triste.
- ¿Por qué te has puesto así?
- No lo sé. Supongo que fue la peli y ya sabes, todas esas malditas preguntas que siemrpe vuelven.
- Sara, cariño, ya lo hemos hablado muchas veces ¿Quieres que nos levantemos y te preparo un poleo?
- No, estoy bien. Se me pasará. Ya verás. En un ratito estaré como nueva.
- Nadie es perfecto, Sara. Y por mucho que lo intentes tampoco tú lo serás nunca.
- Es que...
- Intenta respirar despacio y relajarte. Intenta no darle vueltas a la cabeza. Te haces daño, Sara.
- Está bien. Voy a intentarlo, en serio. Dame la mano.
- Anda, ven, mejor acurrúcate así...
- Me gusta tu olor. Siento mucha paz cuando te tengo tan cerca y oigo los latidos de tu corazón.
- Chistttt!
¿Era una buena madre o tendría que hacer más?
¿Era una buena compañera para Miguel? ¿Estaba a su altura realmente?
¿Era una buena hija? Últimamente notaba que no había empatía con su madre, que cuando estaba con ella se ponía muy nerviosa. Y ella no sabía disimular.
¿Era una buena amiga de sus amigos? Le costaba asumir que personas que habían formado una parte muy importante en su vida ya no estaban o bien se habían alejado. Ella se echaba la culpa pero tal vez sólo eran que los caminos a veces se separaban, o se estrechaban y sólo se podía caminar de uno en uno.
¿Estaba bien considerada en su trabajo?
¿Qué demonios era ella? ¿Cómo la verían los demás cuando ella misma veía su propia imagen tan distorsionada?
¿Se harían otras personas las mismas preguntas?
- Joder, Sara ¡Qué patética eres!, se dijo a sí misma, mientras se clavaba las uñas de sus manos en la pierna izquierda, en profundidad pero despacio, para que Miguel no se diese cuenta.
Y así, entre el dolor y la tibieza del cuerpo de Miguel, se fue quedando dormida.
18 comentarios:
Tengo la costumbre de distorsionar las cosas, por eso me hago cada vez menos preguntas y trato de respirar hondo cuando me duele algo, además de contar hasta 20 en momentos de dudas o agobio.
Pero los días que ando suelta, sin correas y sin seguridad, yo también me hago las mismas preguntas que la protagonista del post de hoy.
Y miedo me da, miedo.
Bicos
Esos sentimientos son imposibles de erradicar.
Están muy dentro y son poderosos.
Besos.
Las personas que dan demasiadas vueltas a las cosas, tiran a perfeccionistas y eso es agobiante.
Hay que hacerse las preguntas justas en el momento oportuno. Ni una más.
Besos.
No se puede ser buena compañera, buena madre, buena hija, buena amiga... siempre. Hay días mejores y días peores. Los demás también los tienen, y es muy difícil hacer coincidir tus días buenos con los de los demás.
Por si acaso, todos los días, cuando hablo con los míos siempre digo "te quiero".
Aunque me enfade, me sulfure o me pongan triste.
(A veces pongo un "sin embargo" delante).
Pero funciona.
aveces nos preguntamos tantas cosas...y solo necesitamos dorminos entre brazos que nos amen
El propio Miguel lo ha dicho, no se puede ser perfecta...
Asi que...
Encantador texto, me ha emocionado eso que el padre vaya a traquilizar a la niña...
Besicos
Gracias por tu hermosa visita.
Envíame una dirección postal y te hago llegar unos libritos.
felipe@lfediciones.com
Besotes.
Mucha pregunta. Verdaderamente son necesarias?
--Soy como realmente pensabas.
-- Claro, y mejor.
Sobra la pregunta y sobra la respuesta, pero a la vez no deja de ser la vida misma... Y cuando hacemos este tipo de preguntas, sabemos perfectamente a quién se las hacemos, y por qué.
Tb. existe la perfecta imperfección.
Besicos.
Siempre es bueno tener un amigo para que nos ayude a respondernos, y acompañarnos.
Saludos
Hola Aldabra,
Quien no se hace esas preguntas?
No se puede ser exigente con una misma. Se sufre más de la cuenta.
Me encantó tu escrito.
Bicos
ser el mejor en todo es imposible.
Pero ni falta que hace. Hasta que no se acepte a sí misma (con sus virtudes y sus defectos) no podrá dar todo lo bueno que hay en ella.
Bicos
En mi opinión, esas preguntas sin respuesta son una pérdida de tiempo... y ganas de pillarse un berrinche.
Saludos.
Todos alguna vez nos hemos hecho esas preguntas.... sobre todo en momentos de desánimo.
Yo trato de evitarlas... entre otras cosas, porque no tienen respuesta... y son ganas de sufrir....
Pobre Sara.... me ha dado penita....
Ese eterno sentimiento de culpa, y el ansia permanente de perfección.
A veces nos juega malas pasadas, es muy cierto. Suerte tener una mano que coger en esos momentos.
Besos.
Cuantas veces nos ponemos así de tontas!!!! de repente un día por la cosa m´s absurda te pones mohin ay a pensar en todas esas tonterias,que en realidad no lo son, pero que las tenemos allí en el fondo del corazoncito paracadas y que van haciendo masa hasta que cualquier cosita las hace salir.
Y salen y explotan y acaban con tus nervios y te hacen llorar y te hacen sentirte como un bicho y...al final, te quedas tan a gusto de nuevo.
Un placer leerte
p:d. no se si te has enterado de la concentración otera del dia 8 ( supongo que sí) por si no lo sabes, en mi blog tengo en el lateral un enlace.
bss desde Madrid
Muy lindo relato. No hay que darle tantas vueltas al coco...total, los demas deciden por ti a veces. Tu destino está en manos de los demás, por mucho que tu hagas. Besos
Yolanda (SOL)
Entrenómadas: hay veces que la presión psicológica es como el mar, que no se le pueden poner compuertas.
Toro: me alegro que pienses así porque hay muchas personas que piensan que simplemente se trata de masoquismo y es más que eso ¿verdad?, es una falta total de autoestima que es totalmente destructiva.
Pedro: Coincido contigo que si ese "tirar a perfeccionista" no se controla es un agobio pero hay que tener en cuenta que una persona tirando a perfeccionista, en muchos aspectos de la vida, es una cualidad muy buena porque suelen ser personas trabajadoras, incansables, luchadoras...
Titajú: Claro que no se puede ser buena en todo pero intentar siempre ser mejor tampoco es tan malo.
Ulysses: los amigos son buenos para todo, es más, yo diría que son obligatorios.
Horabaixa: es muy curioso que a veces las personas que son muy perfeccionistas son demasiado permisivas con los demás, parece un contrasentido.
38º: me gusta decir que soy la más imperfecta de todas las mujeres imperfectas.
Juan Luís: tienes razón pero a veces no pueden evitarse ese tipo de comportamientos, están enraizados en la personalidad, en la psique...
Elena: Sara lo superará, seguro.
Juanjo: la culpa, que sentimiento tan dañino, nos lleva a unos estados totalmente irracionales.
Froiliuba: "te pones mohín", que bonita forma de decirlo... No sabía de la concentración pero Congo sí que sabía, le he preguntado. Si podemos, iremos, por supuesto.
Yolanda: También yo creo en el destino pero no por eso me dejo llevar. Me gusta tener la impresión de que soy yo quien dirije mi vida.
Biquiños a todos,
LO mejor es dejarse llevar, todo viene sólo, sin preguntas ni agobios.
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