Son casi las dos de la mañana y allí está Rebeca, como una perfecta gilipollas, anclada otra noche más en el sofá y con el mando de la televisión pegado en su mano derecha, moviendo el dedo pulgar frenéticamente para saltar de un canal a otro.
Rebeca se las prometía felices porque tenía previsto ver una película que tenía grabada pero cuando iba por la mitad despareció de la pantalla. De un plumazo. El vídeo, evidentemente, habría grabado mal. Ese fue el inicio de su noche de varada.
Antena 3, T5, La 1ª, La 2ª, La 7, La sexta, FDF, TVG, La 1ª, La 7, La sexta, Antena 3… Y así hasta la ansiedad.
Porque a Rebeca la tele la ponía muuuuy nerviosa, eso lo tenía muuuuuy claro. Lo que no estaba tan claro era porque seguía apalancada en el sofá. Tal vez debería preguntárselo a su psicólogo. Ellos siempre tienen alguna respuesta lógica, al menos así te lo parece en el tiempo que dura la consulta. Luego, ya una va pensando y…
Echó una mirada al reloj, 1:55. Asustada (mañana no habría despertador que la levantase) consiguió arrancarse (no por bulerías) y levantarse de una vez, para poner rumbo a su alcoba. A su alcoba vacía. ¡Que ganas esta noche de unos mimos!, piensa Rebeca, mientras va por el pasillo. ¡Que ganas esta noche de un “polvazo en condiciones”, joder!, casi grita Rebeca, siendo más sincera consigo misma.
- No sigas Rebeca, no sigas por ahí, se dice en voz alta. Pero no muy alta, no vaya ser que la oigan los vecinos y empiece a rumorear la vecinita del 5º.
Y entra en el baño. Enciende la luz y se mira en el espejo.
- Pero que pinta, Rebeca, si que estás tú para un polvazo con el pijama morado de Disney que llevas puesto. Anda que ya te vale, se dice sonriendo Rebeca.
- Por no hablar del pelo… y la cara.
- Anda, anda, tira para la cama.
Pero instintivamente y llevándose la contraria, se quita el pijama. Primero la parte de arriba. Después la de abajo. Ya no se acordaba pero lleva puesto un diminuto tanga negro con un slogan muy divertido, insertado en el triángulo que cubre el pubis: “I knowed by the Night Queen”.
- Pero mira que eres pueril, Rebeca, murmura por lo bajo, quitándoselo con rabia.
Apaga la luz del baño y enciende la de la habitación. Su cama vestida de azul la espera. Y Rebeca, como si fuera a entregarse al amor de su vida, entra en ella, dispuesta, despacio, dejándose envolver por el frescor y el roce de las sábanas de algodón. Se acuesta y empieza a alborotarse. Hace mucho que no lo hace. Hace mucho que no siente. Tal vez tenga la menopausia, ya más cerca de lo que cree. Sólo la palabra la pone nerviosa. Así que rápidamente aleja ese pensamiento fugaz que pasa por su cabeza.
- Esta noche no, se dice Rebeca.
Esta noche sentirá unas manos, e imaginará todas las caricias desesperadas que están por llegar.
Rebeca se las prometía felices porque tenía previsto ver una película que tenía grabada pero cuando iba por la mitad despareció de la pantalla. De un plumazo. El vídeo, evidentemente, habría grabado mal. Ese fue el inicio de su noche de varada.
Antena 3, T5, La 1ª, La 2ª, La 7, La sexta, FDF, TVG, La 1ª, La 7, La sexta, Antena 3… Y así hasta la ansiedad.
Porque a Rebeca la tele la ponía muuuuy nerviosa, eso lo tenía muuuuuy claro. Lo que no estaba tan claro era porque seguía apalancada en el sofá. Tal vez debería preguntárselo a su psicólogo. Ellos siempre tienen alguna respuesta lógica, al menos así te lo parece en el tiempo que dura la consulta. Luego, ya una va pensando y…
Echó una mirada al reloj, 1:55. Asustada (mañana no habría despertador que la levantase) consiguió arrancarse (no por bulerías) y levantarse de una vez, para poner rumbo a su alcoba. A su alcoba vacía. ¡Que ganas esta noche de unos mimos!, piensa Rebeca, mientras va por el pasillo. ¡Que ganas esta noche de un “polvazo en condiciones”, joder!, casi grita Rebeca, siendo más sincera consigo misma.
- No sigas Rebeca, no sigas por ahí, se dice en voz alta. Pero no muy alta, no vaya ser que la oigan los vecinos y empiece a rumorear la vecinita del 5º.
Y entra en el baño. Enciende la luz y se mira en el espejo.
- Pero que pinta, Rebeca, si que estás tú para un polvazo con el pijama morado de Disney que llevas puesto. Anda que ya te vale, se dice sonriendo Rebeca.
- Por no hablar del pelo… y la cara.
- Anda, anda, tira para la cama.
Pero instintivamente y llevándose la contraria, se quita el pijama. Primero la parte de arriba. Después la de abajo. Ya no se acordaba pero lleva puesto un diminuto tanga negro con un slogan muy divertido, insertado en el triángulo que cubre el pubis: “I knowed by the Night Queen”.
- Pero mira que eres pueril, Rebeca, murmura por lo bajo, quitándoselo con rabia.
Apaga la luz del baño y enciende la de la habitación. Su cama vestida de azul la espera. Y Rebeca, como si fuera a entregarse al amor de su vida, entra en ella, dispuesta, despacio, dejándose envolver por el frescor y el roce de las sábanas de algodón. Se acuesta y empieza a alborotarse. Hace mucho que no lo hace. Hace mucho que no siente. Tal vez tenga la menopausia, ya más cerca de lo que cree. Sólo la palabra la pone nerviosa. Así que rápidamente aleja ese pensamiento fugaz que pasa por su cabeza.
- Esta noche no, se dice Rebeca.
Esta noche sentirá unas manos, e imaginará todas las caricias desesperadas que están por llegar.
She makes love just like a woman, yes, she does
And she aches just like a woman
But she breaks just like a little girl.
Hace el amor como una mujer, ya lo creo que sí
Y sufre como una mujer
Pero se rompe como una niña.
And she aches just like a woman
But she breaks just like a little girl.
Hace el amor como una mujer, ya lo creo que sí
Y sufre como una mujer
Pero se rompe como una niña.
A Bob Dylan le gusta particularmente esta canción. La compuso de gira en Kansas City en 1965 y con el paso del tiempo se ha convertido en la canción que más veces ha interpretado en directo. Esa mujer de la canción, "con su niebla, su anfetamina y sus perlas", canta Bob Dylan, era la modelo Edie Sedgwick.
Reina de la Factoría en el Nueva York de Andy Warhol, Sedgwick era una musa para cuadros, canciones, amantes y fiestas.
Murió en 1971, con 28 años, de una sobredosis de barbitúricos. Vivió su modo de vida hasta sus últimas consecuencias.
28 comentarios:
Pobre Rebeca, este finde que salga a divertirse un poco, nunca se sabe.....
Un abrazo
¿Cual es la dirección de Rebeca?
Puedo suplir al televisor, aunque sea sin imágenes, porque para algunas cosas casi es mejor la oscuridad.
Besos
Pues no sé, pienso que quizá la soledad de un hombre es peor.
A fin de cuentas a Rebeca, por lo que veo, la ampara un irónico sentido del humor, el rechazo a los manidos programas de la televisión y las ganas de vivir que no ha perdido.
Su soledad quizá mañana se vea compensada por un encuentro lleno de diversión y de todo lo demás.
Entretanto...
Buen relato, estupenda música
Hay días que eres realmente genial al describir una escena. Sinceramente me gustaría que buscaras el empate entre cotidianas tristes y las cotidianas alegres o divertidas: Gracias, como siempre es una gozada pasear por tu blog
Difícil lo que has hecho: la sensualidad de Rebeca mezclada con la cotilla del quinto y el pijama de Disney.
Genial! Cuantas Rebecas nocturnas...
Dejar anotado sobre el margen izquierdo del Blog, dirección y número de teléfono de Rebeca, autores literarios que frecuenta, cine que ve y tardes propicias para sueños.
todos somos Rebeca
Vaia, pobre Rebeca, eu penso que está necesitada dunhas clases de autosuficiencia.
Bo relato, gústame. Bicos
Todas las soledades son demoledoras.
Las acompañadas son las peores.
Que Rebeca tenga mejor suerte.
Besos.
Dile a Rebeca que mejor sola que mal acompañada.
Llegada esa situación es preciso e incluso necesariotener a mano una buena dosis de amor propio. Que la vida son dos días.
Saludos
pero cómo que rebeca?
non, non, o meu nome non é ese!
just like a woman lévoa no meu Ipod... e máis de dylan. non está conmigo todo o tempo... pero nunca se vai.
¡Nunca más Rebecas! ¡Se necesitan voluntarios!
Obviamente yo no me puedo presentar por mi situación.
Besinos.
¿ Escribiste este texto pensando en mi?
Anda, que eso le puede pasar ya a acualquiera, así que nada. a imaginar...
Besicos
El tiempo pasa implacable y sólo queda el consuelo.
Bueno primero vamos a cambiar el video, por si fallan las 78 opciones previas. Por ejemplo se disfruta mucho en la cama, con un buen libro, aunque no tenga manos; besos
La vida tiene sus etapas y cada una de ellas sus cosas buenas y no tan buenas...lo complicado es saber disfrutarlas...
Besinos.
Veo que somos muchas las que nos sentimos Rebeca.... ;-D
Un abrazo.
<Mas vale sola que mal acompañada,. Lo que tiene que hacer rebeca es irse a una reunión de taupersex de esas, comprarse un amigo a pilas y ya veras tu qiue menopausia mas alegre se pasa ejejeje
Así que la vida existe debajo de un pijama morado de Disney.
Me ha gustado el relato, tan real y tan humano.
Besos.
Ficción???... Realidad??? ... Y qué más da... Tal vez, solo tal vez, la realidad se haga fantasía mostrándonos su lado amargo... tal vez el lado triste y solitario de la vida se haga realidad mostrándonos sus alegrías.
En cualquier caso, este mundo está lleno de "pijamas" de Disney, aunque hayan 2 en una cama... Triste, sí.
Besicos y Feliz Día de San Valentín.
Lo del atuendo me ha hecho gracia. ¿Por qué será que a las actrices les queda bien cualquier pijama de franela? Y una cuando se mira en el espejo sufre un atentado de propia imagen.
O pixama será quentiño e todo o que ti queiras,pero xa ves que ata a propia Rebeca decátase de que con "eso" non se vai a ningures!
Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios.
Si escribí este texto es porque me he sentido como Rebeca, muchos días a lo largo de mi vida, en mi mediana edad, e incluso antes.
Cada uno acepta la soledad y la vive como puede, hasta riéndose de ella, que es la mejor fórmula que se me ocurre.
La masturbación es un hecho cotidiano en nuestra vida pero, a mi modo de ver, sigue siendo algo oscuro e inconfesable, tanto que está mucho mejor visto decir que te acostaste con tal o cual señor, que decir que te diste un pequeño homenaje.
En fin, me gusta escribir sobre las emociones humanas sin obviar ninguna porque todas son igual de válidas y necesarias.
biquiños a todos.
bueno, es que yo no veo que acostarse con este o aquel señor tenga nada que ver con masturbarse. Una persona puede tener una vida sexual satisfactoria con su pareja y masturbarse también, una cosa no es sustituta de la otra.
son cosas diferentes.
Tienes toda la razón, Zeltia, sólo que yo simplemente comparaba los hechos individualmente como tal, sin entrar en más apreciaciones.
biquiños,
Como dice Pedro Ojeda, todos somos Rebeca. Quien no se ha sentido así en algún momento? incluso teniendo pareja.
Y la masturbación debería ser la cosas más natural del mundo en estos tiempos ya, por favor. Lo bien que se queda una!!! jajajaja.
Me ha gustado mucho Aldabra.
Un beso.
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