Querida Carolina:
¡Joder!, ¡Joder!, ¡Joder! Es que no se me ocurre otra cosa por donde empezar. Es que desde que recibí tu carta no he parado de darle a la cabeza. Vamos, ni aunque viviese mil años se me hubiese ocurrido que pudiera recibir una carta como la tuya. Cuando la estaba leyendo el otro día en la oficina, me puse tan lívido que mi compañero me preguntó ¿Te encuentras bien, Rober? Todavía sigo asombrado.
Verás, para ser sincero y puesto que ya conoces mis andanzas tengo que decirte que como hombre nada me gustaría más que acostarme contigo. De hecho, más de una vez, has sido la protagonista de mis fantasías sexuales. Hacerte el amor sería un trofeo que no me merezco. Créeme. Quizá rechazarte sea uno de los actos más valientes y decentes a los que tenga que hacer frente, porque te deseo. Todavía más si cabe desde que recibí la carta. Pero no lo haré. Y no será por lealtad a Manuel, que sería un motivo importante. Renuncio a ti porque te mereces lo mejor, Carolina. La idea en la que quieres embarcarte es descabellada, no se sostiene por ningún sitio. Te lo digo yo que de infidelidades sé un rato largo. En el fondo soy un cabrón, infeliz y frustrado que en vez de hacer frente al fracaso de llevar una vida mediocre tiré por el camino del medio. Tengo que reconocer que mi matrimonio no es como el vuestro. Nos respetamos a nuestro modo, guardamos nuestro espacio pero los dos sabemos lo que hay. Tú ya conoces a Mabel y no es una mujer para mí. Es fría, despótica a veces. Y yo no soy de ese modo aunque tenga otros miles de defectos. Por eso he buscado en otras mujeres el cariño que ella nunca supo dar o nunca quiso. No lo sé. Si estamos juntos es por pura conveniencia y apariencia.
Manuel y tú sois diferentes. Siempre os habéis querido y si es verdad lo que cuentas, que no lo pongo en duda, porque seguro que lo habrás comprobado, creo que todavía tenéis remedio. Hablas con despecho diciendo “a estas alturas de la película”... pero a mí no me puedes engañar. Tú no eres así. Eres la mujer más dulce que jamás he conocido y la más enamorada. Sinceramente debes hablar con Manuel y si podéis arreglarlo será estupendo para vosotros y yo me alegraré. Y si no hay nada que hacer, debes buscar un nuevo amor pero no de esa forma, arrojándote a los brazos de cualquiera por dolor. No voy a permitir que destroces tu vida. Los hombres, muchos, son crueles, Carolina. Hazme caso.
En mí puedes encontrar toda la ayuda moral que necesites pero jamás te tocaré. Aunque sólo sea por una vez voy a ser el hombre que deseé ser tantas veces. Y porque desde que te conozco te he querido y admirado en silencio.
Recibe un fuerte, fuerte abrazo, Roberto.
P.D.: Piénsalo Carolina.
¡Joder!, ¡Joder!, ¡Joder! Es que no se me ocurre otra cosa por donde empezar. Es que desde que recibí tu carta no he parado de darle a la cabeza. Vamos, ni aunque viviese mil años se me hubiese ocurrido que pudiera recibir una carta como la tuya. Cuando la estaba leyendo el otro día en la oficina, me puse tan lívido que mi compañero me preguntó ¿Te encuentras bien, Rober? Todavía sigo asombrado.
Verás, para ser sincero y puesto que ya conoces mis andanzas tengo que decirte que como hombre nada me gustaría más que acostarme contigo. De hecho, más de una vez, has sido la protagonista de mis fantasías sexuales. Hacerte el amor sería un trofeo que no me merezco. Créeme. Quizá rechazarte sea uno de los actos más valientes y decentes a los que tenga que hacer frente, porque te deseo. Todavía más si cabe desde que recibí la carta. Pero no lo haré. Y no será por lealtad a Manuel, que sería un motivo importante. Renuncio a ti porque te mereces lo mejor, Carolina. La idea en la que quieres embarcarte es descabellada, no se sostiene por ningún sitio. Te lo digo yo que de infidelidades sé un rato largo. En el fondo soy un cabrón, infeliz y frustrado que en vez de hacer frente al fracaso de llevar una vida mediocre tiré por el camino del medio. Tengo que reconocer que mi matrimonio no es como el vuestro. Nos respetamos a nuestro modo, guardamos nuestro espacio pero los dos sabemos lo que hay. Tú ya conoces a Mabel y no es una mujer para mí. Es fría, despótica a veces. Y yo no soy de ese modo aunque tenga otros miles de defectos. Por eso he buscado en otras mujeres el cariño que ella nunca supo dar o nunca quiso. No lo sé. Si estamos juntos es por pura conveniencia y apariencia.
Manuel y tú sois diferentes. Siempre os habéis querido y si es verdad lo que cuentas, que no lo pongo en duda, porque seguro que lo habrás comprobado, creo que todavía tenéis remedio. Hablas con despecho diciendo “a estas alturas de la película”... pero a mí no me puedes engañar. Tú no eres así. Eres la mujer más dulce que jamás he conocido y la más enamorada. Sinceramente debes hablar con Manuel y si podéis arreglarlo será estupendo para vosotros y yo me alegraré. Y si no hay nada que hacer, debes buscar un nuevo amor pero no de esa forma, arrojándote a los brazos de cualquiera por dolor. No voy a permitir que destroces tu vida. Los hombres, muchos, son crueles, Carolina. Hazme caso.
En mí puedes encontrar toda la ayuda moral que necesites pero jamás te tocaré. Aunque sólo sea por una vez voy a ser el hombre que deseé ser tantas veces. Y porque desde que te conozco te he querido y admirado en silencio.
Recibe un fuerte, fuerte abrazo, Roberto.
P.D.: Piénsalo Carolina.
18 comentarios:
Buenas noches a todos. Gracias por haber llegado hasta aquí.
Así es como me gustaría que sucedieran las cosas pero no siempre es así.
bicos,
Aldabra
P.D.: Si al final os he decepcionado... otra vez será.
No. Es buen final. Admirable la actitud de Roberto. Por supuesto partimos de la base que Carolina no tiene tus incisivos y caninos. Si así fuera, otro gallo nos cantaría.
Cocoricó.
Conociendo (apenas) la sensibilidad del alma femenina, despúes de una carta de este tenor, Carolina, puede empezar a enamorarse perdidamente de Roberto.
(faltaría escuchar la campana de Mabel) :)
Un beso.
Ah que triste me ha provocado ganas de llorar... como menciona carlos, si yo fuera carolina si antes buscaba otra cosa ahora puedo volverme loca de amor.
NO has decepcionado querida, al contrario! pensaba que el polvo iba a ser sideral.
Solo una cosa... seguro que ha terminado?
Besicos preciosa
Admirable la actitud de Roberto.
Sigo pensando que si hay verdadero amor se solucionan muchos problemas, simplemente porque no se llegan a ellos.
Cierto es que la vida da muchas vueltas, subidas y bajadas y obstáculos hay por doquier desde tentaciones y locuras a flechazos que nublan a cualquier.
Siceramente ma ha gustado este final.
Un saludo.
Pues yo voy a jugar a ser de la piel del diablo: Roberto está aumentando el deseo de Carolina. El final será que todos se vayan juntos y funden una comuna de amor libre.
Jo.
Se me antoja el primer y disimulado paso para caer de lleno en la proposición de Carolina. Qué te juegas?
Nut.
Un sorprendido Roberto, tendrá siempre en el pensamiento a Carolina.
Estupendo final.
Un saludo.
No sé, no sé... pero las razones que expone Roberto por seguie con Mabel... como que no me convencen... Bueno, que no cunda el pánico, que soy de los que piensan que el mundo está hecho de mil colores... pero, ese razonamiento... Elbi, tú puedes dar más razones de peso, aun estando el matrimonio ese así, porque, entonces, no veo a Roberto tan guay, sino un... un poquillo "pasmao"... De qué está coladita Carolina de él???... A mi, sinceramente, un tío que me dice que sigue con su mujer por esos razonamientos... no... como que no. Porque, aparte de eso, que sí estoy de acuerdo, pienso que debiera haber alguna razón más de peso... Repito que para mí se queda corto. Como para salir del paso... Puede Roberto tener miedo de tener una relación con la Carol???, porque si no...
--Mira Carolina, tía, me molas mogollón y me harías el hombre más feliz del mundo. Joder, Carolina, me has dejado muy jodido, sore todo por la mala situación qu Mabel y yo estamos pasando...(aquí explica las cosillas)... Pero a pesar de todo esto, aun la quiero, o tal vez sea el tiempo que llevamos juntos... no lo sé, ya te digo que estamos mal, pero sería incapaz de ponerle los cuernos. No soy un traidor, y siempre voy con la cara por delante. No me imagino que ella me lo hiciera a mi. Por eswo mismo, sería incapaz yo de hacerlo. Tremendo, verdad, sobre todo con el monstruo que se acaba de despertar nada más leer tu carta.
O algo así, por el estilo, que digo yo, y que pa gusto, los colores.
Aldiiiii... que ya me conoces que a veces no puedo refrenarme... puro instinto básico. Te pido perdón una vez más, como otras tantas en que he hecho algo parecido, pero, por otro lado, te dije que iba a ser muy crítico... recuerdas hace 2 post???
Bueno, de todas formas, no deja de ser una opinió... mí opinión.
Besos.
Pd.: acepto la regañina, cómo no, venga del lado de donde venga... jejeje...(sí, tal vez por ésta, creo recordar algo)
Perdón. Sí, yo de nuevo.
Vaya rollitoooo!!! jejejejeje
Besos
Ahora lo entiendo!!!, me había perdido la carte del medio.
Ahora sí.
Seguro que las cosas no siempre suceden así, de hecho casi nunca.
Besos.
Sí, ya lo sé, quemequivocao... que entre aldis, elbes y enres, whycis y demás diminutivos, alguna vez tendría que pasar... ya más nunca pondré diminutivos... jeje, que no... para el próximo...jejejeje
besos
Acaba.............de empezar, si esto sucede en la vida real, Roberto y Carolina acaban liados. Me da que no se acaba aquí, ojalá pues se estaba poniendo muy interesante.
Besitos
Apertas gallegas
Martín: veo que mis dientes te han impactado... je je je... me alegro de que te gustase el final.
Carlos: puede ser que sí, puede ser que no... la historia todavía está por escribir...
Wycherly: Carolina, a pesar de los pesares quiere a Manuel...
Belén: el "polvo" quedará para otra ocasión... je je je...
Eifonso Lagares: el amor verdadero (en caso de que exista y perdóname que lo ponga en duda) es dificil de encontrar, tal y como nos enseñaron el cuento... todo se resume en elegir, elegir constantemente a lo largo y ancho de nuestra vida... me alegro que te gustase el final...
Pedro: lo de la comuna podría ser pero me parece que no... que no hay nada más bonito que dos... dos es el número perfecto...
TWO: ¿a qué sí TWO? ¿a qué dos es el número perfecto?... hay veces en que los hombres os portáis como tal... como hombres y por ello renunciáis a lo que sabéis que no os pertenece... al menos en mi historia...
Aná: Sí, Roberto jamás la olvidará, será uno de esos amores que nunca se realizaron y por eso será perfecto... se querrán en otra dimensión desde una complicidad que nadie más que ellos conoce...
Guillermo:no voy a tratar de convencerte de nada porque ya sé que piensas diferente a lo que yo pienso... te digo lo que le decía a Eifonso en la segunda carta (creo)... ojalá que no te veas nunca en tales circunstancias...
TOROSALVAJE: en la vida real hay de todo... y no todo acaba en la cama, créeme...
MANU: de momento la historia termina aquí... pero nunca se sabe, cualquier día cojo de nuevo los personajes y les doy un poco más de vida.
Besos fuertes a todos y muchas gracias por vuestros comentarios.
Y, a mí, que me dá la sensación de que Roberto piensa como una mujer...
Y, a mí, me dá la impresión, que un hombre actuaría de manera menos "cerebral"....mas....no sé como decirlo....pues eso, joder...que se hubiera aprovechado.
Como dices en el comentario, es como "a tí" te gustaría que fueran las cosas, pero reconoces que no siempre es así.....yo añadiría...casi nunca son así....
Ález: no sé no sé... de boca para fuera es facil... pero llegada la hora de la verdad...
en fin, son los personajes como yo los hice, a mi manera...
bicos,
esther
¿sabes que me bebería ahora un vasito de sidra?... ¡que rica!
Estoy con Aldabra, no creo que las cosas sean tan fáciles. No creo que todos los hombres respondan a ese estereotipo de machos hambrientos que no desperdician ninguna oportunidad. No sólo hay blanco y negro. Los grises abundan.
Creo que el amor nos hace diferentes, por ejemplo. Amar en SERIO. Creo que cuando amamos nuestro ADN muta, y nos convertimos en otro ser humano capaz de hacer y decir cosas que antes no hubiéramos hecho.
Y creo que no volvemos a ser los mismos. Nunca más.
Yo sí creo en esta historia. Creo en todas las historias que me contéis de este ancho y profundo universo.
Felicidades, Aldabra. Y un beso muy fuerte. Como tú me dirías a mí: buen fin de semana. :)
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