Ribadeo: un lugar al que quiero volver

Serpenteamos las carreteras comarcales en fila de uno, llenando el paisaje de colores chillones y un ruido tan fugaz, como la velocidad a la que vamos.

Luego, al llegar a la habitación del hotel, nos tumbamos en la cama mareados de sensaciones y brisa marina. Celebramos que he perdido el miedo.


"Passion of wine" - Elgars Retigs




Después, abandonada al relax, me dejo guiar por las manos sabias de Congo, que lejos ya del manillar de la moto, acarician suavemente mi pelo.

Y mientras todavía permanece su calor entre mis piernas, entramos en un profundo sueño.

Cuando nos despertamos,
todavía temprano,
la tarde se ha tornado gris.


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