El hecho de que tuviera un lunar, en el dedo meñique de la mano derecha, no le pareció importante.
A él, lo que de verdad le gustaba era que en el verano, se pusiese a dar volteretas en la playa, sin importarle la gente, tan desenvuelta como si fuera un niña pequeña.
Tenía 45 años pero nadie se los echaba.
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12 comentarios:
las apariencias engañan.. y mucho...em el fondo ese niño que llevamos en el interior de vez en cuando sale...saludos
Es que a nadie le importa la edad de las niñas de la playa...
Besicos
Que suerte.
Eso es ser joven siempre.
Besos.
Que siga haciéndolo
en todos los adultos vive el corazón de un niño, sólo depende de si esta despierto o dormido...
bsos
No hay que ser niño para dar volteretas en la playa.
A mí tb me encanta hacer el tonto en la playa... Tenga la edad que tenga...
:)
Y tb tengo un lunar... pero en el dedo corazón de la mano izqda....
Un beso
Todavía, a mis cuarenta años, soy capaz de ir saltando charcos tan feliz, pero siempre fui incapaz de dar volteretas.
Qué envidia.
Yo tengo 80 y todo el mundo me echa 79.
Hola Aldabra,
En serio la edad importa?
Bicos
se me ocurren dos cosas:
una, el lunar significaba algo esotérico.
dos, aventuraba un cáncer.
me alegra que penséis como yo, que la edad no importa.
biquiños y buenas tardes a todos.
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