jueves, 29 de enero de 2009

Falsa apariencia




Photo by: El Porte - Bonheur (Photo net)

Mientras conducía de vuelta a casa, Marta iba diciéndose en voz alta:

“Tengo que decirle la verdad. Será duro para las dos pero no tengo otra salida. Tal vez lo entienda y me perdone. ¡Mierda! ¿Cómo va a perdonarme? No sé si podría perdonar yo algo así. No lo sé. ¡Joder! ¡Joder! Esta vez te has pasado Martita”

Aparcó el coche con cuidado, respiró profundamente, apagó las luces, el motor y salió. Decidió timbrar en vez de abrir con sus llaves. Así ya estaría esperándola. Elena le abrió la puerta y Marta entró al portal y llamó al ascensor. Ya sentía los nervios en la boca del estómago y conforme subía, su mente emitía imágenes confusas.

La puerta de casa estaba abierta pero Elena no estaba esperándola:

- ¿Elena?
- Pasa. Estoy hablando por teléfono.

¿Con quién podría estar hablando a aquella hora? Era tarde. Pensó Marta más intranquila, si eso era posible. Ya colgaba.

- ¿Marta?
- Estoy en el sofá
- Voy a coger un vaso de agua y ya voy
- Vale

Elena oyó el grifo del agua, el sonido del vaso y sus pasos que se acercaban tranquilos como siempre.

- Hola peque, ¿qué tal te lo has pasado?
- Bien, bien.
- ¿Has estado con tu amigo Raúl?
- No, no le he visto. Hoy tenía que trabajar por la tarde
- Lástima. Bien, pues ¿qué has hecho?

Marta, al ver la cara de Elena, se sintió incapaz de empezar el discurso que había ensayado previamente. No podía darle aquél disgusto. Elena lo había pasado mal, muy mal. Ahora empezaba a recuperarse. Saber la verdad la mataría. Se sintió más ruin que nunca, lo que no impidió que preparase instantáneamente, sin dudar, una gran mentira.

- Pues he estado por ahí de compras pero al final no me he decidido. Lo que me gustaba era muy caro y tampoco necesito nada en concreto. Ya tengo mucha ropa.
- Y ¿por qué no me diste un toque? Habría ido contigo
- Necesitas descansar. Y no te gusta ir de compras. Siempre me lo dices.
- Pero para unos días que estás aquí haría un esfuerzo
- Es igual, no importa. Y tú ¿qué hiciste?
- Tontear. Eché una cabezadita después de comer y estuve leyendo hasta hace un rato.
- ¿Qué tal te encontraste?
- Bien, a pesar de que no me ha llamado.
- No te preocupes por eso. Ya lo conoces. Te llamará, seguro.
- No sé, Marta
- ¿Qué es lo que no sabes? No quiero que pienses de ese modo. Has de mostrarte confiada. Tú vales mucho y él, que no es tonto, lo sabe. Seguro que...
- No sigas, por favor. No soporto tus arengas. La vida no es así tan bonita como la pintas. No puedo bajar la guardia porque cada vez que lo hago ya sabes como termino.
- ¡Ay, Elena! Eres una tontaina pero no sabes cuanto te quiero
- ¿A qué viene eso ahora? Tú eres la tonta. Odio que te pongas sentimental
- Es que sentí necesidad de decírtelo. Mañana me voy
- ¿Cómo qué mañana?
- He decidido adelantar mi viaje de regreso. Ya te comenté que igual me iba antes de lo previsto. Las despedidas me ponen muy nerviosa.
- No te vayas aún. Todavía te quedan vacaciones.
- Es lo mejor, créeme. Es necesario que recuperes cuanto antes tu soledad y te enfrentes abiertamente a su compañía.
- Lo sé, pero…
- Ya está decidido.
- Está bien. No insistiré.
- ¿Crees que debería llamarlo?
- Yo esperaría. Tengo la certeza de que te llamará porque…

Ring, ring, ring…

- Hola Álvaro – dijo Marta contestando al teléfono.
- ¿Está tu hermana?
- Sí, ahora se pone
- ¿Se lo has contado?
- No
- Entiendo
- Mañana me voy. Siento que no podamos despedirnos
- No importa
- Bueno, te la paso. Un beso

Mientras hablaban por teléfono Marta se sintió muy triste. Y muy culpable. Se estaba escapando pero no podría hacer otra cosa. Tenían una oportunidad y ella no iba a estropeársela. Oía a su hermana hablar por teléfono con una alegría que le desbordaba el pecho. Quería verla feliz por encima de todo porque se lo merecía más que nadie.

- Hola
- (…)
- No, no he salido
- (…)
- Vaya, ¡que casualidad! Mi hermana también estuvo de compras. ¡Que pena que no os hubiéseis visto! Se va mañana
- (…

Marta se levantó del sofá sin hacer ruído. Le dio un beso en la mejilla a su hermana y en bajito le susurró al oído:

- Me voy a la cama

Elena asintió con un gesto y siguió hablando con Álvaro sin sospechar nada.

Con el murmullo de la conversación de fondo Marta entró en un sopor somnoliento sin lograr conciliar el sueño del todo. Las imágenes recientes se agolpaban en su cabeza. Tardaría bastante tiempo en poder olvidar del todo y perdonarse por lo que había hecho. Contaba con ello.



16 comentarios:

ordago13 dijo...

escribes muy bien¡¡¡

deberias dedicarte a ello profesionalmente¡¡¡¡¡


te invito:
republica libertaria de las tortugas

d2 dijo...

Me ha encantado. Muy muy bueno, he disfrutado. Gracias por la sonrisa enorme que me has puesto. Un abrazo enorme.

Belén dijo...

Buf, que duro es convivir con el arrepentimiento y la doble vida...

besicos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué bien resaltado el peso de la culpa...

TORO SALVAJE dijo...

Yo no hubiera podido pegar ojo.
Imposible.
Mi conciencia me estrangularía.

Besos.

Teresa dijo...

Porque hablas de cuernos, pero este texto también valía para un asesinato.
Un besico (siento haber tardado tanto en venir)

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Asi es ...traicionado por tu propia sangre... como dice bipo...de esta forma surgen los homicidios...besos

Bambú Blanco dijo...

Me gusta... realmente no se llega a mencionar cuál es la causa que hace que ella se vaya... se puede intuir... pero con seguridad no se sabe... ¿ha perdido la herencia familiar? ¿Ha destrozado el coche de su hermana?¿Se ha tirado a su novio?... ¿Tiene la hermana realmente alguna oportunidad si ha ocurrido algo así?¿Cómo serán las fiestas familiares de aquí en adelante? :)

Un abrazo Aldabra.

Anónimo dijo...

y consiguio conciliar el sueño????
la verdad es q parece mentira como gente tan cercana puede fallarte cuando menos lo esperas...

salu2

guillermo elt dijo...

Yo, en primer lugar... no le "levantaría la pieza" a mi hermana... me gustan las mujeres... jajajaja... No, en serio. No lo haría y sé lo que digo. Respecto al levantamiento de la historia... pues nada, que apechugue con la responsabilidad y se deje de tonterías, que ya es mayorcita y se lo diga a su hermana.

Se supone que si uno, en su madurez hace algo... no correcto, digamos, pues debe asumirlo y responsabilizarse con todas las del "veri", que digo yo, y ayudar a su hermana en el sentido de que sepa con qué persona está... que tb. digo yo, no?... o no?

Bueno, es mi opinión. Ya sabes que al respecto y por respeto a los demás, tengo la mente un poco cuadriculada, aunque nunca, nunca niego las diferentes aguas que se pueden beber, pero... ya digo, asumiendo la responsabilidad de no tener 15 años. Entiendes, verdad???

Vamos, que un niño puede llorar porque se le rompe un globo, pero que un adulto debe llorar por otras cosas...

Bueno, que yamestoy enrollando.

Besicos.

Sue dijo...

Yo, al igual que Toro Salvaje tengo una conciencia del tamaño de Rusia que me impediria no solo no conciliar el sueño sino que me provocaria ataques de ansiedad acompañados con arrebatos de sinceridad extremos...

Soy buena guardando secretos ajenos pero no seria capaz de ocultar algo asi...

Tengo cura doctor??

Juanjo Montoliu dijo...

A una hermana se le perdona todo. ¿O no?

Verbo... dijo...

Yo tampoco puedo con las despedidas
me ponen ansiosa.

Saludos.

matrioska_verde dijo...

Por la noche respondo a vuestros comentarios que ahora ya no me da tiempo. Tengo que irme pitando. Bicos,

jg riobò dijo...

Estupendo relato, culpabilidad.

matrioska_verde dijo...

Pues vamos allá porque lo prometido es deuda. No he podido contestaros ayer por la noche porque me dió uno de mis ataques irrefrenables de sueño y me tuve que ir pronto a la cama. Pero nunca es tarde si la dicha es buena.

Ordago 13: Muchas gracias por visitarme y por tus comentarios, bienvenido.

d2: He tenido problemas para entrar en tu blog, no aparece. Lo intentaré después de nuevo.

Belén: El arrepentimiento, la doble vida y la culpabilidad son demoledores, al menos para una conciencia como la de Sue, del tamaño de Rusia... je je je

Pedro: Me alegro que te haya parecida correcta mi forma de expresar esa culpa. He querido hacerlo de forma sutil, más con medias tintas y gestos que con palabras.

Toro: Yo tampoco habría pegado ojo. De todos modos a la conciencia también hay que controlarla y no que nos controle a nosotros y hablo en general.

Bipolar: Sí, cada uno puede hacerse la composición de lugar que quiera, porque no he dejado claro que haya habido "cuernos" consumados... no se dice en ningún momento.

Manuel: El hecho de que sea "sangre propia" lo hace peor, no cabe duda. De todos modos un homicidio por celos nunca está justificado aunque bien es verdad que los celos es una enfermedad mental y pocas personas los ven de ese modo. Los celos surgen en la infancia y no tienen cura, si se pueden controlar como muchas otras enfermedades. Tienen tratamiento médico y psicológico específico.

Bambú: Las fiestas familiares estarán llenas de miradas indiscretas y esquivas, cargadas de tensión emocional, incluso alguna que otra patadita por debajo de la mesa.
Espero que esta experiencia bloguera te resulte tan interesante como a mí.

Anti-yo: el stress emocional provoca mucho cansancio físico y mental, te rinde, de ahí que pudiese dormir. No sigue el relato para saber si soñó con angelitos o tuvo pesadillas.

Guiller: No te extrañas a estas alturas si te llevo la contrario. No te voy a decir que esté bien que le levante "la pieza" como tú dices pero el mundo de los sentimientos y emociones es bastante incomprensible y no sigue pautas fijas. Nadie está libre de caer y el que diga lo contrario miento. Ya he visto y oído tantas cosas que bueno... La realidad siempre supera a la ficción.
Y respecto a decir o no la verdad... ¿Qué quieres que te diga? A veces es mejor dejar que los secretos duerman tranquilos porque lo único que traería sacarlos a la luz sería dolor. No sé, es dificil, simplemente quise dejarlo así para que pensemos.

Sue: Te digo lo que he dicho a Guiller: "No digas nunca yo no podría, o yo no sería capaz, o yo no lo haría..." Es increíble lo que los seres humanos somos capaces de llegar a hacer.

Juanjo: ¿Cómo se le va a perdonar algo así?... Tal vez con el tiempo no te digo que no, habría que valorar muchísimas más cosas que en el texto no se dicen pero de entrada, sería una puñalada trapera.

Verbo: Bienvenida a este blog y gracias por tus comentarios.

Jg riobó: ¿Quá hago ahora con la culpabilidad?, sería un buen resumen para este relatos.

Biquiños a todos y ojito con el mal tiempo los que tengáis que viajar.