A veces Congo me posee
con la rabia de un mar furioso.
Incendia mis pechos
con el simple contacto de sus manos.
Horada mi pubis de hojaldre,
con la fiereza de un león hambriento
pero sin hacerme daño.
Arremete contra mis caderas,
torres de marfil,
que aguantan los embates de su cuerpo desatado,
orgullosas del deseo que provocan.
A veces Congo me posee, loco,
y sin tregua lame socava gime araña lucha corta arrastra...
hasta que la ola definitiva,
lo devuelve a tierra firme
tranquilo
sumiso
derrotado.
Fotos: Aldabra
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16 comentarios:
Que don tienes para describirlo.
Besos.
jo...con Congo... Feliz año nuevo...nos vemos en la red ...saludos
Feliz comienzo de año, aunque... ya veo, ya.
Que Congo no pierda nunca esa fuerza arrebatadora y dulce.
Bicos
Tu pubis de hojaldre, capa a capa.
Qué suerte tiene Congo.
Vamos, que a este paso, cualquier día vienen los Conguitos. :)
Santo Dios - y eso que soy ateo - Sólo puedo decir, y así lo admito, que tengo sana envidia por nuestro compañero Congo.
vaya vaya, q stuileza!!!
que seran Aldabritas o más bien (como dice matapollos) serán conguitos???
besos ;**
Carais! Cuánta pasión! :D
No sé quien tiene más mérito, si Congo, por poseerte o tu por la manera de contarlo.
(me gusta la mujer de la foto, rotunda, contundente)
Besos.
Tienes una manera genial de describirlo. Sublime.
Bicos
Me recupero del embate febril y no estoy por la labor.
Caderas para saborear.
Parece que esos a veces son muchas veces... pues entonces... ¿cuántas?
besitos grandotes...
Una pasión fuerte y arrolladora como el mar.
Un saludo
Muy erótico si no miro esas piernas ¿ Que hacer con la celulites que no perdona?
Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios.
Me alegra saber que el poema os ha gustado.
Si queréis saber un poco más acerca del porqué de estos poemas leer, por favor, el comentario que he dejado en "Fuego y cielo".
Y a los que os pasáis por primera vez, deciros que sois bienvenidos y que me encantará volver a veros.
Biquiños,
Congo se hará mayor y olvidará el ímpetu de su juventud y la rabia y la fuerza de las olas. ¡qué pena!
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