

Algunos decís que soy valiente y yo no me tengo por tal. Simplemente sé (porque he aprendido a esucharme a mí misma) que hay cosas que quiero hacer, sin pararme demasiado en los motivos que me llevan a hacerlas. Las hago y punto y luego pues ya se verá. Con esta filosofía me va mejor que con la anterior de: pensar, pensar y repensar, dudar, pensar... porque al final acababa por no hacer nada presa de la indecisión. Ahora directamente me lanzo. He ganado en espontaneidad y en satisfacciones.
Respecto a la medicación, entiendo vuestro punto de vista sobre lo que apuntáis. Es una pastilla como tantas, estoy de acuerdo, pero hay una diferencia tremenda con el resto, que es lo que quise apuntar y tal vez no hayáis reparado en la profundidad de lo que quería transmitir.
Dicen las noticias: el hombre que apuñaló a su ex-mujer la madrugada pasada estaba a tratamiento... Cuando oímos ésto, a nadie se le pasa por la cabeza que ese hombre tomaba tiroxina (como apunta Sirena Varada), todos sabemos que tomaba antidepresivos, ansiolíticos o cualquier otro tratamiento relacionado con una enfermedad "mental". Y ahí englobamos a todas las personas que sufren una enfermedad mental o un trastorno mental sin pararnos a pensar más allá. Ya nos hacemos la idea de un tipo desequilibrado, turbio, agresivo, insociable...
A mí particularmente, estas noticias dichas así me incomodan y mucho. Creo que los informadores deberían ser más rigurosos, pero claro, en los tiempos que corremos en que todo vale y más si es para dar morbo a la noticia, es pedir un imposible.
Yo, como muchas otras personas, tengo un desequilibrio emocional que me produce un trastorno ansioso-depresivo pero no estoy mal de la cabeza. Es más, la tengo mejor amueblada que muchos. Pero como tengo que medicarme, a los ojos de la sociedad, ya estoy metida en un grupo de gente "peligrosa". Y eso es tan falso como que mido 1,90, soy rubia y de ojos azules. Lo he hablado con psicólogos y psiquiatras y detrás de un suicidio o un suceso violento siempre hay muchas más cosas escondidas, sólo es cuestión de rascar un poquito tras la superficie. Nadie se vuelve loco de la noche a la mañana. Las personas vamos dejando pistas, huellas, indicios... sólo que a simple vista igual no se ven.
Durante muchos años estuve callada, me avergonzaba de mi misma, tenía miedo de que me juzgasen incorrectamente, de que me etiquetasen pero ahora ya no. Ya no quiero estar callada. Ahora quiero simplemente que se me comprenda y que se me respete. Y quiero reivindicar para los que como yo antes, no se atreven a hablar, lo mismo. Por eso no me avergüenza decir abiertamente que voy al psicólogo o al psiquiatra, como quien dice: Ayer fui al cine. ¿Por qué no? ¿Qué hay de malo en ello? Se dicen y se hacen cosas mucho peores a diario y nadie se escandaliza.
Como en el caso de Rox (Enredada) lo mío no es nada químico (que también apunta Pedro). Lo mío se debe a que las experiencias que he vivido me han marcado tanto (quizá porque nadie me ayudó a encajarlas debidamente) que me han hecho una persona extremadamente sensible a las emociones, sean del tipo que sean. Es decir, cuando soy feliz, soy la más feliz del mundo pero cuando sufro o veo dolor, realmente soy el ser más infeliz del universo y lo único que quiero es desaparecer porque el miedo y la ansiedad me consumen. Un psiquiatra me dijo una vez que tenía que sentirme una persona afortunada porque podía saborear cosas de la vida que a muchos les pasaban desapercibidas. En realidad tiene razón, con cada una de mis etapas malas he aprendido mucho y creo (humildemente) que me hecho mejor persona. Eso en teoría está bien ¿verdad Rox?... pero pasar las épocas malas, es bastante jodido.
Soy consciente de lo que tengo, lo asumo, lo miro de frente y lucho con todas mis fuerzas. Sé que "mi enfermedad, mi trastorno" sigue dentro de mí como siguen dentro de mí las ganas de volver a fumar aunque lo haya dejado una y otra vez, o como siente el ex-alcohólico ganas de tener una copa entre las manos. Un día pueden volver las lágrimas y la ansiedad, aunque ahora sea muy feliz... pero sé también, que una y otra vez se puede salir por duro que sea.
Sólo espero tener POR SIEMPRE fuerzas, coraje y mi sonrisa para poder enfrentar lo que me depare la vida.
Muchísimas gracias a todos, de corazón (aunque suene cursi, creo que hoy me lo podréis perdonar ¿verdad?).