En mi infancia nunca hubo libros.
Mis padres no leían. Mi madre hace un par de años que leyó dos o tres libros pero mi padre nunca leyó ninguno, ni uno sólo. Ni si quiera ha leído nada de lo que yo he escrito. Me resulta triste pero es lo que hay, la vida es así no la he inventado yo (como decía la canción) o cualquier otro tópico que queráis poner.
Provengo de una familia muy modesta en la que no había tiempo para ir a la escuela. Mi madre se quedó huérfana a los 14 años con dos hermanos más pequeños. Mi abuela tuvo que ponerse a trabajar limpiando en la Renfe y mi madre dejó el colegio para hacer las tareas de la casa y cuidar de sus hermanos mientras mi abuela estaba trabajando. Mi padre por otra parte, proveniente del mundo rural, tuvo que ponerse a trabajar también muy pequeño. Su padre, mi abuelo, había estado preso durante la guerra y para salir adelante se hacía lo que se podía.
Tiempos difíciles.
Aún con todo, mi abuela materna, que vivía con nosotros, bueno, más bien nosotros con ella, empezó a comprarme libros cuando me fui haciendo algo más mayor pero yo no leía (igual que mis padres). Los contemplaba en las estanterías del mueble de la salita sin que me dijesen nada más allá del valor decorativo. He de reconocer sin embargo que me gustaba cogerlos en la mano y mirar los dibujos. Un buen verano, con 14 años, empecé a leer todos aquellos cuentos infantiles: Los felices Hollister, Torres de Malory, Ivanhoe, Las Novelas Ejemplares en versión infantil... y otros muchos de los que no recuerdo ahora el título. Curiosamente mi abuela, que era quien me los había comprado, le dijo un día de aquel verano a mi madre: "Esta pequena vaise poñer tola con tanta lectura", (Esta niña se va a volver loca con tanta lectura) porque me pasaba todo el día y parte de la noche leyendo sin parar.
Unos años más tarde me hice muy amiga de una niña del colegio, Chari, y empecé a frecuentar su casa. Sus padres si que leían y tenían muchos libros. Su casa fue mi primera biblioteca. Los devoraba como si estuviera hambrienta de historias. Uno tras otro, los libros empezaron a darme tanto que no podía vivir sin ellos. Mi infancia y mi adolescencia fueron bastante tristes. Los libros me ayudaban a evadirme del mundo real en el que estaba creciendo y que no me gustaba en absoluto.
El caso es que un día mi abuela (no recuerdo el día ni como fue el momento) llegó a casa con El Quijote, un precioso volumen ilustrado con cubierta de piel granate, 1ª Reedición del año 1974, editado por la Editorial Everest- León. No sabía muy bien que iba a hacer con él porque aquello era como demasiado. Hasta que otro buen verano (no recuerdo los años que tenía) comencé a leerlo siendo capaz de llegar al final sin vacilar ni un momento. Es verdad que tal vez no estaba lo suficientemente madura como para entenderlo en su entera dimensión pero se me había metido entre ceja y ceja y para bien o para mal siempre procuro llevar a término todas las cosas que empiezo.
Hace ya unos años pensé que debía volver a leerlo pero tenía muy claro que para saborearlo había de leerlo de otro modo y a otra edad. Y nunca encontraba el momento de ponerme de nuevo con él. Cuando leí en el Blog de Pedro Ojeda: "La Acequia", la invitación a hacer una lectura "colectiva" supe que era mi nueva oportunidad. Así que me puse a rebuscar por las estanterías de libros (tampoco es que tenga muchas, visito con mucha frecuencia la biblioteca) y descubrí que además del volúmen que me regaló mi abuela tenía El Quijote en la Coleeción Austral (la de toda la vida). El libro debí comprarlo en algún rastrillo porque no conozco a la persona que firma la dedicatoria de la primera página y además el ejemplar está muy muy viejo, tanto que para leerlo ahora de nuevo he tenido que forrarlo. La dedicatoria dice así: "A Sofía: De su amigo Miguel para que vea que cumple siempre sus promesas", firmado: Miguel.
Tengo que deciros (ya se lo he comentado a Pedro en su blog) que estoy disfrutando mucho con esta nueva lectura y sobre todo con sus comentarios y con los comentarios de los otros lectores. Me esta resultando muy gratificante y muy llevadera porque vamos a capítulo por semana: el Jueves es el día del Quijote. Así que desde aquí os recomiendo a todos que os animéis a uniros al grupo. Todavía vamos por el capítulo 1.5 así que es muy facil que os pongáis al día ¿Qué os parece?
Venga, no os arrepentiréis.
19 comentarios:
me reconozco un poco en tu historia, sabes. Mi madre tuvo que dejar de ir al cole siendo muy niña, pero les compraba libros a chicos jóvenes que los vendían a domicilio porque le daban pena, y gracias a eso, yo me vicié desde cría. Los Hollister, Torres de Malory, los Cinco, Los 3 Investigadores..., qué recuerdos. Siento lo que me cuentas de Manderley, espero que llegue pronto, si no es así házmelo saber, que intentaría hacértelo llegar por correo. Un abrazo, Patro.
oye, otras dos cosillas, que me las he dejado en el post anterior. Una, qué triste que Sofía se deshiciera del libro de ese chico que cumplías sus promesas. Dos, que el Quijote es una gran terapia para la depre, que es divertidísimo y que ojalá lo disfrutes tanto como yo lo hice. Un beso, guapa.
A mí los libros me rescataron también, me han permitido vivir mil vidas en una, es uno de los grandes placeres de mi vida.
Besos.
A mi me ha encantado tu historia lectora, yo leo , sin orden ni concierto convulsamente, a veces, otras pensando en cosas diferentes a las de las páginas de libro, y así escribo... como el culo, bueno me ha encantado de verdad tu historia lectora, tu famiia no lectora es como tantas , como la mía, bueno a mimi padre, que no fue al cole por que nunca pudo, me dijo que aprendio a leer con sus novelas del oeste, eso le debo yo a las novelitas estas tan denostada, en fin qu eme encantó pasarme por aqui pero no se si el proyecto de lectura se merece mi caos.......
saludos brujos
yo lo confieso, no he leído nunca el quijote, y lo sé, no tengo perdón.
yo nunca he visto a mis padres leer, mi padre siempre me cuenta que de joven leía muchísimo (a pesar de que ni siquiera pudo terminar la escuela, había que trabajar), pero tuvo un problema en un ojo, y leer le requiere mucho esfuerzo. A pesar de no leer ellos, cada vez que iban a la ciudad a mi hermana y a mi nos traían un cuento, que nosotros débóravamos, por supuesto!
Muchas gracias por tu elogio en mi blog. Lamento no compartir tu entusiasmo por el Quijote.
Mis padres no leen, mi madre si leia pero ahora apenas tocan un libro...
Y bueno, el Quijote me lo leí dos veces, la primera muy aburrida porque me lo mandaron en el Instituto, y la segunda porque quise, me pareció espectacular...
Me imagino que me lo releeré... no se cuando, pero lo haré...
Besicos
Gracias por tu entrada. Como alguno de los comentaristas que me preceden, yo también me siento identificado. En mi casa había unos pocos libros que fueron ampliándose porque mis padres, a pesar de su situación económica, nos facilitaron a todos los hermanos estudios universitarios. Ahora, cada vez que publico un libro les regalo un volumen y para ellos es como la culminación de toda su vida.
Gracias por unirte a la lectura, a la que animo a todos tus lectores. No agobia, como dices, y no tendría sentido sin las aportaciones de todos, de todos: relectores, lectores nuevos, con más o menos estudios, jóvenes y viejos.
Es una apasionante locura.
Besos.
En mi casa, por fortuna, depende para quien, siempre ha habido libros mi padre es economista y aparte de eso, le apasiona la lectura, yo depende del libro, aunque ahora con los peques he vuelto al mundo de la lectura, con mucha más fuerza, volveré a leer el Quijote, gracias guapa.
He escrito una entrada sobre este tema, un poco sobre la tuya. Espero que no te importe :) Así me ahorraba escribirte un comentario enorme. En mi blog ya lo dije todo.
A verdade é que si, gústame moito o galego, aínda que hai dias como hoxe que non... que as verbas me saen na outra lingua miña...
Gústache Ron? é un can de augas :) é preciosísimo. Mira que me quere, iso é o que máis me entusiasma. Eu o tiven no piso. Pero agora está na aldea. A verdade , e que na casa roubaba moito tempo. Pero te aseguro que merece a pena! :)
Animádevos co can! non sabes o agarimo que dán! :)
un saúdo :)
En la casa paterna sigue la ausencia de libros.
La dedicatoria del libro es por supuesto de Miguel de Cervantes.
Mi Quijote es de AHR de Barcelona de 1955.
Yo nunca he sido un devorador de libros... el papel no me sienta bien a la úlcera, y las pastas, como que difícil de digerir, pero hasta hace unos 5 años, unos... entre 3 y cinco libros si han caido siempre.
Mi época de los 17, 18 a los cerca de los 40, sí que los recuerdo con gusto por la cantidad de lectura, pero, ya digo, desde hace unos años para acá... jodido... en tiempo y otros aspectos.
Pero siempre me queda el escribir y otras cosillas.
El Quijote. No, no lo he leido entero, ni creo que lo lea, aunque eso, nunca se sabe. Y no es que no quiera... eh?
Besicos
Bueno, yo he leido desde siempre, porque mis padres (grandes lectores ambos), nos inculcaron la lectura desde pequeños.
Hoy leo preferentemente poesía de todo tipo y cada vez que compro un libro, soy el hombre más feliz de la tierra. :)
Un beso.
Yo lei por primera vez el Quijote ya a mitad de bachillerato, por obligacion, y ademas no lo hice todo seguido, sinno que fui saltando capitulos y buscando aquellos que más me atraian, porque habrás comprobado que el libro de Cervantes puede considerarse casi como de episodios independientes.
Luego lo lei seguido y ahora vuelvo, de vez en cuando, a algun capitulo. De todas maneras, me siento mas vinculado con Quevedo y dentro de Cervantes, con las Novelas Ejemplares.
Debo tener una docena de quijotes en mi biblioteca, desde el que heredé de mi padre hasta los ilustrados por Doré y por Salvador Dalí.
Pero leo de todo, aunque ahora estoy mas en el campo del ensayo y la historia que en el de la narrativa.
Un beso
Gracias por vuestros comentarios, mañana promteto contestaros a todos uno por uno porque esta noche no estoy para muchos trotes.
bicos,
Aldabra
Patrizia: en cuanto llegue el libro (que llegará) te lo hago saber, descuida. Esto ya es cuestión personal... je je je.
Toro:a mí me siguen rescatando, aún ahora y creo que no va a cambiar nunca.
Cuentosbrujos: he visitado tus blogs y me han impactado tus fotos... hay algunas que me han encatado, cuando ande más sobrada de tiempo te comentaré con más calma. Bienvenido a mi blog.
Enrique: Otra vez coincidiremos, tampoco pasa nada. El mundo así variado está muy bien. Bienvenido también a mi blog.
Belén: no hay que hacer planes, cuando sea estará bien.
Pedro: Gracias a ti por la invitación a la lectura y por la iniciativa. Reconozco el esfuerzo que te supone hacer los comentarios que me parecen tan interesantes como la lectura en sí misma.
Kuka: has tenido suerte Kuka criándote entre libros aunque nunca es tarde si la dicha es buena.
Rastro: Ron é un can ben bonitiño e sobre todo é importante o que ti dís: "mira que me quere"... ese amor incondicional dos cans polos seus donos. Xa me pasei polo teu blog, supoño que o verías.
Jg riobó: muy agudo con lo de la dedicatoria, no había caído... es que soy una pánfila, como dicen algunos de mis amigos.
Guiller: espero que hayas leído el que yo te regalé que no me acuerdo nunca de preguntarte. Es más, quiero que para el lunes me tengas listo un resúmen de dos folios bien completo... je je je.
Carlos: la poesía (alguna) no está mal pero sigo siendo más de narrativa, ¡que le vamos a hacer!... es que naci así... je je je
Fortimbras: otro afortunado de la vida, al menos a nivel cultural ¿a qué sí que no me equivoco?... en fin, a cada uno le toca vivir lo que le toca y lo digo sin resentimiento.
bicos a todos y que tengáis un buen viernes.
Aldabra
Me ha gustado tu escrito y tu reflexión, yo de cría también me evadía en los libros, es una vía de escape a realidades duras, sobre todo a ciertas edades, donde no tienes nada más a que agarrarte que a la imaginación.
Es un placer haberte leído.
Saludos^^
Pd: perdona, olvidé que vengo del blog de Pedro Ojeda
Hola Aldabra, vengo de La Acequia, creo que, a pesar de haber visto tus comentarios allí, no había entrado nunca en tu blog.
Mi caso es diferente, mi padre era un gran lector pero jamás me animó a la lectura, parecía más bien todo lo contrario, nunca pregunté el por qué y ahora ya no puedo hacerlo. Pero cuando por propia iniciativa elegía algún libro, sus comentarios más posibles eran: este no te va a gustar o este no lo vas a entender. Así me leí algunas cosas por puntillo y si no las entendía, me guardaba bien de decírselo. Osea, que a pesar de todo, soy el claro ejemplo del "si tú lees, ellos leen".
Un saludo
Hola Aldabra,
Soy un compi de lectura de El Quijote. Me ha gustado mucho como has contado tu iniciación a la lectura. Creo que cada uno llega a ella por diversos caminos, y una vez que se descubre, el mundo interior de cada uno se expande tanto que hay un antes y un después. Creo que es una de las experiencias más determinantes en un ser humano.
Un abrazo.
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