martes, 22 de enero de 2008

Diálogo 29




- ¡Ay, Aurorita, hija! Es que mira que eres pánfila

- Es una opinión. No me parece mal que me digas lo que piensas. Para algo somos amigos

- Verás, Aurorita. Ese Congo debe estar más aburrido de ti… tanta cartita, tanta cartita… ¡que digo cartita!... ¡testamentos!... Mi consejo es que si quieres conquistarlo para que caiga rendido a tus pies de una vez por todas, tienes que espabilarte o en cualquier momento vendrá una lagartona de esas (que las hay) y te lo sacará de las manos sin que te enteres

- Mira rico, Congo ante todo es libre. Y puede que yo sea una inocente, pánfila, cursi, torpe, neurótica-depresiva… pero al fin estoy contenta con lo que soy. Tantos años de terapia me han servido de algo. No me avergüenzo de ser como soy. Me acepto y me respeto. Vivo y dejo vivir. Es muy sencillo. Congo me acepta e intenta comprenderme siempre poniéndose en mi lugar, sin juzgarme.

- Bla, bla, bla… lo que quieras. Todo lo que dices suena bien, no digo que no pero parece un discurso sacado de un anuncio de compresas donde las nubes huelen a flores y están salpicadas de mariposas de bonitos colores que te invitan a perseguirlas

- Eres un machista recalcitrante. No me vengas ya con el rollo de la regla porque me ataco de los nervios. No lo soporto. Sabes de sobra lo que pienso al respecto

- Vale, vale. Está bien. Acepto pulpo como animal de compañía.

- Sigue entonces

- Bien. Por ejemplo: la última carta que escribiste a Congo es un poco ridícula. ¿Tú que pretendías con eso de las naranjitas? Anda, cuenta mujer que ya soy mayor

- Está claro. Hacerle un regalo a Congo. Me pareció erótico pensar en las naranjas, en su zumo resbalando por mi cuerpo desnudo… el preludio de un encuentro sensual y romántico

- Mujer, ¡despierta! ¡Baja del guindo! ¿Tú no ves que a los tíos no nos molan esas mariconadas? Naranjitas, zumitos… A los tíos lo que nos va son otras escenas. Ya sabes, del tipo pelis-viernes-canal plus. ¿No será tu Congo un poco nenaza?

- Oye, que no te consiento que hables así de él. Congo es una persona sensible. Muchos tendrían que aprender de él. La sensibilidad en el hombre no tiene porque ser equivalente a la “pérdida de aceite” (que, por supuesto, me parece muy respetable) que se dice hoy en día. Eres un cavernícola. No sé cómo puedes ser mi amigo
- Y tú mi amiga

- Y por cierto, esas películas son cine porno. El erotismo es otra cosa. Siento que no lo entiendas de ese modo aunque respeto tu opinión

- Vale. Vale

- En el fondo lo que te pasa es que estás celoso

- ¿Celoso yo? Lo que me faltaba por oír

- Sí, celoso. Te recuerdo que durante dos años me perseguiste sin respiro para que saliese contigo

- Aurorita, no seas mala. No me lo recuerdes

- Siempre te quise mucho. Desde el colegio. Pero nunca pude hacerlo del modo que a ti más te gustaría. Por eso te hiciste mi amigo

- Esa es la versión oficial. A mí me gusta más pensar que soy como la mayoría de los tíos: No hay dolor, No nació la tía que me haga sufrir, Patatín, patatán…

- Si es que en el fondo eres un blandengue, mal que te pese

- ¡Chtssss! Baja el tonito que pueden oírnos. Mi reputación se iría a la mierda

- ¿Tú reputación? Si se te ve en la cara que todo es pura fachada ¡Ay!, tanto ir a por lana y al final sales trasquilado

- Si es que cada vez que me hablas del Congo ese… Estoy deseando echarle la vista encima y decirle unas cuantas cosas porque como…

- Para el carro y no te embales. Ya soy madurita para saber lo que hago. Quiero a Congo. Lo quiero de verdad. Y punto pelota. No vas a liarme diciéndome que si esto o que si aquello. Pierdes el tiempo

- ¡Hay que joderse! Todo lo que he hecho para que me hicieras caso y ahora llega este tío, y ala, consigue besar el santo ¿Pero sabes qué te digo?

- ¡A ver que se te ocurre ahora!

- Que te deseo lo mejor

- ¿Cómo dices? No te he oído bien

- Lo has escuchado perfectamente, no seas cínica. Pero te repito para regalarte los oídos: Que te deseo lo mejor. Ten por seguro que como ese Congo no se porte contigo te juro que le bajo los dientes uno a uno y…

- No seas bruto, que no te pega. Venga, dejemos ya el tema y vámonos o no llegamos al cine







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