Querido Congo:
Perdón por la tardanza al responderte pero es que ando bastante liada. Ayer llegué a casa y dibujé tu carta, inlcuso tomé unas notas pero me fue imposible sentarme ante el ordenador. Ahora que por fín he encontrado un hueco no lo voy a demorar más.
Estoy conmovida, Congo. Esa avalancha de sentimientos y de sueños de la que me haces partícipe me han dejado en un estado indescriptible. Es como si me encontrase volando por Bagdag sobre la alfombra mágica del califa Harún-al-Raschid.
Cuando era niña y era distinta, soñaba contigo aunque de aquella no lo sabía. Y nada ha cambiado desde entonces a pesar que la niñez ya queda tan lejana que apenas la recuerdo. Sigo soñando cada día, cada noche. Sigo soñando que vienes a buscarme para salir a ver el faro aprovechando las tardes soleadas del duro invierno. Sigo soñando cada noche esas caricias precisas y certeras. Las que me haces y las que te hago a ti. Porque yo también me demoro en tu cuerpo. Desde la cabeza a la punta de tus piés saboreo la piel que ha sido besada tantas otras veces por otras mujeres. Y siento celos. Unos celos terribles de que alguien más que yo poseyera tu cuerpo. Por eso cuando entras en mí imploro a mi dios particular que no te aleje de mi lado. Porque necesito tu calor para ahuyentar los sueños en blanco y negro y tus brazos para ayudarme a luchar con la ansiedad y ganarle la batalla y tus besos para secar las lágrimas que caen como plomos que se hunden en el agua del mar.
Sueños. Te tengo. No te tengo. Te sueño. Te construyo. Te invento. En sueños.
¿Por qué no dejas salir al niño que todavía está en ti? ¿Por qué no vuelves a escaparte por las noches como si fueras un adolescente para venir a esconderte en mi habitación? ¿Recuerdas? ¿Recuerdas la panadería? ¿Cómo se perdían tus manos en mis pechos? Congo, ven. Te quiero así: niño hombre libre encadenado tierno mordaz educado transgresor indeciso seguro misterioso sereno joven viejo arrugado pleno.
Soy una mujer, Congo. Y también una niña.
La mujer quiere que seas tú el que me ayude a deshacer la maleta del pasado que tanto me aprisiona. Y que me ayudes de una vez para siempre a creer en mí misma. La niña… la niña te esperará con los brazos abiertos dispuesta a correr siempre a tu encuentro para entrelazar las piernas en tu cintura y darte besos de sabor a gominolas.
Deja ya de vagar sin rumbo y echa el ancla en mi cuerpo desnudo. Deja también que varen tus besos blandos en los lugares más recónditos jamás imaginados. Y vivamos Congo. Vivamos.
Perdón por la tardanza al responderte pero es que ando bastante liada. Ayer llegué a casa y dibujé tu carta, inlcuso tomé unas notas pero me fue imposible sentarme ante el ordenador. Ahora que por fín he encontrado un hueco no lo voy a demorar más.
Estoy conmovida, Congo. Esa avalancha de sentimientos y de sueños de la que me haces partícipe me han dejado en un estado indescriptible. Es como si me encontrase volando por Bagdag sobre la alfombra mágica del califa Harún-al-Raschid.
Cuando era niña y era distinta, soñaba contigo aunque de aquella no lo sabía. Y nada ha cambiado desde entonces a pesar que la niñez ya queda tan lejana que apenas la recuerdo. Sigo soñando cada día, cada noche. Sigo soñando que vienes a buscarme para salir a ver el faro aprovechando las tardes soleadas del duro invierno. Sigo soñando cada noche esas caricias precisas y certeras. Las que me haces y las que te hago a ti. Porque yo también me demoro en tu cuerpo. Desde la cabeza a la punta de tus piés saboreo la piel que ha sido besada tantas otras veces por otras mujeres. Y siento celos. Unos celos terribles de que alguien más que yo poseyera tu cuerpo. Por eso cuando entras en mí imploro a mi dios particular que no te aleje de mi lado. Porque necesito tu calor para ahuyentar los sueños en blanco y negro y tus brazos para ayudarme a luchar con la ansiedad y ganarle la batalla y tus besos para secar las lágrimas que caen como plomos que se hunden en el agua del mar.
Sueños. Te tengo. No te tengo. Te sueño. Te construyo. Te invento. En sueños.
¿Por qué no dejas salir al niño que todavía está en ti? ¿Por qué no vuelves a escaparte por las noches como si fueras un adolescente para venir a esconderte en mi habitación? ¿Recuerdas? ¿Recuerdas la panadería? ¿Cómo se perdían tus manos en mis pechos? Congo, ven. Te quiero así: niño hombre libre encadenado tierno mordaz educado transgresor indeciso seguro misterioso sereno joven viejo arrugado pleno.
Soy una mujer, Congo. Y también una niña.
La mujer quiere que seas tú el que me ayude a deshacer la maleta del pasado que tanto me aprisiona. Y que me ayudes de una vez para siempre a creer en mí misma. La niña… la niña te esperará con los brazos abiertos dispuesta a correr siempre a tu encuentro para entrelazar las piernas en tu cintura y darte besos de sabor a gominolas.
Deja ya de vagar sin rumbo y echa el ancla en mi cuerpo desnudo. Deja también que varen tus besos blandos en los lugares más recónditos jamás imaginados. Y vivamos Congo. Vivamos.
10 comentarios:
Congo y tú... Espero que te escuche, y no se marche de tu lado. De esa mujer, de esa niña, de ese ser humano.
:)
Un abrazo muy fuerte...y buen fin de semana.
P.D La foto es preciosa.
A ver si es verdad y "echas el ancla", Aldabra, chiquilla....no me da tiempo a leer todo lo que escribes....jajajaja...
Por cierto, en "escenas de matrimonio"....te has "despachao" a gusto.....joder....como perdemos capacidad los tios con el paso de los años.....algunos.....jajajajaja
Besos, primi.
"Mujer y niña", como resistir a ese conjuro.
Besos en tu playa.
Aldabra, yo tb. te deseo que pases una feliz s.sta., que tú lo sabes.
Bicos.
Blando, blanditos... Guay!!! Así, cómo se puede resistir Congo a lo que le pides???
Guillermo.
Hola paso y te digo que me encanta lo que escribes me haces este fin de semana llevadero por que aqui lo unico durable es el tedio.
Soy alejandra saludos!
Aldabra,
que hermoso lo que le decís a Congo, lo que le dice esa niña mujer, deshacer la maleta del pasado que aprisiona, que retuerce, que molesta y espera con los brazos abiertos esos besos tan inocentes y bellos...
tus palabras son GENIALES!
te quiere
Rox
Disfruta del descanso de la Semana Santa. Un saludo
Hola a todos y muchas gracias por pasaros... no os he contestado antes porque he estado inoperativa pero me da alegría encontraros por aquí de nuevo...
un beso muy grande (enorme) para los habituales: Elbereth, Álex, Rox, Carlos, Isaac y Guillermo...
y también como no para Alejandra...
y el anónimo sin nombre... si en algo contribuyo a que tu tedio sea más llevadero pues me doy por satisfecha...
Feliz descanso también de Semana Santa para aquellos que lo disfrutéis...
P.D.: Ahora me voy a curiosear por vuestros blogs y luego actualizo...
P.D.: en el lugar donde he estado estos días os he extrañado... en serio... me siento dichosa de haberos encontrado.
Ya veras, primi.........terminaras siendo una "adicta" al cariño bloguero....igual que yo....
Me confieso adicto a vuestro cariño....jajajaja.
Bicos, gallegina.
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