domingo, 24 de febrero de 2008

Soy... (24.02.08)




Soy como una radio vieja a la que se le fundió una lámpara y ya no es capaz de sintonizar. Sólo un ruido desagradable y ensordecedor habita dentro de mis paredes de madera.

Soy hermética como un tuperware, o como un alimento envasado al vacío. No hay aire dentro de mí y por eso no siento nada. Estoy aislada de todo lo que sucede a mi alrededor.

Llevo dos días agonizando en un dolor sin nombre. Un dolor que no hace heridas, ni ampollas, ni provoca tos, escozor... o fiebre... Un dolor que nadie nota, que no se nota. Un dolor que amordaza los abrazos, que ata de pies y manos las risas que ya no me salen.

Llevo dos días fundida, hermética, sin razón, sin sentido, sin poder evitarlo... sin querer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sé de tu dolor porque es el mío.

matrioska_verde dijo...

El dolor igual que la alegría es algo inherente al ser humano.

Supongo que los días de la vida son como pequeños tiovivos... un subir y un bajar.

Me hubiera gustado que dejaras tu nombre.

Un saludo,
bicos,
Aldabra